En plena batalla de los ecologistas por acabar con el uso del carbón en Australia –la construcción de la mayor mina de carbón del país ha puesto en pie de guerra a millones de ciudadanos–, la octogenaria Wendy Bowman impidió que una poderosa empresa minera se quedara con la granja de su familia, evitando así que la comunidad rural de Hunter Valley, en Nueva Gales del Sur, en la costa oriental de Australia, tuviera que sufrir la destrucción de la zona y la contaminación.
Casi dos tercios de Hunter Valley ha sido entregado al negocio del carbón y en la zona ya se produce 145 millones de toneladas de carbón cada año El gobierno está emitiendo estas licencias sin tener en cuenta el impacto de la minería en la vida de los residentes locales: uno de cada cinco niños en el valle ha perdido un 20% de su capacidad pulmonar; y el asma, las enfermedades del corazón, el cáncer y enfermedades de salud mental están en aumento.
En la República Democrática del Congo, Rodrigue Katembo consiguió y divulgó información sobre sobornos y corrupción en un proyecto de extracción de petróleo en el Parque Nacional Virunga, un hábitat importante para cerca de un cuarto de la población mundial de gorilas de montaña. La revelación puso a toda la opinión pública en contra y la empresa petrolera británica SOCO Internacional tuvo que retirar la iniciativa.
El parque de Virunga –en la frontera oriental del Congo compartida con Uganda y Ruanda– es patrimonio de la Humanidad, es el más antiguo de África y la joya de la corona del ecoturismo del país. Más de 160 guardaparques han sido asesinados en servicio durante los últimos 15 años. La República Democrática del Congo es un centro de conflictos militares por la riqueza de sus recursos naturales.
Prafulla Samantara es un líder icónico de los movimientos de justicia social en India: ha librado una batalla legal de 12 años contra la empresa Odisha State Mining Company (OMC) que en 2004 firmó un acuerdo con la empresa británica Vedanta Resources para extraer bauxita, la principal mena del aluminio utilizada por la industria, en las colinas de Niyamgiri, en el estado oriental de Odisha.
Allí habitan los Dongria Kondh, una tribu de 8.000 miembros con lazos importantes con la naturaleza, además de ser hogar del tigre de Bengala y un importante corredor de migración para los elefantes. Samantara ha conseguido que se reconozcan los derechos sobre las tierras indígenas de los Dongria Kondh y la protección de las colinas de Niyamgiri.
Durante décadas, la contaminación atmosférica procedente de las operaciones de fábricas locales se ha instalado en los estrechos valles de las ciudades históricamente industriales de Eslovenia: las tasas de cáncer superan a las del resto del país y los niños son dos veces más propensos a sufrir enfermedades respiratorias crónicas.
El agricultor ecológico Uroš Macerl plantó cara a las empresas que, con incentivos de la Unión Europea, en los últimos años, reemplazaron el carbón por residuos médicos, neumáticos viejos y otros residuos industriales. Entre estas compañías, estaba Lafarge Cement, que en 2003 se instaló en una planta de cemento de 130 años en Trbovlje para quemar coque de petróleo. Macerl ha conseguido parar estas prácticas con el apoyo del gobierno y las comunidades locales.
En abril de 2016, en California, Mark Lopez consiguió que las autoridades se comprometieran a analizar y limpiar la contaminación de una planta de reciclaje de baterías que afectaba a los edificios situados en el Este de Los Ángeles, hogar sobre todo de población latina de clase trabajadora.
La planta, que había estado funcionando desde 1922 con pocas actualizaciones y reparaciones, fue adquirida por la empresa Exide en el año 2000 y aumentó el volumen de baterías procesadas, al mismo tiempo que lo hacían los niveles de emisión de contaminantes peligrosos como el plomo y el arsénico. Un muestreo de polvo en los tejados de edificios cercanos encontró niveles de plomo de 52.000 partes por millón.
Rodrigo Tot es un líder aborigen de Agua Caliente, Guatemala. Él guió a su pueblo en una batalla judicial para evitar la reapertura de una mina de níquel en las tierras de los Q'eqchi, que rodean el lago Izabal, el más grande y contaminado del país centroamericano, en El Estor.
La mina Fénix había sido abierta por el gobierno en la década de 1960 y se cerró en 1980 cuando el precio del níquel tocaba fondo, durante estos años ya contaminó la zona. De momento, gracias a Tot, seguirá cerrada y los Q'eqchi podrán mantener su estilo de vida.
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