Un coche con el motor alimentado por las flatulencias de las vacas. Aunque suene a chiste, es una posibilidad real. Lo han demostrado investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Argentina, que capturaron metano del sistema digestivo de los bovinos y lograron generar un combustible con el que se pueden conseguir calor o electricidad, hacer funcionar un congelador e incluso un automóvil.
Además de aprovechar como fuente de energía renovable los gases emitidos por los rumiantes durante su alimentación, se evitó que los mismos se lanzaran a la atmósfera contribuyendo al cambio climático (el metano, que supone hasta el 97% del gas natural que se utiliza en nuestras casas, es un importante agente de efecto invernadero: cada kilo contribuye al calentamiento global 25 veces más que uno de dióxido de carbono).
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), las emisiones asociadas a la producción ganadera (7,1 gigatoneladas de CO2 equivalente al año) representan el 14,5% de todas las emisiones causadas por el hombre y, entre las principales fuentes destacan las producidas durante la digestión de las vacas (39%) y la descomposición del estiércol (10%).
Según la FAO, la ganadería causa el 14,5% de todas las emisiones humanas
Un estudio reciente de este organismo, titulado Hacer frente al cambio climático a través de la ganadería: una evaluación global de las emisiones y las oportunidades de mitigación, considera posible una reducción de hasta el 30% de la contaminación atmosférica de efecto invernadero causada por los millones de animales criados por el hombre para alimentarse, que se podría alcanzar mediante mejores prácticas en la gestión de las explotaciones y el uso de nuevas tecnologías para aprovechar el recurso.
El experimento desarrollado en Argentina avanza en este sentido. “Como los bovinos liberan gases de efecto invernadero, proponemos una forma económica y práctica de secuestrar esas emisiones y utilizarlas como sustituto energético”, afirma el coordinador del grupo de Fisiología Animal del INTA, Guillermo Berra, para quien este procedimiento podría resultar una alternativa muy útil “en aquellos lugares a donde no llega la energía convencional, para iluminar sus viviendas e, incluso, manejar sus autos”.
Además, el uso de una mezcla de alimento especialmente estudiada para ello ha conseguido, en estudios preliminares realizados por el mismo INTA, reducir en un 12% el volumen de gases generados por la digestión de las reses vacunas en una nueva contribución a la mitigación de las emisiones de cambio climático.
Más eficaz que las máquinas
Una vaca emite alrededor de 300 litros de metano al día (de un total de 1.200 litros de gases en total), que recuperados y comprimidos pueden resultar suficientes para hacer funcionar un congelador de 100 litros de capacidad a una temperatura de entre dos y seis grados centígrados durante un día entero, según los cálculos de los técnicos del INTA, que han definido a los bovinos como biodigestores con patas.
Un biodigestor es un dispositivo que permite aprovechar los gases y residuos fertilizantes obtenidos de la fermentación de materia orgánica. La vaca resulta mucho más eficaz: “En períodos invernales, el biodigestor necesita de energía para alcanzar temperatura óptima de fermentación, mientras que la vaca mantiene su metabolismo a 38,5 grados de forma continua para hacerlo. Además, el biodigestor necesita ser cargado y descargado por el personal y la vaca se alimenta y desecha sola”, resalta Berra.
La única diferencia entre el aparato y el rumiante es la proporción entre CO2 y metano que resulta de la descomposición de la materia orgánica. Para atrapar el gas, los técnicos del INTA utilizaron un sistema de cánulas de 2 milímetros de diámetro comunicadas directamente con el interior del rumen (cámara de fermentación del sistema digestivo del animal) que permitían llenar una bolsa de plástico colocada en su lomo a modo de mochila, cuyo peso no superaba el medio kilo.
Los gases que genera una res al día pueden hacer funcionar un congelador de 100 litros
Los técnicos se aprestaron a destacar que los animales no sufrieron maltrato alguno. Antes de instalar las cánulas mediante una micropunción se les aplicó una anestesia local, y la mochila que cargaron no les supuso el menor impedimento para realizar las mismas actividades cotidianas que el resto del rebaño, como desplazarse, alimentarse o atender a sus terneros.
Se empleó monoetanolamina (un compuesto químico orgánico utilizado en diversos procesos industriales) para extraer el CO2 y el ácido sulfhídrico del conjunto de gas recogido, y obtener metano purificado en una concentración del 95% (para usarlo con fines energéticos hace falta que sea al menos del 60%). El metano conseguido se comprimió con la ayuda de una bomba para almacenarlo en garrafas.
El metano es uno de los combustibles para la automoción menos contaminantes y más eficientes. Y su precio es sensiblemente menor al del gasóleo o la gasolina. Incluso la NASA y la agencia espacial rusa han probado motores de metano para sus cohetes espaciales. Resulta mucho más seguro (es menos inflamable) y más barato que el hidrógeno usado hasta ahora, por lo que los expertos creen que puede resultar clave para el futuro de la investigación del cosmos.
Incluso hay enormes reservas de este gas en el fondo del mar. Japón ha logrado extraer este año por primera vez en el mundo gas natural a partir del hidrato de metano, una mezcla cristalizada de agua de mar y gas, y apuesta por este combustible como la solución a su acuciante dependencia energética.
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