El cambio climático, con el deshielo del Ártico y la Antártida que conlleva, la deforestación, la extinción de especies... Todas estas consecuencias del paso de la humanidad por nuestro planeta están empezando a ser tan profundas que amenazan con marcar la historia geológica de la Tierra para siempre. De hecho, ya lo están haciendo. Un estudio publicado en enero en la revista americana Science defiende que el Holoceno, la era en la que surgió nuestra especie, ha dejado paso al Antropoceno, la era del hombre.
El equipo internacional de científicos, dirigido por Colin N. Waters, del Servicio Geológico Británico, ha dedicado los últimos años a estudiar la posibilidad de que el Holoceno, la época geológica que comenzó hace unos 11.700 años, haya terminado. En su lugar, actualmente nos encontraríamos en el Antropoceno (del griego anthropos, ‘hombre’ y ‘nuevo’), un cambio de época que sería debido al significativo impacto global que las actividades humanas han tenido sobre los ecosistemas terrestres.
No hay acuerdo sobre el período histórico exacto durante el cual habría empezado
El término Antropoceno lleva usándose desde los años 70 del pasado siglo, época en la que lo acuñó el biólogo Eugene Stoermer, pero no fue hasta el año 2000 en que el premio Nobel de química Paul Crutzen lo popularizó: “Yo estaba en una conferencia en la que alguien comentaba algo sobre el Holoceno. En ese momento pensé que tal término era incorrecto porque el mundo ha cambiado demasiado. Así que le dije: ’¡No, estamos en el Antropoceno!’, creando en el calor del momento la palabra. Todo el mundo estaba sorprendido, pero el término parece haber persistido”.
Aunque la palabra Antropoceno ha enraizado en la comunidad científica, lo cierto es que aún no hay acuerdo en la fecha o incluso el período histórico exacto durante el cual se habría iniciado. De momento, los científicos barajan diferentes momentos, el más antiguo el del inicio de la agricultura y la revolución neolítica hace 12.000 años, ya que la presencia humana habría empezado a hacer notar en ese momento su impacto en los ecosistemas y la biodiversidad.
Sin embargo, las teorías más extendidas fechan el inicio de esta nueva era del hombre en la Revolución Industrial (en torno al año 1800), debido a que es en ese momento cuando se inicia un cambio mucho más profundo en el paisaje del planeta. Hay otras argumentaciones en favor de elegir las pruebas Trinity en julio de 1945 (el primer test de un arma nuclear) como el inicio del Antropoceno, porque extendieron elementos radioactivos por toda la Tierra.
Fósiles propios
El estudio del Servicio Británico de Geología (realizado en colaboración con la universidad también británica de Leicester) afirma que las alteraciones producidas por los humanos en el planeta son tan grandes y profundas que marcarán los sedimentos y el hielo (en los grandes glaciares y en la Antártida) durante miles de años, de una forma similar a cómo los cambios en el clima pueden apreciarse en los anillos de los árboles. La definición y magnitud de estos cambios es lo que este estudio ha intentado dilucidar.
En primer lugar, habría que mencionar el cambio climático y la subida del nivel del mar. Ambos provocados por la actividad del hombre, tienen como causa principal el aumento de la cantidad de dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero en la atmósfera debido al uso de los combustibles fósiles. El estudio defiende que los niveles de CO2 han aumentado en los últimos tres años tanto como en el millón de años anterior (en torno a 100 partes por millón). La temperatura global también ha subido en los últimos 50 años más que en los pasados 1.400, lo cual ha provocado una subida del nivel del mar de 3,2 milímetros anuales (mayor que la media de etapas anteriores). Por tanto, nos encontraríamos ante cambios que, definitivamente, se reflejarían tanto en el hielo (el CO2) como en los sedimentos.
La participación del hombre en la extinción masiva de plantas y animales es evidente
Los científicos del Servicio Británico de Geología han detectado también que los humanos están empezando a crear fósiles propios, los ‘tecnofósiles’, materiales que antes no se encontraban en la naturaleza y que actualmente están muy extendidos. El aluminio o las estructuras de hormigón son un buen ejemplo, ya que continuamente se abandonan fábricas o edificios que tardarán muchos siglos en degradarse. Por otro lado, se han encontrado fósiles como rocas en Hawai hechas de plástico, que ya han recibido el nombre de ‘plastiglomerados’.
El hombre también ha alterado el curso de los ríos y la sedimentación en los deltas a través de los embalses y presas, los cuales han afectado asimismo a los animales y plantas. Éstos se han visto desplazados de su hábitat por la deforestación y han tenido que luchar contra especies invasoras introducidas en sus entornos por el hombre. El impacto humano en la biodiversidad de la Tierra y su participación en la extinción masiva que estamos viviendo es evidente.
Desafortunadamente, todo apunta a que el estudio está en lo cierto y que las señales que el hombre está dejando en nuestro planeta son irreversibles y quedarán marcadas para siempre. Con este conocimiento, en nuestra mano está ahora frenar estos cambios y convertir el Antropoceno no en la nueva era del hombre, sino en la era del hombre nuevo, durante la cual podamos subsanar los errores medioambientales del pasado.