El resultado ha sorprendido a los científicos, que esperaban que este fuera un buen año para los lepidópteros. “El descenso de las poblaciones de mariposas este verano ha sido un shock”, declaró Richard Fox, de Conservación de Mariposas. “Cuando tenemos veranos fríos y húmedos, como en el 2012, ya esperamos que las mismas se desplomen, pero no había sido el caso este año”. Informes meteorológicos de todo el mundo han declarado el verano de 2016 como uno de los más cálidos desde que existen registros, y la Gran Bretaña no fue la excepción.
Entre las causas barajadas están la fría primavera pasada y el uso de pesticidas
El censo concluyó que más de la mitad de las especies de mariposas han visto reducirse sus efectivos, algunas de ellas de forma dramática. La mariposa azul ícaro se lleva la palma: ha perdido un 55% respecto al año pasado. La mariposa manto bicolor cayó un 30% y registra su peor cifra desde 2010; la náyade, un 48% menos, y la ortiguera y la c-blanca decrecieron un 47% y un 46% respectivamente. Por su parte, la mariposa pavo real baja por tercer verano consecutivo (un 42% este año), y la lobito agreste, que fue la más abundante en 2015, ha perdido un 40%, su peor balance desde 2010. Todas estas cifras podrían mejorar ligeramente cuando el Plan de Control de Mariposas del Reino Unido publique su informe oficial sobre la situación de estos animales en 2016.
“Los meses de verano han sido más cálidos de lo usual, y aun así muchos de los participantes del Gran Recuento vieron menos mariposas. Quizás el invierno con temperaturas tan suaves tuvo un efecto negativo, o la fría primavera, o quizás el impacto de la agricultura intensiva y los pesticidas están afectando ahora realmente a estas especies comunes”, baraja Richard Fox. El cálido invierno anterior pudo hacer que las orugas salieran antes de hora de la hibernación y que no pudieran resistir la fría primavera que le siguió.
Ciclo vital fascinante
Sin embargo, unas pocas especies mejoraron sus resultados anteriores: la atalanta incrementó su número en un 78%, y tanto la medioluto norteña como la blanca verdinervada llegaron a un 58% más. Otras cuatro variedades aumentaron sus cifras entre un 10% y un 30%.
En setiembre se publicó otro informe sobre el estado de las mariposas, esta vez con las especies del Mediterráneo en el punto de mira. La evaluación, llevada a cabo por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, descubrió que un 5% de estos insectos están en peligro de extinción. “Las mariposas son los insectos más populares e icónicos para mucha gente y tienen unos ciclos vitales fascinantes que se usan en muchos países para enseñar a los niños el mundo natural. Sin embargo, en diversas partes de la Europa mediterránea, están declinando por cambios en los sistemas agrícolas, y algunas de ellas podrían extinguirse si no se toman medidas urgentes ante estas amenazas”, avisaba el doctor Chris van Swaay, presidente de Conservación de Mariposas Europa, uno de los autores del informe.
Los insectos son un indicador de la salud de los ecosistemas en los que habitan
De las 416 especies del Mediterráneo, 19 están en peligro, y de ellas 15 son endémicas. Entre las diversas causas de este fenómeno que los científicos están considerando están la conversión de praderas en campos de cultivo, los niveles insostenibles de pastoreo, el cambio climático, el incremento de la frecuencia e intensidad de los incendios y el desarrollo del turismo. El estudio también muestra un caso de éxito, el del programa de recuperación de especies que Conservación de Mariposas Europa llevó a cabo para salvar cuatro mariposas españolas endémicas: Euchloe bazae, Polyommatus golgus, Polyommatus violetae y Plebejus zullichi. Entre las soluciones que propone el estudio están una mejor gestión de los hábitats, la implementación completa de la legislación internacional y nacional y la priorización de la investigación de especies con poca información.
Como defiende la página web de Conservación de Mariposas, el control y protección de estos insectos es esencial. Al definitivo valor estético y turístico se une su importancia para los ecosistemas: las mariposas son indicadores de la salud en general de las especies en una comunidad, y mantienen a diversos depredadores. “Conservar mariposas mejorará todo nuestro medio ambiente para la vida salvaje y enriquecerá las vidas de las personas ahora y en el futuro”, afirman sus incondicionales.
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