La Unión Europea asumió, en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2015 en París, el compromiso de avanzar hacia la neutralidad del carbono en la segunda mitad del siglo XXI.
Los efectos del cambio climático se van haciendo cada vez más visibles y se van extendiendo. Hemos vivido temperaturas extremas, sequía, fuertes lluvias, inundaciones y deslizamientos de tierra, también en Europa. El aumento del nivel del mar, la acidificación de los océanos y la pérdida de biodiversidad son otras de las consecuencias del cambio climático.
Para limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados, un umbral que el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) considera seguro, la neutralidad de carbono para mediados del siglo XXI es esencial. Este objetivo también se establece en el acuerdo de París firmado por 195 países, incluida la UE.
En diciembre de 2019, la Comisión Europea presentó el Pacto Verde Europeo, su proyecto insignia cuyo objetivo es que Europa sea climáticamente neutra para 2050. Este objetvo se alcanzará a través de la ley europea del clima que busca que la neutralidad climática sea legamente obligatoria en la UE.
¿Qué es la neutralidad de carbono?
La neutralidad de carbono se consigue cuando se emite la misma cantidad de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera de la que se retira por distintas vías, lo que deja un balance cero, también denominado huella cero de carbono.
Hay distintas formas de conseguir este equilibrio: la más saludable es no emitir más CO2 del que pueden absorber de forma natural los bosques y las plantas, que funcionan como sumideros de carbono a través del proceso de fotosíntesis –asimilan CO2 atmosférico y lo transforman en oxígeno, con lo que ayudan a reducir las emisiones-.
Se considera un sumidero de carbono cualquier sistema que absorba más carbono del que emita. Los principales sumideros naturales de carbono son el suelo, los bosques y los océanos. Los sumideros naturales eliminan entre 9,5 y 11 Gt de CO2 al año, según estimaciones científicas, mientras que las emisiones globales anuales de CO2 alcanzaron 38 Gt en 2019.
El carbono almacenado en sumideros naturales como los bosques se libera a la atmósfera cuando se producen incendios forestales, cambios en el uso de la tierra o la tala. Por eso es esencial reducir las emisiones de carbono para alcanzar la neutralidad climática.
Existen otras vías para evitar que el CO2 llegue a la atmósfera como la captura y almacenamiento de carbono, por ejemplo, en formaciones geológicas o en las profundidades marinas, lo que se denomina el “secuestro de carbono”. Se trata de técnicas de almacenamiento a largo plazo: una solución temporal, que todavía resultan costosa y que no está blindada contra el riesgo de fugas.
También se puede reducir emisiones y avanzar hacia la neutralidad de carbono a través de la llamada “compensación de carbono”, que consiste en equilibrar las emisiones emitidas en un sector determinado mediante la reducción de CO2 en otro lugar. Esto puede conseguirse a través de las inversiones en energía renovable, eficiencia energética y otras tecnologías no contaminantes.
Objetivos de la UE
La Unión Europea está comprometida con una política climática ambiciosa. Mediante el Pacto Verde Europeo, Europa sería el primer continente capaz de absorber tantas emisiones de CO2 como produce para 2050. Este objetivo será legalmente vinculante si el Parlamento Europeo y el Consejo aprueban la nueva ley climática. El objetivo provisional de reducción de emisiones de la UE para 2030 también se actualizará y pasará del 40% actual a uno más ambicioso.
El Parlamento Europeo respaldó el 7 de octubre de 2020 la neutralidad climática para 2050 e incrementar el objetivo de reducción de las emisiones al 60% para 2030 respecto a los niveles del año 1990. Los eurodiputados demandaron a la Comisión que fijara un objetivo provisional adicional para 2040 para garantizar el progreso hacia la meta.
Además, los eurodiputados pidieron a todos los países de la UE que individualmente alcanzaran la neutralidad climática e insistieron que después de 2050, se debería absorber más emisiones de CO2 de las que se emiten.
Además, todos los subsidios directos o indirectos a los combustibles fósiles deberían eliminarse gradualmente a más tardar en 2025.
Los eurodiputados también demandaron la creación de un organismo científico independiente (un consejo de la UE sobre el cambio climático) encargado de evaluar si la política es coherente y supervisar los avances.
El Parlamento está listo para iniciar las negociaciones con los Estados miembros en cuanto el Consejo haya acordado una posición común.
Actualmente, cinco países de la UE han establecido el objetivo de neutralidad climática en la ley: Suecia tiene como objetivo alcanzar las emisiones netas cero para 2045, y Dinamarca, Francia, Alemania y Hungría para 2050.