Un nuevo modelo de producción, consumo, distribución y financiación lejos del capitalista. La economía solidaria prioriza al ser humano y la comunidad frente al capital y se basa en valores como la cooperación, la equidad y el cuidado del medio ambiente. “La economía solidaria es una alternativa real para poder avanzar en la democratización de la economía y de la política y para poder salir de esta crisis”, explica el sociólogo y consultor en investigación aplicada, economía social y participación ciudadana Fernando Sabín a EcoAvant.com.
La muestra combina el ocio, la información y la formación con la oferta de bienes y servicios
Un buen escaparate para conocer qué es la economía de la solidaridad son las ferias sobre la temática que se celebran anualmente en cinco ciudades españolas (Pamplona, Bilbao, Barcelona, Zaragoza y Madrid). La más inminente tendrá lugar este fin de semana en la capital española. “La Feria de economía solidaria de Madrid es la muestra más tangible que hay para conocer y acercarse a esta alternativa: las empresas que funcionan bajo criterios diferenciados de la empresa capitalista tradicional presentan una realidad económica que normalmente está oculta”, dice Sabín, quien también participa en las comisiones del Mercado Social de Madrid.
La segunda edición de la muestra, promovida por Red de Redes de Economía Alternativa y Solidaria (REAS) y el Mercado Social de Madrid, se celebrará en el centro de creación contemporáneo El Matadero, del ayuntamiento madrileño, con el objetivo de fomentar otro sistema económico con modelos empresariales –sobre todo bajo la forma de cooperativas– y proyectos sociales –como las redes de trueque o los bancos del tiempo– fundamentados en criterios éticos, solidarios, ecológicos, democráticos e igualitarios respecto a la perspectiva de género.
El euro dejará paso al boniato, una moneda virtual que servirá como instrumento de intercambio económico dentro del recinto. Talleres de economía, ecología, feminismo, cosmética natural y un amplio abanico de expositores se darán cita durante estos dos días. “Es un espacio que combina tres dimensiones: un lugar de ocio que ofrece diversas actividades; una oferta de bienes y servicios que pueden encajar más coherentemente con nuestros planteamientos de consumo; y un punto de encuentro y oportunidad, ya que si eres una persona con inquietudes, si te planteas emprender de otra manera, con más gente o con principios diferentes –queriendo producir para satisfacer necesidades que no están cubiertas– puedes formarte e informarte”, afirma Sabín. Este año, la organización espera superar el éxito de la primera edición y duplicar la presencia de visitantes.
Más presencia pública
Fomentar este tipo de certámenes es uno de los objetivos de la recientemente fundada Asociación de Redes de Mercado Social que aglutina a las organizaciones y entidades más representativas de la economía solidaria y consumo responsable del estado.
Las entidades promotoras constituyentes de esta Asociación son REAS Red de Redes, los servicios financieros éticos y solidarios Coop57, la banca ética Fundación Fiare, el seguro ético y solidario CAES, la cooperativa de energías renovables Som Energia, el Centro de Información e Investigación en Consumo (editores de la revista Opciones), Ecologistas en Acción, el periódico de actualidad crítica Diagonal y los mercados sociales de cuatro territorios que están poniendo en marcha un circuito económico propio de economía social: Aragón, País Vasco, Navarra y Madrid. Entre todas estas organizaciones suman más de 50.000 socios, 10.000 trabajadores contratados y más de 1.500 entidades organizadas alrededor de la economía solidaria.
La economía solidaria emana de la economía social, que nació a finales del siglo XIX
“La asociación trata de generar una marca común a nivel estatal que nos haga más visibles. Y que nos dote de una estrategia de comunicación conjunta y un sistema de balance y auditoria compartido para poder desplegar todo el potencial de valor de la economía solidaria, ser transparentes y generar confianza. También pretende innovar con, por ejemplo, monedas sociales o complementarias, nuevas herramientas de gestión, etc.”, detalla Sabín, quien añade: “Tiene también otro objetivo claro: cubrir las necesidades muy básicas que tenemos los ciudadanos, familias y empresas con una oferta que trate de trabajar desde los principios éticos y solidarios”.
Una de las iniciativas conjuntas de la organización, creada el pasado 14 de febrero, es el portal web konsumoresponsable, un lugar de referencia del sector que aúna información sobre la economía solidaria y un catálogo con productos y servicios para empresas y consumidores. Porque, tal y como sentencia Sabín, “para favorecer el desarrollo de una economía que está al servicio de las personas, de los pueblos, de los territorios, y que va hacia la sostenibilidad medioambiental, hay que ser responsable consumiendo, ya que el acto de consumir es una decisión que implica un modelo de producción”.
Desde finales del siglo XIX, con el nacimiento del cooperativismo y el mutualismo, se desarrolló el concepto de Economía Social. Es en este espacio histórico en el que hay que enmarcar el nacimiento de la Economía Solidaria. “El término Economía Solidaria hace referencia a un conjunto heterogéneo de concepciones y enfoques teóricos, realidades socio-económicas e institucionales, y prácticas empresariales y asociativas que, desde el último cuarto del siglo XX, vienen desarrollando un creciente sentido de pertenencia a una forma diferente de entender el papel de la economía y los procesos económicos en las sociedades contemporáneas”, exponen Pérez de Mendiguren, Etxezarreta y Guridi en el documento Economía Social, Empresa Social y Economía Solidaria: diferentes conceptos para un mismo debate.
En los últimos años, con el estallido de la crisis económica y social, este movimiento ha adquirido una especial relevancia. En España, sobre todo a raíz del 15M. “Tratamos de vertebrar y fortalecer algunas de las herramientas económicas que más tirón están teniendo en la reflexión generada en torno a la crisis. Por ejemplo, las herramientas de la banca ética, las experiencias de consumo colectivo, la línea de seguros éticos o todo el campo de la agroecología. En el sector servicios, la base económica de este país, cada vez hay más experiencias desde la economía solidaria. Es, por tanto, una realidad creciente pero que todavía no tiene la presencia pública necesaria”, concluye el sociólogo Fernando Sabín.