Olli puede ayudar a reducir el tráfico en las tan pobladas ciudades ─más del 50% de la población mundial ya vive en ellas─ y contribuir a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación acústica. Es un innovador vehículo eléctrico que ha sido generado por una impresora 3D e integra un sistema de conducción automática, el primero de su especie.
Su fabricación bajo demanda evita el derroche de recursos de las cadenas industriales
El automóvil ha sido creado por la compañía tecnológica estadounidense Local Motors, con sede en Arizona, con la cooperación de la multinacional electrónica IBM. Para construirlo, hay que producir una serie de piezas mediante impresoras 3D y posteriormente ensamblarlas. Al fabricar cada unidad bajo demanda, éstas pueden personalizarse y de esta forma se evita el derroche de recursos de las clásicas cadenas industriales. Por si fuera poco, para poner el vehículo en el mercado no se requieren ni grandes factorías, ni barcos ni camiones: basta con repartir pequeños talleres por el mundo, sistema de un reducido impacto ambiental.
La impresión 3D está avanzando en la industria automotriz, gracias sobre todo a las mejoras en las técnicas y los materiales. En 2014, Local Motors imprimió el primer coche 3D del mundo, llamado Strati. Hecho de plástico reforzado con fibra de carbono, el vehículo de dos plazas alcanza una velocidad de 40 kilómetros por hora, se imprime en 44 horas y está formado por 40 piezas, todas ellas reciclables. Actualmente, la empresa cuenta con tres modelos, además del Olli.
Honda, junto con la empresa Kabuku, también ha lanzado un automóvil fabricado con impresoras 3D, el Micro-Commuter, un monoplaza eléctrico con autonomía para 80 kilómetros a una velocidad máxima de 70 kilómetros por hora. Está pensado para ser un vehículo de reparto. Por su parte, el grupo francés PSA (Peugeot y Citroën) acaba de anunciar un acuerdo con la empresa Divergent 3D para desarrollar este tipo de coches. Un reciente estudio de SmarTech Publishing estima que este nuevo sector generará unos ingresos de 600 millones de dólares (564 millones de euros) a finales de 2016 y de 2.300 millones de dólares (2.163 millones de euros) en 2021.
Con capacidad para 12 personas
El Olli incorpora el sistema informático de inteligencia artificial Watson, desarrollado por IBM, que es capaz de elaborar información con datos de la nube y resolver las dudas de los pasajeros. Al estilo del KITT, el protagonista de la serie televisiva El coche fantástico, Olli puede comunicarse con los pasajeros y dar respuesta a sus dudas: informarles de las últimas noticias y las previsiones meteorológicas, hacerles recomendaciones turísticas e incluso argumentar la razón por la que toma determinadas decisiones de conducción. Este tipo de interacciones están diseñadas para crear “experiencias más agradables y cómodas para los pasajeros”, señala la empresa.
El automóvil emplea los datos de 30 sensores, entre cámaras ópticas, GPS y sistema Lidar
Asimismo, el coche cuenta con 30 sensores, que incluyen cámaras ópticas, GPS y sistema Lidar, lo que le capacita para ver en todas las direcciones y moverse ágilmente sin conductor al volante. “Es capaz de tomar decisiones más rápidamente que un ser humano”, detallan sus creadores. No obstante, la actividad del Olli y la seguridad de los pasajeros son supervisadas en todo momento por un equipo humano desde una oficina central.
El Olli ya está operativo: circula por las calles de National Harbor (Maryland, Estados Unidos). Y se están llevando a cabo pruebas del prototipo en Washington, Miami y Las Vegas, donde podría estar funcionando antes de fin de año. Otras ciudades como Berlín, Copenhague y Canberra han mostrado también su interés por el innovador vehículo.
Para subir a un Olli, que puede transportar hasta 12 personas, basta con utilizar una aplicación en un teléfono inteligente en la que se pueden encontrar las rutas existentes y pedir compartir uno o alquilarlo entero. El viaje se paga mediante el mismo dispositivo. Así que con tan sólo un smartphone tendrás a tu disposición un Olli, el autobús inteligente que puede transformar el transporte compartido y reducir el impacto ambiental del mismo.
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