En Monforte del Cid se ha retrocedido en el tiempo. En este municipio de 7.800 habitantes del interior de la provincia de Alicante, la basura ya no es recogida por ruidosos y voluminosos camiones, sino por el Hipomóvil, un carro tirado por un caballo. Así, tras más de 50 años, el relincho vuelve a formar parte del paisaje sonoro del casco histórico de la localidad, en el que reside la cuarta parte de los vecinos.
Se trata, según el ayuntamiento, del proyecto más llamativo del Plan Integral de Residuos, cuyo objetivo principal es la implantación progresiva de la separación de los desechos domésticos en origen.
El animal deberá arrastrar unos 1.000 kilos entre los desechos y el carro
La decisión de emplear de nuevo equinos es cuestión de números. Mientras, según datos del consistorio, mantener un camión de basura de motor diésel supone un gasto de entre 5.000 y 7.000 euros al año, un caballo cuesta entre 900 y 1.200 euros anuales. Además, el precio de un camión de la basura es de 125.000 euros y su vida útil no sobrepasa los 10 años, frente al coste de un Hipomóvil –carro y caballo– que no supera los 6.000 euros con una vida útil que sobrepasa los 20 años.
Junto con la reducción de costes, el ayuntamiento también destaca que el antiguo sistema permite eliminar un gran número de contenedores y recuperar las razas equinas de tiro, la mayoría de las cuales no existían antes del siglo XVIII y se fueron estableciendo por selección para fines militares, cayendo en desuso después de la Primera Guerra Mundial, cuando los vehículos de motor empezaron a ocupar su lugar.
El motor del carro de Monforte del Cid será Urtain, un caballo percherón, y su suplente, Carretero. Ambos animales están preparados para arrastrar hasta 2.000 kilos, aunque el ayuntamiento calcula que el peso que deberán soportar, sumando los del carro y la basura recogida, rondará los 1.000 kilos. El Hipomóvil tiene un depósito de agua y una cuña para recoger los excrementos del animal. Asimismo, el carromato tiene incorporados paneles solares que alimentan un sistema de luces por si se trabaja de noche, y conexión de USB para cargar dispositivos móviles.
Monforte del Cid es el primer municipio español que recupera los caballos para recoger los residuos, mientras que en Francia hace más de una década que se emplean en unos 250 municipios. “Es más barato, contamina menos y fortalece los lazos sociales y la conciencia de las personas para que respeten el medio ambiente y el desarrollo sostenible”, afirma Olivier Linot, presidente de la Comisión Nacional para los Caballos.
Recuperación de especies
El empleo de caballos para el servicio público ha ido en aumento en el país galo desde principios de este siglo. Trouville-sur-Mer, una población turística situada en la región de Baja Normandía que cuadruplica su población los fines de semana, fue una de las primeras en recuperarlos. Por 3.000 euros, la ciudad adquirió un percherón de cinco años y, junto con el carromato, se asignan anualmente 7.500 euros a este servicio público de tracción animal.
Tras esta experiencia, otros municipios como Rennes, Boulogne-sur-Mer, Brest, Quimper, Lyon, Meudon, Pau y Cabourg han optado por utilizarlos además en el mantenimiento de espacios verdes, transporte escolar y de pasajeros.
“En las ciudades donde se ha optado por utilizar caballos se ha observado un aumento del 15% al 17% del volumen de envases recogidos" afirma Sita, empresa de reciclaje y gestión de residuos subsidiaria de Suez Environnement que opera en Francia y proporciona los Hipomóviles.
El empleo de equinos permite reducir un 35% la huella de carbono del servicio
La asociación Equiterra, creada en septiembre de 2005, tiene como objetivo promover los usos modernos de los caballos. Defiende el empleo de la tracción animal bajo unos estándares de bienestar animal por ser más barato y menos contaminante, y porque permite recuperar especies equinas.
Según un estudio elaborado por esta organización, el uso de un caballo en lugar de un camión para la recolección de basura puede permitir una reducción del 35% de la huella de carbono del servicio. Una ganancia que podría ascender al 40% si se trata de residuos de poda en espacios verdes e incluso subir hasta el 90% si se trata de restos de horticultura.
“El caballo de tiro, usado desde hace miles de años, está siendo seriamente reconsiderado como fuente de energía renovable y ecológica”, afirman desde la asociación. Los caballos, junto con asnos y mulos, han sido desde antaño los principales animales de trabajo, para transporte, en minas y en guerras hasta que la introducción de la tracción mecánica y los vehículos a motor los reemplazaron en los países desarrollados.
De hecho, el movimiento mundial de protección de los animales nació por “la compasión que despertaban los caballos, mulos y asnos maltratados en personas sensibles”, tal y como explica el filósofo Jesús Mosterín en su obra El triunfo de la compasión. La primera ley contra el maltrato animal, el Cruel Treatment of Cattle Act (Ley de Tratamiento Cruel del Ganado), promulgada en el Reino Unido en 1822, protegía a los animales de tiro, mientras que la primera organización americana para la protección de los animales se formó a raíz de las quejas ciudadanas por el trato a los caballos que tiraban de los tranvías de Nueva York.
Todavía hoy, los grupos animalistas se oponen a la tracción a sangre, es decir, al empleo de animales como fuerza impulsora de vehículos. La asociación Libera! y la Fundación Franz Weber han puesto en marcha la campaña BastadeTas. Y en la plataforma Change.org, más de 30.000 firmas han solicitado a la alcadesa del Partido Popular de Monforte de Cid la retirada del Hipomóvil por “forzar a un ser vivo a desempeñar una tarea que no desea, sin darle opción a elegir, y que vive bajo la orden y el dominio de otra”.