Las superbacterias, las cepas bacterianas que se han vuelto resistentes a los antibióticos, son una de las mayores amenazas para la salud mundial, pues provocan muertes por enfermedades infecciosas que ya estaban controladas, como la neumonía o la tuberculosis, además de complicaciones en operaciones quirúrgicas. Hasta ahora se sabía que la aparición y la propagación de estos microorganismos resistentes eran consecuencia del mal uso y abuso de los antibióticos, tanto en la medicina humana como en la industria ganadera, pero los ecologistas añaden una tercera causa: la contaminación medioambiental proveniente de la producción de antibióticos.
“Las multinacionales farmacéuticas contribuyen en realidad a extender la resistencia a los antibióticos con la contaminación que provocan sus centros de producción o los de sus proveedores”, denuncia Ecologistas en Acción, tras la publicación de un informe sobre la problemática de la fundación internacional Changing Markets y la agencia de investigación medioambiental Ecostorm.
El trabajo, hecho público en España por la ONG Ecologistas en Acción, destapa las "condiciones insalubres en los procesos productivos y el inadecuado tratamiento de los vertidos generados por la fabricación de antibióticos en India y China”, donde se generan la mayor cantidad de antibióticos del mundo. “La gran cantidad de antibióticos que diseminan las fábricas con sus vertidos, y que a menudo se unen a la escorrentía proveniente de los desechos de las granjas y los residuos humanos y llegan a los ríos y plantas de depuración, constituyen un excelente caldo de cultivo para las bacterias resistentes a los antibióticos", detallan.
El informe trata de desentrañar la cadena de suministro de los fármacos
El informe aborda por primera vez la relación entre las fábricas farmacéuticas de India y China con la incidencia de las bacterias resistentes. “Las farmacéuticas están contribuyendo a expandir el problema de la resistencia mientras en los foros internacionales demandan a los gobiernos más apoyo para la investigación de nuevos fármacos”, explican desde Ecologistas en Acción.
India es uno de los grandes centros de producción de medicamentos: suministra alrededor de un quinto de los medicamentos genéricos del mundo, cuyas ventas reportan a su industria unos ingresos que en 2014 alcanzaron los 15.000 millones de dólares (unos 14.000 millones de euros). Los antiinfecciosos, entre los que se encuentran los antibióticos, los antivirales y los antimicóticos, son una parte importante de la facturación total.
En una investigación realizada en los alrededores de las principales farmacéuticas del país asiático por la agencia de investigación periodística Ecostorm en junio de 2016 bajo la supervisión de Mark Holmes, de la Universidad de Cambridge, el análisis de las muestras de agua recogidas dio como resultado unos altos niveles de bacterias resistentes a los medicamentos en tres ciudades indias: Hyderabad, Nueva Delhi y Chennai.
De un total de 34 lugares analizados, se encontraron 16 focos de resistencia, tal y como detalla la ONG. En los alrededores de la ciudad de Hyderabad y en el río que la atraviesa, Musi, las concentraciones de antibióticos detectadas son 1.000 veces más altas que las que se encuentran en los ríos de los países desarrollados. Detectaron la resistencia a cefalosporinas, carbapenemos y fluoroquinolonas.
Respeto medioambiental y justicia social
Según el informe, China desempeña también un papel importante en la expansión global de enfermedades infecciosas intratables y es un lugar peligroso para la emergencia de nuevas amenazas microbianas: la resistencia a los antibióticos ha aumentado en el gigante asiático de media un 22% en seis años (en Estados Unidos el incremento en el mismo período fue del 8%), según datos de 2012. En este país, advierte el documento, se produce además un fenómeno "alarmante" ya que “las farmacéuticas utilizan los residuos de la fabricación de antibióticos para producir fertilizantes agrícolas. De esta forma, los antibióticos pasan directamente a los vegetales que luego consumen las personas”.
Las comunidades locales son las primeras en sufrir las consecuencias por la contaminación del agua y de las tierras de cultivo: casi 60.000 recién nacidos mueren al año en India por bacterias resistentes a los antibióticos de primera línea. Pero no es un fenómeno aislado, ya que las superbacterias viajan a una velocidad asombrosa. Actualmente, 700.000 personas (25.000 en la Unión Europea) mueren al año por las infecciones resistentes a los antimicrobianos, según el informe del Review on Antimicrobial Resistance de 2016 realizado por el Gobierno de Reino Unido. Y las previsiones son todavía peor: se estima que 10 millones de personas morirán a causa de las superbacterias en 2050, más que por cáncer.
A pesar de la falta de transparencia del sector, el informe intenta desentrañar también los entresijos de las cadenas de suministro de los antibióticos, desde su fabricación en los centros industriales de India y China hasta su llegada a las estanterías de nuestras farmacias. En general, todas las empresas contaminantes analizadas tienen fuertes conexiones con las distribuidoras de fármacos europeas y estadounidenses.
700.000 personas mueren al año por las infecciones resistentes a los antimicrobianos
De las fábricas analizadas, tres pertenecen respectivamente a Aurobindo Pharma, Orchid Chemicals, y Asiatic Drugs and Pharmaceuticals, tal y como denuncian los conservacionistas. De ellas, la empresa india Aurobindo es una de las más contaminantes, según el informe. Esta farmacéutica exporta tanto sustancias farmacéuticas activas como genéricos. En España, el grupo Aurobindo compró en 2014 la compañía Actavis Spain, que pasó a denominarse Aurovitas y tiene sus oficinas en Madrid.
Para los ecologistas, la lucha contra la resistencia antimicrobiana pasa por incluir criterios de respeto medioambiental y de justicia social en los procesos de producción de los fármacos y no únicamente enfocarse en la investigación y el desarrollo de nuevos medicamentos, que es la postura más defendida "desde los medios de comunicación y los organismos institucionalizados".
Los consumidores también tienen mucho que decir: “La cadena de suministros del sector farmacéutico sigue rodeada de misterio. Por eso, los compradores deberían pedir mucha más transparencia sobre el origen de nuestros antibióticos y exigir a las farmacéuticas un cambio parecido al que ha experimentado la industria textil después de los dramáticos y trágicos accidentes ocurridos en las fábricas textiles, como el del Rana Plaza en Bangladesh”, dicen desde Ecologistas en Acción.
“El mensaje de este informe es claro en lo que se refiere a la lucha contra la resistencia antimicrobiana: tenemos que centrarnos en todas y cada una de las tres causas que están en el origen del problema (humana, animal e industrial) si no queremos perder la batalla”, concluyen.
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