En 2019 se generó un récord de 53,6 millones de toneladas métricas (tm) de desechos electrónicos en todo el mundo, un 21% más en solo cinco años, según el Global E-waste Monitor 2020 de la ONU.
El nuevo informe también predice que los desechos electrónicos globales (productos desechados con batería o enchufe) alcanzarán 74 tm para 2030, casi una duplicación de los desechos electrónicos en solo 16 años.
Esto hace que los electrónicos sean el flujo de desechos domésticos de más rápido crecimiento en el mundo, impulsado principalmente por mayores tasas de consumo de equipos eléctricos y electrónicos, con ciclos de vida cortos y pocas opciones de reparación.
Sólo el 17,4% de los desechos electrónicos de 2019 se recogieron y reciclaron. Esto significa que el oro, la plata, el cobre, el platino y otros materiales recuperables de alto valor, valorados de forma conservadora en 57.000 millones de dólares (50.630 millones de euros), una suma superior al Producto Interior Bruto de la mayoría de los países, fueron en su mayoría vertidos o quemados en lugar de ser recogidos para su tratamiento y reutilización.
Según el informe, Asia generó el mayor volumen de desechos electrónicos en 2019, unas 24,9 tm, seguido de América (13,1 tm) y Europa (12 tm), mientras que África y Oceanía generaron 2,9 tm y 0,7 tm respectivamente. Por comparar, los desechos electrónicos del año pasado pesaron sustancialmente más que todos los adultos en Europa, o hasta 350 cruceros del tamaño del Queen Mary 2, lo suficiente como para formar una línea de 125 km de largo.
Los desechos electrónicos son un peligro para la salud y el medio ambiente, que contienen aditivos tóxicos o sustancias peligrosas como el mercurio, que dañan el cerebro humano y / o el sistema de coordinación.
El Global E-waste Monitor 2020 señala que la gestión adecuada de los desechos electrónicos puede ayudar a mitigar el calentamiento global. En 2019, se estima que se liberaron a la atmósfera 98 tm de equivalentes de CO2 de los refrigeradores y acondicionadores de aire desechados, lo que representa aproximadamente el 0,3% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
En términos per cápita, los desechos electrónicos eliminados del año fueron de 7,3 kilos de media por cada hombre, mujer y niño de la Tierra. Europa ocupó el primer lugar mundial en cuanto a generación de desechos electrónicos per cápita, con 16,2 kilos. Oceanía ocupó el segundo lugar (16,1 kg), seguida de América (13,3 kg). Asia y África fueron mucho más bajas: 5,6 y 2,5 kg, respectivamente.
Los desechos electrónicos son un peligro para la salud y el medio ambiente, ya que contienen aditivos tóxicos o sustancias peligrosas como el mercurio, que dañan el cerebro humano y/o el sistema de coordinación. Se estima que 50 toneladas de mercurio –utilizado en monitores, PCB y fuentes de luz fluorescentes y de ahorro de energía– están contenidas en flujos no documentados de desechos electrónicos anualmente.
En 2019, los desechos electrónicos se componían principalmente de equipo pequeño (17,4 millones de toneladas), equipo grande (13,1 millones de toneladas) y equipo de intercambio de temperatura (10,8 millones de toneladas). Las pantallas y monitores, las lámparas, los pequeños equipos informáticos y los equipos de telecomunicaciones representaron 6,7 tm, 4,7 tm y 0,9 tm, respectivamente.
Los desechos electrónicos aumentan tres veces más rápido que la población mundial
A partir de 2014, las categorías de desechos electrónicos que aumentan más rápidamente en términos de peso total: equipo de intercambio de temperatura (+7%), equipo grande (+5%), lámparas y equipo pequeño (+4%). Según el informe, esta tendencia se debe al creciente consumo de esos productos en los países de ingresos más bajos, donde esos productos mejoran el nivel de vida.
El equipo pequeño de tecnología de la información y las telecomunicaciones ha crecido más lentamente, y las pantallas y monitores han mostrado una ligera disminución (-1%), que se explica en gran medida por el hecho de que las pantallas planas más ligeras han sustituido a las pantallas y monitores pesados de CRT.
Desde 2014, el número de países que han adoptado una política, una legislación o una reglamentación nacional en materia de desechos electrónicos ha aumentado de 61 a 78. Si bien se trata de una tendencia positiva, está lejos de la meta fijada por la Unión Internacional de Telecomunicaciones, que consiste en aumentar al 50% el porcentaje de países que cuentan con una legislación sobre desechos electrónicos.
El Global E-waste Monitor 2020 es un producto colaborativo de la Global E-waste Statistics Partnership (GESP), formado por la Universidad de las Naciones Unidas (UNU), la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) y la Asociación Internacional de Residuos Sólidos (ISWA), en estrecha colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Ministerio de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania (BMZ) también contribuyeron sustancialmente.
"Los resultados del Global E-waste Monitor sugieren que la humanidad no está implementando suficientemente los ODS. Se requieren esfuerzos considerablemente mayores para garantizar una producción, consumo y eliminación global más inteligente y sostenible de equipos eléctricos y electrónicos. El informe contribuye enormemente a la sensación de urgencia para dar la vuelta a este peligroso patrón global", advierte David M. Malone, rector de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU) y subsecretario general de la ONU.
Por su parte, Nikhil Seth, director ejecutivo del Instituto de las Naciones Unidas para Formación Profesional e Investigaciones (UNITAR) y Subsecretario General de la ONU, destaca que "se generan muchos más desechos electrónicos de los que se reciclan de manera segura en la mayoría de las partes del mundo. Se requieren más esfuerzos cooperativos para tomar conciencia de este problema cada vez mayor y tomar el suplemento de contramedidas adecuado mediante la investigación y capacitación adecuadas", añade.
Antonis Mavropoulos, presidente de la Asociación Internacional de Residuos Sólidos (ISWA), advierte de que "las cantidades de desechos electrónicos están aumentando tres veces más rápido que la población mundial y 13% más rápido que el PIB mundial durante los últimos cinco años. Este fuerte aumento crea importantes presiones ambientales y de salud y demuestra la urgencia de combinar la cuarta revolución industrial con la circular economía".
A su juicio, "la cuarta revolución industrial avanzará un nuevo enfoque de economía circular para nuestras economías o estimulará un mayor agotamiento de los recursos y nuevas olas de contaminación. El progreso logrado en el control de los desechos electrónicos por la Asociación Global de Estadísticas de Residuos Electrónicos es un signo de esperanza".
Finalmente, Maria Neira, directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS), recuerda que "el reciclaje informal e inadecuado de los desechos electrónicos es un peligro emergente que afecta silenciosamente nuestra salud y la de las generaciones futuras. Uno de cada cuatro niños muere por exposiciones ambientales evitables y podría salvarse si tomamos medidas para proteger su salud y asegurar un ambiente seguro".