Las ciudades costeras del planeta están amenazadas por los efectos, cada vez más patentes, del cambio climático. Nueva York, y más en concreto su isla central, Manhattan, ya se ha puesto manos a la obra para mejorar su resiliencia con el proyecto BIG U, un cinturón verde con el que pretende hacer frente al aumento del nivel del mar y los fenómenos meteorológicos extremos.
Porque éstos serán cada vez más frecuentes, intensos y de mayor duración como consecuencia del calentamiento global, según advierte el quinto y por ahora último informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas, que calcula que el nivel del mar podría llegar a subir un metro a finales del siglo XXI, frente a los tres metros que vaticina en su último estudio el reconocido físico y climatólogo estadounidense James Hansen.
En octubre de 2012, el huracán Sandy rediseñó con virulencia la geografía de la isla
La población neoyorquina es consciente de la amenaza a la que está expuesta desde que, en octubre de 2012, el huracán Sandy, después de atravesar Jamaica, Cuba, Bahamas, Haití, la República Dominicana y Bermudas, rediseñara con virulencia la geografía de la isla entre el río Hudson y el East River dejando tras de sí más de medio centenar de muertos.
El ciclón tropical, cuyos daños todavía son evidentes en algunos barrios de la isla de los rascacielos, dañó más de 300.000 viviendas y dejó durante varios días sin electricidad a cientos de miles de sus habitantes. Las pérdidas económicas causadas por el fenómeno ascendieron a 65.000 millones de dólares (unos 58.000 millones de euros).
La devastación causada por el huracán hizo poner las pilas a Nueva York, que ha decidido utilizar la propia naturaleza para contrarrestar las inundaciones y además proporcionar servicios a la ciudad. Este es el objetivo de la iniciativa BIG U, elaborada por un consorcio liderado por el estudio de arquitectura Bjarke Ingels Group, BIG, conocido mundialmente por extravagantes proyectos como el de una estación de esquí sobre una gran planta de generación de energía por medio de la incineración de basura en Copenhague (Dinamarca) o el de un zoológico en el que los visitantes serán los enjaulados en Givskud (también en Dinamarca).
Una ciudad resiliente
El proyecto prevé la construcción de 16 kilómetros lineales de zonas verdes públicas –con parques, vías para ciclistas, centros culturales, plataformas para hacer tai-chi o skate– en el sur de Manhattan –desde la calle 57 por el oeste hacia el sur hasta el Battery Park, y de aquí hacia el este hasta la calle 42–. Estos colchones verdes a lo largo de la línea de la costa harán de barrera para las inundaciones y los huracanes y protegerán de su impacto a los 200.000 residentes de la zona.La propuesta incluye tres tramos que funcionarán de manera independiente contra las inundaciones. Además, en los alrededores del Battery Park, una de las áreas más vulnerables de la Gran Manzana, se pretende construir el nuevo Museo Marítimo o Centro de Educación Ambiental, rodeado de colinas cubiertas de hierba para contrarrestar la marea alta. En el edificio, los visitantes podrán observar la pleamar bajo esqueletos de grandes cetáceos.
La iniciativa prevé la construcción de 16 kilómetros lineales de zonas públicas
De momento, el Gobierno federal estadounidense ha transferido 335 millones de dólares (unos 300 millones de euros) al Ayuntamiento de Nueva York para que desarrolle el primer tramo de la propuesta, en el barrio del Lower East Side, situado a orillas del río East, de poco más de tres kilómetros y en el que se construirá un montículo serpenteante de 4,57 metros de altura, el nivel al que el Sandy llevó el agua del mar. El resto de la financiación es todavía una incógnita y las autoridades están llamando a la puerta de inversores privados.
El proyecto es una de las iniciativas que forman parte de Rebuild by Design, un programa financiado por el gobierno federal con 1.000 millones de dólares (unos 900 millones de euros) para restaurar el litoral tras el paso del desolador huracán en 2012 y hacer de Nueva York una ciudad resiliente, un reto para las urbes de nuestros días –hogar de más de la mitad de la población mundial – en el que trabaja la ONU con la campaña mundial Desarrollando ciudades resilientes - ¡Mi ciudad se está preparando!