La formación, tanto en conocimientos como en habilidades, es imprescindible en el cumplimiento de nuestras tareas profesionales pues existe una importante relación entre el saber y la capacidad de reacción y respuesta eficaz ante los retos que se presentan diariamente en nuestro lugar de trabajo.
Del mismo modo, la formación supone una ventaja competitiva pues a mayor preparación se suponen más garantías de éxito, de manera que este aspecto adquiere gran relevancia a la hora de elegir a un candidato u otro para el desempeño de determinadas funciones.
Los postgrados son una buena manera de completar el perfil profesional
Aun así, la formación en estos últimos tiempos está siendo muy cuestionada. Algunos opinan que sólo consiste en obtener determinados certificados y diplomas sin ir más allá en el conocimiento de las materias estudiadas. Sin embargo, mientras que la inquietud de continuar formándonos sea por mejorar nuestras capacidades y conocimientos, y no simplemente por tener un currículum vítae más extenso que recoja una colección de títulos sin más, es más que recomendable seguir con nuestra instrucción y prepararnos para un mejor desarrollo tanto personal como profesional. En este sentido, cabe destacar los postgrados, ya que son una muy buena manera de completar nuestro perfil profesional.
En un sector como el ambiental en el que se depende mucho de la actualidad normativa y de los avances en los distintos ámbitos en que podemos dividir el medio ambiente –agua, energía, residuos, cambio climático, medio natural– es muy positivo mantenerse al día de las novedades en todas y cada una de estas áreas.
De ahí que la actualización en medio ambiente sea fundamental para aquellos futuros profesionales y en activo del sector que quieran hacerse un hueco en el mercado laboral y/o mantenerse en él. Es un reto y supone estar siempre al día y abierto a aprender cosas nuevas, pues cuantos más conocimientos especializados se posean, mayores serán las posibilidades de conseguir trabajo.
Compromiso e interés
Es fundamental que la formación que elijamos sea formación de calidad, que tenga el respaldo de docentes con experiencia y profesionales que conozcan la materia y hayan o estén trabajado directamente en ella, siendo así los más idóneos para trasladar y transmitir la realidad del mercado laboral a los alumnos.
Al elegir hay que tener claro hacia dónde queremos orientar nuestro conocimiento
No obstante, hay que tener en cuenta algunos otros aspectos a la hora de elegir. En primer lugar, hay que valorar el momento personal y profesional en el que nos encontramos, así sabremos si nos conviene un curso de mayor o menor duración. También es importante tener claro hacia dónde queremos orientar nuestro conocimiento, de manera que podamos escoger la temática central en la que especializarnos y destacar.
O quizás nuestra necesidad de formarnos se deba a que hemos detectado una limitación en nuestro avance profesional si no manejamos un determinado conocimiento o habilidad y cuyo dominio puede abrirnos más de una puerta laboralmente hablando. Además, puede permitirnos, no sólo por los conocimientos, sino por las responsabilidades, habilidades y la seguridad adquirida durante su realización, llegar más lejos y ser más ambiciosos en cuanto a nuestro futuro profesional.
Sea cual sea el motivo que nos lleve a mejorar y ampliar nuestra formación, lo más importante es nuestro compromiso e interés, para que los resultados derivados de nuestro esfuerzo sean lo esperado y nos permitan seguir progresando profesionalmente.