El parque de viviendas en España es de aproximadamente 25 millones, y empieza a estar algo anticuado: la mitad de ellas tienen una antigüedad mayor a los 30 años, y cerca de 6 millones superan los 50. Sin embargo, la tasa de rehabilitación en nuestro país se sitúa 15 puntos por debajo de la media europea.
La rehabilitación de edificios para hacerlos más eficientes desde el punto de vista energético se presenta como la solución más viable a largo plazo para acabar con la pobreza energética. Reducir la demanda energética del edificio, mejorar la eficiencia de sus instalaciones, incorporar fuentes de energía renovable y optimizar la gestión y los consumos de energía además, reportan enormes beneficios ambientales y generan actividad y empleo.
Mejorar la eficiencia energética del parque residencial como solución a la pobreza energética tiene efectos netos positivos sobre el empleo a través de tres vías:
- Empleos directos: es decir, generados de forma inmediata por las empresas que llevan a cabo las obras de rehabilitación.
- Empleos indirectos: creados en los sectores que suministran bienes y servicios a dichas empresas.
- Empleos inducidos: que se derivan del gasto adicional de los salarios que los nuevos empleos y los ahorros en la factura energética de los hogares permiten.
La eficiencia energética se considera no solamente una parte esencial de la rehabilitación de edificios, sino de la urbanización y de la regeneración de barrios en las ciudades, al facilitar actuaciones en espacios que consigan reducir un 30% la demanda energética de calefacción y refrigeración con aislamientos, sistemas centralizados e integración de sistemas de energías renovables en sustitución de los basados en fuentes no renovables.
Las directivas europeas de los últimos años han venido fomentando el consumo responsable de energía y el ahorro, así como la reducción de emisiones contaminantes. Como es lógico, el sector de la construcción no podía quedar al margen de esto, siendo notorias las políticas desarrolladas en muchos países de la Unión Europea relacionadas con el fomento de la rehabilitación de edificios existentes.
A nivel nacional, la entrada en vigor del Real Decreto 233/2013, de 5 de abril (Plan estatal) y de la denominada ley de las tres R, la Ley 8/2013, de 26 de junio, de Rehabilitación, Regeneración y Renovación Urbanas, dio un impulso a la rehabilitación de edificios, algo estancada en los últimos años de la crisis en el sector edificatorio, y dentro de ésta, a la rehabilitación energética y bioclimática.
Por ello, desde el Instituto Superior de Medio Ambiente se puso en marcha el Curso sobre Rehabilitación Energética de Edificios, al ser conscientes de la necesidad de los profesionales del sector de mantenerse actualizados y de reciclarse a partir de los conocimientos aportados por sus titulaciones académicas.
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