Siempre que se aborda el tema de la alimentación saludable tendemos a pensar automáticamente en el consumo de grasas. Pero, ¿es realmente necesario eliminar las grasas de nuestra dieta si queremos llevar una alimentación sana? La respuesta es que no. Las grasas, al igual que el resto de los macronutrientes (hidratos de carbono y proteínas) son imprescindibles para nuestro organismo. De hecho, el consumo recomendado de lípidos está en torno al 30% del total de la energía que nos deben aportar los alimentos.
Sin embargo, en este caso, como en muchos otros, hay que tener en cuenta que lo que es realmente importante es la calidad de los lípidos que ingerimos. Conviene intentar que el perfil lipídico (proporción de grasas saturadas, monoinsaturadas y poliinsaturadas) de nuestra dieta sea el adecuado. Este artículo se centra en un tipo de grasa de vital importancia y con efectos muy beneficiosos para nuestra salud: los ácidos grasos omega 3.
El consumo de grasas recomendado debe suponer el 30% del total de la energía ingerida
Los ácidos grasos omega 3 están presentes de manera natural en alimentos como el pescado (fundamentalmente el azul), el marisco, el tofu o las nueces… Por sus propiedades, ejercen una acción protectora. Ayudan a prevenir las enfermedades cardiovasculares, y también enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
De todas formas, si bien los efectos beneficiosos de ácidos grasos omega 3 son muchos y diversos, nunca debemos de perder de vista que han de ingerirse en el contexto de una alimentación equilibrada. Ningún nutriente por si sólo puede ejercer efectos milagrosos. Ni tan siquiera beneficiosos.
Una alimentación que contenga la cantidad necesaria de ácidos grasos omega 3 puede ayudarnos a mantener un buen estado de salud. Pero, ¿es necesaria la suplementación? A menudo encontramos en el mercado suplementos de omega 3 y productos alimenticios, como por ejemplo lácteos, enriquecidos con ellos. Todos ellos pueden ayudar en situaciones concretas pero, sin ninguna duda, la mejor manera de proporcionar al organismo los nutrientes que precisa para funcionar correctamente es a través de los alimentos que los contienen de manera natural. Por ello, una alimentación sana y rica en pescados azules y frutos secos nos aportará la cantidad suficiente, sin que resulten necesarias otras fuentes.