La ciencia lleva mucho tiempo tratando de descubrir por qué los ejemplares de la especie Arctica islandica llegan a vivir cientos de años. Su organismo podría aportar las claves para comprender el proceso del envejecimiento en los seres vivos, incluso en el ser humano.
Los científicos creen que estos moluscos podrían experimentar una tasa de renovación celular distinta a la de otras formas de vida. Debido a su importancia para el avance en el conocimiento en este terreno, el equipo de la Universidad de Bangor (País de Gales, Reino Unido) que descubrió el bivalvo recibió 50.000 euros de la organización Help The Aged (Ayuda a la gente mayor).
La 'Arctica islandica' puede ayudar a entender el proceso del envejecimiento humano
Otro motivo de interés de este ser vivo radica en que el anillo que, como los troncos de los árboles, se añade cada año a su concha resulta de gran utilidad para estudiar la evolución de los océanos, pues su ritmo de crecimiento depende del clima, la temperatura del agua del mar y la disponibilidad de alimento. “Son como diminutas grabadoras situadas en el fondo del mar”, afirma Christopher Richardson, de la Escuela de Ciencias Oceanográficas de Bangor.
Ming, que recibió este nombre porque cuando nació gobernaba esa dinastía imperial (1368-1644) en China, fue capturada en 2006 por los investigadores de Bangor junto con otros doscientos ejemplares de Arctica islandica con la intención de obtener datos para un estudio de la evolución climática registrada durante los últimos mil años.
Su tamaño, de una decena de centímetros, como el de todas las demás, no delataba de ninguna manera su avanzada edad, a la que puso fin el proceso de congelamiento a que fueron sometidos todos los moluscos para llevarlos al laboratorio galés.
En tiempos de Cervantes
En 2007, cuando por fin fue puesta bajo el microscopio, un primer recuento de sus anillos le atribuyó una asombrosa edad de entre 405 y 410 años. Pero una nueva investigación este año elevó su longevidad en la Tierra hasta los 507. La diferencia de un siglo se debió a una franja de anillos extremadamente delgados inicialmente pasada por alto y cuyo recuento resultó muy complicado. La edad definitiva fue confirmada mediante el uso del radiocarbono (carbono 14).
Según el Libro Guinnes de los Récords, el animal más viejo hallado hasta ahora era otra almeja de la misma especie encontrada en 1982, cuando tenía 220 años, pero un ejemplar que se conserva en un museo de Islandia alcanzó, afirman algunos expertos, los 374 años. Una tortuga gigante de las Seychelles, llamada Jonathan, de 181 años acreditados, es el vertebrado de mayor edad contrastada que sigue vivo en la isla de Santa Elena, pero algunos quelonios de este tipo han superado su longevidad.
Incluso con la primera edad que se le atribuyó, Ming los superaba a todos. Cuando empezó a desarrollarse en el fondo del Atlántico, William Shackespeare y Miguel de Cervantes se hallaban en plena actividad literaria y Leonardo da Vinci pintaba la Gioconda. Pero, para llegar a averiguarlo, hubo que causarle la muerte.
Los expertos advierten de que ejemplares centenarios son usados para hacer sopa
Ante las críticas recibidas por el supuesto sacrificio deliberado del molusco a sabiendas de su edad, desde la universidad se alega que el número de ejemplares recogidos en Islandia para el estudio fue restringido con el fin de “garantizar un impacto mínimo en las poblaciones” y que la muerte de Ming fue “no premeditada” y resultó “inevitable” porque “es imposible determinar la edad de las almejas hasta que se han abierto sus conchas”.
Diversos medios de comunicación habían publicado que la almeja falleció cuando se realizó esta operación, cuando en realidad había muerto al ser congelada poco después de salir del agua y su escudo no se analizó hasta un año más tarde, replica la institución académica.
"Hemos recibido correos electrónicos acusándonos de ser asesinos de almejas", se lamenta el profesor James Scourse, que dirige el equipo investigador. "Pero la misma especie es capturada comercialmente y consumida a diario: cualquiera que haya probado la sopa de almejas de Nueva Inglaterra (Estados Unidos) probablemente ha comido ejemplares de esta especie, muchos de los cuales pueden tener centenares de años", añade.
Los expertos de Bangor no tienen ninguna duda de que hay almejas vivas más viejas todavía en el fondo del mar. Ante el escaso número de ejemplares estudiados en relación a la población total, la posibilidad de que Ming fuera la más longeva es “infinitesimalmente pequeña”, aseguran.