Calgary, una urbe de algo más de un millón de habitantes situada al sudoeste de Canadá, es la ciudad más limpia del mundo, según el ranking anual sobre calidad de vida en las principales áreas metropolitanas de los cinco continentes que elabora la consultora internacional Mercer, y en el que, en este terreno, se tienen en cuenta cinco factores: el reciclaje y tratamiento de residuos, la calidad y disponibilidad del agua potable, la calidad de los sistemas de tratamiento de aguas residuales, los niveles de contaminación atmosférica o la fluidez del tráfico.
La ciudad más poblada de la provincia de Alberta se ha situado entre las tres primeras del ranking durante los últimos cinco años. En el último estudio, publicado a finales de 2012, la siguen en la lista la localidad australiana de Adelaida, con una población ligeramente mayor (1,2 millones de personas) y, en tercer lugar, Honolulú, la ciudad más grande de las islas Hawai, que tiene unos 380.000 habitantes.
A continuación aparecen la también estadounidense Minneapolis (388.000 habitantes); la japonesa Kobe (1,6 millones); la capital danesa, Copenhague, siempre referente en temas de sostenibilidad (660.000); Wellington, la capital de Nueva Zelanda (396.000); Helsinki, capital de Finlandia (600.000); la capital noruega, Oslo (687.000) y Friburgo, en Alemania (230.000).
Los habitantes ponen todos los materiales reciclables en una cesta azul, sin clasificarlos
Pese a ser el principal centro urbano de una provincia con una importante actividad de explotación de petróleo y gas que generó el 22 por ciento de las emisiones de todo el país en 2011, las autoridades de Calgary, que fue sede olímpica de invierno en 1988, han puesto en marcha numerosas eco-iniciativas que han dado como resultado la limpieza de sus vías y de sus cursos de agua.
El programa Too good to waste (Demasiado bueno para tirarlo) puesto en marcha en 2007 ha hecho disminuir enormemente la cantidad de residuos que llegan a los vertederos, a los que se quiere hacer llegar un 80% menos de volumen en 2020. Asimismo, se ha creado un sistema de reciclaje de los materiales de construcción, como madera, yeso, tejas u hormigón.
Cada familia de Calgary recibe una gran cesta azul de plástico reciclado donde puede depositar todos los residuos susceptibles de ser recuperados: frascos y botellas de vidrio, latas de metal, cartón y papel y envases de plástico. Todo ello es recogido de manera conjunta, la familia no tiene que clasificar los materiales. El proceso de selección de éstos se realiza en la planta de procesamiento a la que se traslada el contenido de las cestas.
El sitio web municipal Green Calgary (Calgary verde) aconseja a los ciudadanos sobre como sus hábitos cotidianos pueden mejorar el medio ambiente, en aspectos como la separación de los residuos reciclables, la generación de menor volumen de los mismos o cómo fabricar compost con la fracción orgánica. Precisamente para compostar la materia orgánica recogida en los contenedores, el alcalde ha pedido financiación de las autoridades centrales para construir un gran centro de tratamiento presupuestado en casi 90 millones de euros.
600 euros por tirar una colilla
El equipo de gobierno que preside Naheed Nenshi se ha puesto muy duro con quienes no respetan la limpieza impoluta de las calles, y acciones como tirar basura en la vía pública, incluso arrojar un cigarrillo a la acera, son castigadas con multas severas que pueden alcanzar los mil dólares (unos 660 euros). Y un eficaz sistema de tranvías eléctricos garantiza buena parte de la movilidad de la ciudad desde 1909.
Por lo que respecta a la calidad de vida en general, el estudio anual de Mercer destaca que las ciudades europeas siguen dominando la parte más alta lista. La capital austriaca, Viena, mantuvo el liderato alcanzado en el anterior análisis, seguida de Zurich (Suiza) y Auckland (Nueva Zelanda), con Munich (Alemania) en el cuarto lugar.
El ranking de las 10 mejores ciudades del mundo para vivir la completaron Vancouver (Canadá), Düsseldorf y Frankfurt (las dos en Alemania), Ginebra (Suiza), Copenhague (Dinamarca), y Berna (Suiza) y Sydney (Australia) empataron por el décimo lugar.
Barcelona aparece como la ciudad número 40 en calidad de vida, y Madrid, como la 49
En el otro extremo del Índice Mercer de Calidad de Vida, como peores ciudades del planeta, aparecen Jartum (Sudán), Yamena (Chad), Puerto Príncipe (Haití), Bangui (República Centroafricana) y la maltratada capital iraquí, Bagdad, cerrando la lista como la más inhóspita del globo para sus habitantes.
Mercer realiza este estudio para asesorar a grandes compañías y organizaciones internacionales a la hora de elegir los lugares donde van a establecer sus sedes y para que puedan compensar a sus empleados en relación con el nivel de vida del lugar al que son enviados. La lista incluye 221 de las principales ciudades del planeta, que se clasifican tomando a Nueva York como referencia.
Europa, que aparece como el mejor continente para trabajar y vivir, tiene a 15 ciudades clasificadas entre las 25 primeras. Según la consultora, ello obedece a una combinación de “creciente estabilidad, niveles de vida en aumento e infraestructuras avanzadas”. Barcelona ocupa el lugar número 40 del mundo, mientras que Madrid no aparece en la lista hasta el número 49.
Por lo que respecta a las infraestructuras, la lista aparece encabezada por la ciudad-estado de Singapur, seguida de las alemanas Frankfurt y Munich. Madrid es la única ciudad española que se encuentra entre las 50 primeras del mundo en este apartado, ocupando el puesto número 34.