Ecologistas en Acción pide establecer restricciones al transporte y a la industria por la contaminación del aire por ozono, disparada por la ola de calor que afecta a España esta semana, con el fin de reducir la gravedad de los efectos sobre la salud y la calidad del aire.
Además, en un comunicado, denuncia que ni el Gobierno ni las doce comunidades autónomas en las que en la última década han inclumplido los objetivos legales de ozono, han elaborado los preceptivos planes de mejora de la calidad del aire para reducir este contaminante, y cuando formalmente los han aprobado (como en Castilla y León y Extremadura) dichos planes se han mostrado ineficaces por la falta de ambición en las medidas previstas.
La intensa ola de calor dispara los niveles de ozono
La intensa ola de calor contribuye a que se disparen los niveles de ozono en el aire, por efecto combinado de las elevadas temperaturas y de las emisiones contaminantes del tráfico rodado, el transporte marítimo y aéreo y la mayor producción de electricidad en centrales térmicas, por el uso de aire acondicionado.
En concreto, asegura que un tercio de las 500 estaciones que miden ozono en España superan los niveles objetivo establecidos para proteger la salud. En Andalucía, Castilla-La Mancha, Cataluña, Extremadura y Comunidad de Madrid la última semana los niveles han estado por encima de su límite legal y la ONG denuncia la "pasividad" de las administraciones autonómicas y locales, que siguen sin elaborar los preceptivos planes de mejora de la calidad del aire respecto al ozono.
Ozono "malo"
El ozono troposférico, también conocido como ozono "malo" por contraposición al de la estratosfera, es un contaminante secundario producido por la reacción entre la luz solar y el dióxido de nitrógeno y los hidrocarburos emitidos por los automóviles y algunas industrias.
Por inhalación, provoca un incremento del riesgo de enfermedades respiratorias agudas y reducción de la función pulmonar, así como el agravamiento de patologías cardiovasculares.
La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) estima entre 1.500 y 1.800 las muertes prematuras anuales en España producidas como consecuencia de la exposición a niveles de ozono como los registrados estos días. El ozono, además de para las personas, también es tóxico para la vegetación, daña los bosques y reduce la productividad de los cultivos.
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