Las mercancías nuevas o levemente deterioradas que no se han llegado a vender por accidentes, siniestros o impagos pueden tener una segunda oportunidad y llegar ser útiles a personas con escasos recursos. Es la idea de mueve a Pinvi Trade, empresa localizada en Donostia-San Sebastián (Guipúzcoa) desde 2015. "Trabajamos con seguros, gabinetes periciales y empresas logísticas, recuperando artículos que por alguna razón han quedado estacionados; pueda ser por desperfectos en el embalaje, algún golpe superficial o simplemente porque el cliente al que iba dirigido la mercancía no abona su coste", explican sus impulsores.
"Realizamos venta de lotes a bajo precio para todo tipo de cliente, mayoristas o minoristas. Nuestros productos se encuentran en perfecto estado y son todos revisados y acondicionados. Completamente nuevos. También hacemos trabajos de reorganización y re-acondicionamiento de mercancías en el almacén de nuestros clientes", señalan los cuatro socios de la iniciativa.
Ubicada en Oiartzun, esta empresa se dedica a la recuperación de la mercancía (descatalogada, superproducciones, inmovilizados, rechazados, con desperfectos), retirada del material, gestión del stock, reciclaje y destrucción. Ayudan así a los proveedores a recuperar parte de la inversión perdida en mercancías y a ser socialmente responsables con el medio ambiente. Su objetivo principal es la recuperación y venta de productos a un bajo coste para personas con recursos limitados.
"Venimos del mundo de la logística, donde detectamos esa necesidad de recuperar la mercancía que se dañaba tanto durante su transporte como en el almacén de las empresas por incendios, agua, polvo... El padre de uno de nuestros socios, Fran Mendes, que fue realmente quien impulsó la idea, trabajaba en el sector de la logística, al igual que yo. Empezamos a hablar de la gran cantidad de materiales, de mercancías, que se quedan retenidas y perdidas y no salen al mercado por un leve siniestro o por alguna tara, a veces insignificante, y dijimos: ¿por qué no darle salida y hablar con las compañías aseguradoras y con las empresas logísticas?", explica uno de ellos, Óliver Yusta.
En la actualidad disponen de varias partidas de instrumentos musicales, muebles y bobinas de papel. Salvaron 220 toneladas de ellas afectadas por una inundación, así como 18.000 botellas de vino que sufrieron un accidente, un lote de ropa de alta costura y en cambio tuvieron que gestionar la destrucción de un cargamento de conservas alimentarias que no se podían aprovechar.
"Nosotros retiramos esa mercancía que se ha quedado en un almacén, en una tienda o donde sea y la compramos para poder venderla a un bajo coste para que personas con recursos limitados puedan acceder a ellas. A veces sólo tiene taras estéticas, otras veces la restauramos. Luego ofrecemos un servicio extra por el que el material que no se ha podido recuperar de ninguna manera lo llevamos a destruir a un punto homologado. Uno de nuestros objetivos es ser responsables con el medio ambiente, por eso intentamos recuperar", destaca Nerea Mendes, otra de los socios.
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