Más de 10 años después, el fantasma del Prestige –cuyo macrojuicio está previsto para octubre vuelve a la memoria mientras el combustible ennegrece de nuevo las costas del Cantábrico. Un vertido de fuel procedente de una central térmica en el municipio asturiano de Carreño a una decena de quilómetros al noroeste de Gijón contamina desde el pasado martes al menos siete quilómetros del litoral del Principado, entre la ría de Aboño y el faro de Candás, según confirmaron fuentes de los Bomberos de Asturias.

 

El vertido, cifrado en unas 10 toneladas de fuel, obligó a cerrar diversas playas de la zona, muy concurridas en plena temporada turística de verano. En concreto, se izó la bandera roja, que prohíbe el baño, en los arenales de Carranques, Xivares, Peña María, La Palmera y el Tranquero.

 

De inmediato fue activado el Plan Territorial de Contingencia por Contaminación Marina de Asturias en su nivel 1, el más bajo de los que implican acciones de descontaminación. Un helicóptero de los Bomberos y una lancha de Salvamento Marítimo rastrearon desde el primer momento el litoral para delimitar con precisión el alcance de la zona afectada.

 

 

Provocada por una grieta en una tubería

 

 

La fuga, provocada por una grieta en una tubería, había podido ser controlada por los técnicos de la empresa HidroCantábrico a primera hora de la mañana del martes. Coincidiendo con la bajada de la marea, unas 70 personas iniciaron el mismo día las tareas de limpieza de las playas, a las que el crudo llegó en forma de pequeñas galletas, y el mismo día habían conseguido retirar la mayor parte del combustible.

 

Posteriormente se abordará la tarea de descontaminación de las zonas rocosas de la costa manchadas por el fuel, mucho más laboriosa. La situación calma del mar en el momento de la fuga contribuyó a evitar que la marea negra se extendiera mucho más allá

 

Las autoridades municipales de Gijón la ciudad más importante de la zona, con 277.000 habitantes pusieron en alerta los servicios de emergencia para tratar de garantizar que la mancha de fuel no afectara a las playas de su término. También se instalaron barreras de contención para evitar la entrada de la mancha en el puerto de Candás, muy próximo al lugar del vertido.

 

Según la empresa HidroCantábrico, la central térmica de Aboño, situada en el valle del mismo nombre y a dos quilómetros del puerto de Musel, consta de dos unidades de 365,5 y 556,2 megavatios de potencia y utiliza como combustibles el fuel-oil, el gasoil y el carbón (nacional y de importación), así como los excedentes de gases procedentes de la cercana planta siderúrgica de Arcelor-Mittal de Gijón.

 

 

Greenpeace pide el cierre de la central

 

 

Greenpeace pidió esta semana el cierre de la central por considerarla “insegura e innecesaria” y recordó que la central quema carbón importado y emitió en 2010 un volumen de 4,62 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera.

 

La misma medianoche del martes, otra mancha de fuel era detectada en el puerto de la ciudad de Tarragona (130.000 habitantes), uno de los más importantes del Mediterráneo español, a un centenar de quilómetros al sur de Barcelona, confirmó la autoridad portuaria local.

La mancha se extendía junto a la línea de atraque del muelle de Aragón del puerto y pudo ser controlada por los servicios de limpieza portuarios mediante el uso de barreras y de embarcaciones de limpieza, aunque se activó el nivel más bajo del plan de actuación contra vertidos.

 

La Capitanía Marítima de Tarragona investiga desde el miércoles el origen del vertido. Para ello, se han tomado muestras de los tanques de combustible de todos los barcos atracados en el puerto, que se compararán con las tomadas de la mancha que contamina las aguas del mismo.