Un equipo de científicos ha detectado una disminución "significativa" en los niveles de sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS, por sus siglas en inglés) en una especie de ave marina, la pardela cenicienta (Calonectris diomedea), en el Mediterráneo occidental durante las últimas dos décadas en un estudio liderado por expertos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que ha sido publicado en la revista Environmental Pollution (1).

 

Los químicos eternos, PFOS, PFAS

 

Han analizado para la investigación los niveles de 19 PFAS en hígados de 62 ejemplares de pardela cenicienta víctimas de la pesca accidental entre 2003 y 2022 en el Mediterráneo occidental.

Han analizado para la investigación los niveles de 19 PFAS en hígados de 62 ejemplares de pardela cenicienta víctimas de la pesca accidental entre 2003 y 2022 en el Mediterráneo occidental. Las PFAS han sido utilizadas desde los años 40 en una amplia variedad de productos industriales y de consumo (textiles, envases alimentarios, utensilios de cocina, como antiadherentes, etc.). Popularmente, son conocidas como químicos eternos (“forever chemicals”) debido a su resistencia a la degradación en el medio ambiente.

Desde 2009 son objeto de regulaciones estrictas desde 2009 como la Convención de Estocolmo debido a sus efectos nocivos en la salud y el medioambiente. Según ha destacado el CSIC, la investigación proporciona información clave para la mejora de las políticas ambientales y subraya la importancia de los esfuerzos a largo plazo para monitorear y reducir la contaminación por PFAS en los ecosistemas marinos.

 

Disminución significativa

 

A pesar de este descenso, el PFOS sigue siendo la sustancia más frecuentemente detectada en los hígados de las aves estudiadas, lo que a juicio de las y los expertos subraya su persistencia en el medio ambiente

En este contexto, los resultados han revelado "una disminución significativa" en las concentraciones de PFOS (ácido perfluorooctano sulfónico), una de las PFAS más comunes y tóxicas, tras las restricciones impuestas por la Convención de Estocolmo. Sin embargo y a pesar de este descenso, el PFOS sigue siendo la sustancia más frecuentemente detectada en los hígados de las aves estudiadas, lo que a juicio de los expertos subraya su persistencia en el medio ambiente. Además, los científicos apuntan a que durante los años posteriores a la regulación se observó un aumento del uso de sustitutos de características similares.

A su vez, en el informe se remarca que las fuentes no reguladas de emisión de estos compuestos y la producción en países en desarrollo continúan representando un "desafío" a nivel global para la regulación de las PFAS. Por ello, Begoña Jiménez, investigadora del CSIC en el Instituto de Química Orgánica General (IQOG-CSIC) y una de las autoras de la investigación, ha señalado que desde el estudio hacen una "llamada a reforzar la cooperación global" en este aspecto.

En esta investigación han participado científicos del Instituto de Química Orgánica General del CSIC (IQOG-CSIC), la Facultad de Biología de la Universidad de Barcelona, el Centro Oceanográfico de Málaga del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC) y el Instituto de Geoquímica de Guangzhou de la Academia China de Ciencias (China).

Referencias