Greenpeace ha denunciado que el auge del comercio electrónico (e-commerce) entraña "graves peligros" para el planeta por los impactos ambientales en el uso de recursos, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y de residuos, y califica el Black Friday de fecha "dañina" porque en 2019 "solo ese día" se distribuyeron 3,5 millones de paquetes en España y 1,5 millones en Madrid, cuando un día normal estar por debajo de los 400.000 paquetes.
La organización ecologista considera que para el Black Friday del 2020 ocho de cada diez personas comprarán online, una acción que, según el Instituto Nacional de Estadística, el 62% de la población ya ha hecho durante los últimos doce meses. Para Greenpeace, la situación se ha agravado por la introducción del modo rápido de entrega que permite recibir los productos en 24 horas, lo que implica un mayor movimiento y distribución que emite más GEI.
"El comercio electrónico nos ha facilitado la vida, sobre todo en tiempos de pandemia pero a gran escala tiene un elevado coste ambiental. El sobreconsumo digital implica una extracción de recursos masiva y la generación de emisiones al producir los artículos y distribuirlos de un punto a otro del planeta", ha señalado la responsable de la campaña de ciudades en Greenpeace España, Alba García.
El cartón comienza a ser ingestionable
Otro de los principales problemas que destaca Greenpeace son los envoltorios que no se reciclan y que "acaban en vertederos o incineradoras". Sin embargo, añaden, que el cartón a pesar de ser "algo más sostenible" ya comienza a ser "ingestionable" por el aumento de envíos online.
Según la Agencia de Protección Ambiental, el embalaje del comercio electrónico representa el 30% de los residuos sólidos urbanos en Estados Unidos. En el caso de China, añade esta institución, que por la entrega urgente se generó en 2018 más de nueve millones de toneladas de residuos y si continúa a este ritmo en 2025 solo China produciría 41,3 millones de toneladas.
Las empresas detectan nuestros momentos de vulnerabilidad
"Mediante publicidad personalizada a través de algoritmos que identifican nuestras debilidades, las empresas manipulan nuestros deseos e incluso detectan nuestros momentos de vulnerabilidad para que sigamos consumiendo al ritmo actual. En China, en apenas 15 años, se ha pasado de recibir un paquete por persona al año a casi 35 de media", ha reconocido la responsable del proyecto de ciudades en Greenpeace Internacional, Celia Ojeda.
No obstante, Greenpeace recalca que el e-commerce puede convertirse en un sector sostenible que ayude a los pequeños comercios a vender pero para ello es necesario establecer medidas que afecten tanto a las empresas de venta y a las transportistas como a los consumidores.
Por último, la organización ecologista aconseja priorizar las tiendas de barrio, elegir productos ecológicos sin embalajes, evitar las devoluciones, así como comprar de segunda mano, reparar o intercambiar productos y seleccionar puntos de recogida a los que se pueda llegar andando, en bicicleta o transporte público.
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