Viajar de manera responsable es disfrutar del periplo y actuar como viajeros conscientes del impacto que se genera al recorrer el mundo, desde el puramente económico a los culturales y sociales, y por supuesto los que hoy trataremos, los impactos medioambientales.
Cuando hablamos del medio ambiente, hablamos de la naturaleza en su máxima expresión y diversidad, lo que incluye por supuesto a su fauna. Y es evidente que el turismo se desplaza hacia entornos naturales y desde entornos naturales, y que utiliza recursos naturales. Definitivamente, estamos provocando un acelerado cambio climático, y esto es consecuencia de la inmensa utilización de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) que generan en su combustión dióxido de carbono, que va directo a nuestra atmósfera ya saturada de gases de efecto invernadero.
Los clientes reciben una lista de buenas prácticas a llevar a cabo durante el viaje
La protección del medio ambiente, aquí y allá donde vayamos, es cosa de todos. Si ya de manera individual hemos incorporado a nuestras costumbres diarias la compra de productos en envases reciclables, un buen manejo de los residuos, una reducción significativa en el uso y consumo de energía y agua, una sensibilidad especial por el mundo animal y su protección, seguro que a la hora de viajar seguiremos aplicando estos principios.
Al viajar, utilizamos medios de transporte y consumimos energía de diversas fuentes. Se realizan compras de toda índole, se interactúa con las poblaciones locales, generamos residuos, tanto orgánicos como plásticos y metales, consumimos agua...
Tarannà ha elaborado una lista de buenas prácticas a llevar a cabo durante el viaje, entre las cuales se hace alusión al medio ambiente. Esta información se recoge dentro de su Ética del viajero responsable, un documento que se envía a todos los clientes que viajan con nosotros.
También es importante hacer llegar este mensaje a nuestros proveedores, para hacer extensibles estas buenas prácticas a todos los que intervienen en el proceso que permite al viajero llegar a su destino. La vía elegida por ahora es la de la información a través de noticias mensuales y entrevistas anuales, en las que se abordan, entre otras, cuestiones de protección medioambiental.
Además, junto a nuestros proveedores de los destinos más visitados, estamos desarrollando un trabajo específico a través de una hoja informativa de sostenibilidad en la que se abordan entre otras cuestiones los riesgos medioambientales del país.
Sencillas alternativas
Los riesgos se plasman de manera esquemática, para facilitar la lectura y comprensión, y en cada caso se propone una alternativa que los minimice. Existen algunos muy genéricos, como es el caso de los residuos y su depósito, sobre todo los integrados por plásticos. En algunos países se repite el riesgo de la flora y fauna local, porque en ellos se venden artículos que contienen animales o plantas en proceso de extinción. También hay otros casos más particulares, como el caso de la pesca incontrolada mediante explosivos en Indonesia, que aniquila los fondos marinos y sus especies.
Ante estas situaciones se plantean alternativas tan sencillas como el control de los residuos y su depósito, la no compra de especies de fauna y flora o de artículos de regalo que las utilicen o, en el caso más relevante de la pesca, avisar al guía o al hotel donde se alojarán los viajeros para que informen a la autoridad competente. Toda esta información forma parte de la documentación del viaje y es enviada al viajero antes de partir.
El Bosque de Miguel Guerrero compensa las emisiones de CO2 de nuestra actividad
Además, Tarannà ha querido convertirse en parte activa de esta conciencia medioambiental y, para ello, hace tres años, forjamos un proyecto de reforestación junto con la Fundación +Arboles: el Bosque Tarannà, ahora denominado Bosque de Miguel Guerrero. Este espacio verde ha supuesto la culminación de la búsqueda de un proyecto medioambiental próximo y visitable por cualquiera con el que poder compensar las emisiones de dióxido de carbono que genera nuestra actividad y ofrecer la posibilidad de sumarse a los viajeros de la casa, siempre de manera voluntaria.
El bosque está en la parcela de Cannons de Sant Boi de Llobregat (Barcelona) y tiene una extensión de 16.000 metros cuadrados. Se trata de un espacio totalmente rehabilitado en el que se han realizado diversas plantaciones que suman ya más de 600 árboles. Está abierto a su población local como lugar de recreo o paseo y se ha convertido en el marco donde hemos podido llevar a cabo diversas actividades medioambientales con nuestro equipo y proveedores.
Esperamos seguir trabajando junto a nuestros viajeros, colaboradores y proveedores por un planeta más sano que visitar ahora y en el futuro.
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