Un año y dos meses después de su puesta en aplicación, Madrid Central ha logrado reducir los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) en el corazón de la capital española, que llevan descendiendo de forma lenta pero gradual desde 2017, cuando se hizo con la alcaldía Manuela Carmena, cuyo gobierno aprobó la iniciativa. Los datos de 2019 en este terreno fueron los mejores en más de una década, según la información aportada por el Ayuntamiento y corroborada por la recopilada por Ecologistas en Acción.
Mientras tanto, la Zona de Bajas Emisiones en el centro de Barcelona que ha entrado en vigor con el nuevo año no está mostrando apenas incidencia en el volumen del tráfico en la ciudad tras su primera semana de funcionamiento. Muchos conductores entrevistados por los medios de comunicación admitieron que seguirán usando sus vehículos contaminantes para desplazarse a la misma por lo menos tres meses más, porque las multas previstas no empezarán a imponerse hasta abril.
La capital española ha activado esta semana el protocolo anticontaminación
De forma coyuntural, Madrid declaró esta semana el escenario 1 del protocolo anticontaminación por la subida de los niveles de NO2. Ayer jueves y hoy viernes ha imperado la limitación de velocidad a los 70 kilómetros por hora en la M-30 y los accesos a la capital, que las autoridades municipales esperan poder levantar mañana sábado ante la mejora de la situación meteorológica.
El primer año de vida de Madrid Central se saldó con "los mejores resultados de la década para dióxido de nitrógeno", aunque los mismos todavía superan los límites legales fijados por la Unión Europea, han señalado desde Ecologistas en Acción, que ayer jueves presentaron en rueda de prensa su balance anual tras analizar los datos de las 24 estaciones medidoras de la ciudad. En las últimas semanas, tres estudios, dos elaborados por científicos y el de Ecologistas en Acción, constatan que su implantación de la zona de bajas emisiones tiene un efecto positivo en la reducción de la contaminación.
Sólo dos estaciones, Plaza Elíptica y Escuelas Aguirre, superaron el valor límite anual (40 migrogramos de contaminante por metro cúbico de aire de media al año). El promedio de las incumplidoras en el resto de la década desde 2010 fue de once estaciones al año y en ningún otro ejercicio se bajó a seis. Y únicamente la estación de Plaza Elíptica superó el valor límite horario (número de horas que se superan los 200 microgramos por metro cúbico cuando no se deben superar las 18 horas al año). Hasta ahora se había superado en entre dos y nueve estaciones.
Además al comparar los valores de la red de medición del Ayuntamiento con los de la Comunidad, Ecologistas en Acción ha constatado una reducción de la contaminación "claramente más intensa en la capital" que en la región, especialmente en las estaciones que registran valores más altos en ambas redes.
En cuanto a las partículas en suspensión (PM10), ninguna estación superó el límite legal anual (40 microgramos/m3), aunque dos de las trece estaciones que miden este contaminante superaron el valor que recomienda la OMS, 20 microgramos/m3. El balance no es tan positivo en lo que respecta al ozono troposférico, puesto que seis de las catorce estaciones que lo miden superaron el valor límite legal octohorario (120 microgramos/m3 durante ocho horas) y tres superaron el umbral de información a la población (180 microgramos/m3 durante una hora), niveles similares a los de años anteriores.
Recurso contencioso administrativo
"Madrid Central funciona", afirma el portavoz de la organización ecologista Paco Segura. Se produce una "reducción nítida de la contaminación" aunque "no suficiente" todavía, por lo que se trata de "una medida positiva y habría que extenderla". Por ello, Ecologistas en Acción presentó el martes un recurso contencioso-administrativo contra la reducción del perímetro, la extensión de algunas prórrogas y otras medidas de "relajación" de Madrid Central aprobadas por el nuevo gobierno municipal del PP y Ciudadanos que preside José Luis Martínez-Almeida el pasado 26 de diciembre.
El nuevo equipo de gobierno ha diseñado un modelo de estrategia anticontaminación que ha bautizado como Madrid 360, que implica menos restricciones al tráfico en el centro de la capital a cambio de nuevas medidas para toda la ciudad, más de 200, entre ellas que los vehículos con etiqueta ambiental C puedan entrar sin limitación alguna al perímetro protegido siempre y cuando estén ocupados por al menos dos personas y que las motocicletas con la misma etiqueta puedan hacerlo siempre. Asimismo, los vehículos con calificación B y C que entren a las zonas restringidas podrán seguir estacionando en aparcamientos públicos, que además reducirán sus precios, y los comerciantes reciben una prórroga para seguir entrando a las zonas restringidas con libertad.
El gobierno de PP y Ciudadanos quiere relajar las medidas con el plan Madrid 360
Mientras tanto, en Barcelona, tras la primera semana laboral de aplicación de la Zona de Bajas Emisiones (que solo rige de lunes a viernes desde el pasado 1 de enero), el mismo Ayuntamiento ha reconocido que su impacto ha sido, por el momento, muy limitado, aunque sí se ha notado un cierto incremento en el uso del transporte público. Por su parte, 5.635 usuarios de vehículos sin distintivo se han dado de alta en la plataforma creada para gestionar sus 10 autorizaciones anuales de entrada a la ciudad por motivos justificados o acogerse a la exención por movilidad reducida.
Entre las 7 y las 9 de la mañana, hora punta de entrada a la ciudad, la restricción ha comportado una bajada "moderada" del tráfico en Barcelona, según manifestó el concejal de Emergencia Climática y Transición Ecológica, Eloi Badia, que cifró en un 2,4% el descenso de la congestión viaria en la ciudad respecto a la de todos los días laborables del mes de noviembre. Precisamente, esta semana se han registrado niveles elevados de NO2, que Badia atribuyó a la situación anticiclónica.
Los primeros datos que facilitó el Ayuntamiento la semana pasada, en pleno periodo de fiestas, calculaban que el uso del vehículo privado había caído un 11% en el interior de la ciudad, un 15% a los accesos y un 12% a las rondas de circunvalación respecto a los días inmediatamente previos al periodo navideño. “Necesitamos tiempo, como mínimo un mes, para hacer un análisis global", ha defendido Badia.