Según la resolución de una juez del Tribunal Supremo de California, con sede en Sacramento, la capital, las autoridades californianas trataron de ocultar estas advertencias, contenidas en un material elaborado en 2010 por expertos del área de investigaciones ambientales del departamento estatal de Salud Pública, y que las autoridades silenciaron por motivos políticos.
El departamento de Salud Pública se resistió a entregar el material a un profesor
La magistrada Shelleyanne Chang ordenó a primeros de mes al gobierno estatal que hiciera entrega del documento sin las modificaciones introducidas a posteriori en algunas versiones proporcionadas a la prensa asistente a la vista judicial en un intento de esconder algunas de las recomendaciones más potencialmente polémicas. En opinión de la juez, se trata de un "material público" que resulta "de interés público significativo" y los ciudadanos "tienen derecho a verlo".
La administración alegaba que el documento no era más que una versión no definitiva, y de hecho la ahora entregada contiene superpuesta en sus páginas la frase "borrador no apto para su difusión pública". La juez estima en su fallo que no se trata de un borrador.
Enterado de su existencia, el director del Centro de Salud Comunitaria y Familiar de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de California en Berkeley, Joel Moskowitz, había solicitado el documento original al departamento estatal de Salud, pero su entrega le fue reiteradamente negada. Moskowitz demandó entonces al Estado de California por ese motivo, y ahora la justicia ha amparado su reclamación.
Caos y confusión
“Me gustaría que este documento viera la luz del día porque va a informar al público que existe preocupación en el seno del Departamento de Salud Pública de California respecto a los riesgos de la radiación de los teléfonos móviles y le proporcionará información sobre cómo reducir esos riesgos", afirmó Moskowitz tras conocer el fallo judicial. “Ellos afirmaban que su publicación sembraría el caos y la confusión entre el público, pero sospecho que en realidad tenían miedo de la reacción de la industria de las telecomunicaciones", manifiesta el demandante.
Las recomendaciones de los servicios de salud californianos se hacen eco de diversos estudios científicos que empiezan a "relacionar la exposición a las radiaciones electromagnéticas generadas por el uso de esta tecnología a largo plazo con la incidencia de cánceres cerebrales y otras afecciones", asegura el Grupo de Acción Medioambiental (EWG, en sus siglas en inglés) una organización sin ánimo de lucro estadounidense que trabaja en los campos de la salud y el medio ambiente. Ante la juventud de esta tecnología, apenas se sabe nada de sus posibles efectos sobre la salud tras periodos de uso intensivo superiores a los 10 años.
Una sentencia del Tribunal Supremo italiano vinculó el teléfono con un tumor
Desde la administración central, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, en sus siglas en inglés) defiende que "la evidencia científica no ha vinculado efectivamente la exposición a la energía de radiofrecuencia de los dispositivos móviles con cualquier problema de salud conocido". El Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos y el Consejo Nacional de Protección contra las Radiaciones estadounidenses consideran admisible para el organismo una tasa de absorción de 1,6 vatios por kilo de masa corporal.
"Si bien los datos obtenidos [por un amplio estudio internacional] no indican un aumento del riesgo de sufrir tumores cerebrales, el uso cada vez mayor del teléfono móvil y la falta de datos referentes a su utilización por periodos de más de 15 años hacen evidente la necesidad de seguir investigando la relación del uso de este aparato con el riesgo de contraer cáncer cerebral", afirma por su parte la Organización Mundial de la Salud.Existe un precedente a nivel internacional en que una sentencia judicial ha culpado a la telefonía móvil de un tumor cerebral. Fue dictada en 2012 por el Tribunal Supremo italiano, y estableció una relación de "causalidad" entre el cáncer sufrido en el nervio trigémino, uno de los nervios craneales, por un hombre de negocios y su uso intensivo del aparato, destacando que la dolencia se generó muy cerca de donde el terminal entraba en contacto con el cuerpo de la persona.
El EWG ha publicado una guía con cinco consejos de seguridad para hacer más seguro el uso del móvil: emplear un auricular o altavoz para mantener el terminal alejado de la cabeza; utilizar más los mensajes escritos y hablar menos por el micrófono; llamar cuando el aparato tiene una mejor cobertura, porque "la exposición a radiación aumenta dramáticamente cuando las señales de telefonía celular son débiles"; alejarlo del cuerpo tanto como sea posible aunque no se esté usando, y no guardarlo en el bolsillo o bajo la almohada, puesto que "cuando un teléfono está encendido y no está en uso, todavía emite una señal intermitente para conectar con las torres de telefonía celular cercanas" .