Los 2.500 millones de euros procedentes que los fondos 'Next Generation' destinan al agua son escasos, insuficientes y no abordan amenazas como la sequía o el cambio climático y en su conjunto apenas representan un 12,5 por ciento de los 20.000 millones de euros que serían necesarios para garantizar una gestión sostenible del recurso, según concluye el grupo de opinión y reflexión EuropeG en un informe.
El análisis 'Policy Brief nº 17 Los fondos Next Generation y su efecto sobre la sostenibilidad del ciclo del agua' ha sido presentado este miércoles en la sede del Consejo de Economistas de España.
En la presentación del documento han participado sus autores, Narcís Prat, de la Universidad de Barcelona, y Antoni Munné, de la Agencia Catalana del Agua, y el presidente del Consejo General de Economistas, Valentín Pich.
El grupo de analisis se creó en 2011 en la Fundación Institut d'Economia de Barcelona (IEB) para crear y divulgar opinión cualificada sobre temas relevantes para la economía y la orientación de la política española. De él formaba parte el economista Emilio Ontiveros, recientemente fallecido.
Constante uso político del agua
El trabajo de EuropeG incide en que es necesario acometer una gestión del agua de forma respetuosa con el entorno, que garantice el recurso y los servicios ecosistémicos que proporciona y opina que con el constante uso político del agua será "muy complicado avanzar en una gestión integrada y eficiente".
En concreto, los analistas consideran ya que los 2.500 actuales, aunque necesarios, no supondrán un cambio significativo en la gestión de los recursos hídricos en España y advierte de que ese cambio hacia la sostenibilidad será "modesto" si no se acompaña de una reestructuración profunda de los órganos de gestión del agua y su gobernanza, así como una reforma de la administración para agilizar la tramitación y ejecución de proyectos.
Asimismo, el grupo de opinión y reflexión en economía política que dirige Antoni Castells, critica que el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia no tiene el agua como un "elemento central" y que los fondos no tienen una "clara asignación" y en los casos en los que sí se han concretado sobre todo se destinan a actuaciones necesarias, pero "insuficientes".
Por otro lado, valoran que las inversiones en agricultura, básicamente destinadas a modernizar regadíos, no conllevan ninguna garantía hacia la sostenibilidad medioambiental y el establecimiento de los caudales ecológicos necesarios para cumplir con la Directiva Marco del Agua (DMA) y que los fondos, en general, no tienen en cuenta "suficientemente" los cambios críticos que se pueden producir en el futuro como disminución del recurso, inudaciones o sequías, ni analizan adecuadamente los costes ambientales.
No obstante, el Grupo de Reflexión que detecta una tendencia hacia un cambio de paradigma en muchos aspectos de los planes de gestión del agua de tercer ciclo, especialmente en el uso urbano e industrial del agua, pero asegura que quedan dudas sobre la integración ambiental en el uso agrícola del agua o en el uso hidroeléctrico en muchas cuencas.
"Esperemos que nuestros gobernantes vean la necesidad del cambio, y que desde las administraciones más pequeñas hasta las más grandes reflexionen sobre la necesidad de una estrecha colaboración entre administraciones, empresas y usuarios para alcanzar los ODS", señala el Policy Brief.
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