El Partido Animalista PACMA ha entregado ante la Dirección General de Pesca y la Dirección General de Lucha contra el Cambio Climático y Medio Ambiente del Gobierno de Canarias un dossier de alegaciones en relación a una evaluación de impacto ambiental (EIA) que, considera, "evidenciarían los numerosos cabos sueltos" que presenta la futura granja de pulpos de Nueva Pescanova en Las Palmas de Gran Canaria.
110 organizaciones y expertos medioambientales internacionales
El documento presentado, explican, ha sido conjuntamente elaborado y firmado por un total de 110 organizaciones y expertos medioambientales, así como de protección animal de varios países, según ha informado PACMA en un comunicado.
Así, el dossier presentado en el que han participado organizaciones como Aquatic Animal Alliance, perteneciente al Aquatic Life Institute, Animal Save Movement, Plant Based Treaty, Partido Animalista PACMA y científicos y científicas como Jennifer Jacquet, Beatriz Fernández, Peter Godfrey-Smith, Walter Sánchez-Suárez, Becca Franks o Marina Ariño, recoge que las instalaciones de la granja podrían "impactar gravemente" en el ecosistema local.
Impactos sociales, culturales y de salud pública
Además, expone, que el proceso de evaluación de impacto ambiental (EIA) "es interdisciplinario y con diferentes etapas para garantizar" que las consideraciones ambientales se incluyan en las decisiones sobre proyectos que pueden tener un impacto negativo en el ambiente, así se pretende identificar, predecir y analizar los impactos en el entorno físico, así como los impactos sociales, culturales y de salud pública.
En lo que se refiere a la tramitación del proyecto, indican que en la documentación presentada por Nueva Pescanova para obtener las licencias de explotación "no consta resolución del expediente administrativo correspondiente a la solicitud de Otorgamiento de Concesión", así como indican que "no consta informe de compatibilidad del Ministerio para la Transición Ecológica y no consta solicitud de evaluación de impacto ambiental o tramitación".
No se hace mención a cómo o cuáles serán los controles
Añaden que en la información aportada por Nueva Pescanova se expone que para dar cumplimiento al programa de vigilancia y como medida de control de la calidad de las tomas de agua y de los vertidos al mar, "mensualmente se realizarán todos los controles pertinentes", sin embargo los científicos consideran que "no se hace mención alguna a cómo o cuáles serán esos controles", así como que "no se contempla un seguimiento periódico y detallado de los procedimientos, ni incluye un plan de preparación para emergencias relacionadas con daños o amenazas ambientales inminentes".
Los expertos también consideran que la información entregada por la empresa para obtener los permisos en relación al impacto medioambiental de la granja debería contener una descripción "más detallada" de las características del tratamiento de microfiltración a realizar, así como apuntan que "no se mencionan los impactos en la calidad del aire que podría tener este proyecto".
Por otro lado, científicos y científicas firmantes dicen "no haber encontrado ningún indicio de que la granja marina de pulpos sea necesaria o pueda contribuir a los objetivos indicados en el proyecto: como disminuir el esfuerzo pesquero sobre estas especies en libertad". Por contra, sí consideran que el proyecto pone "inmediatamente de manifiesto los graves problemas" ambientales que pueden derivarse de este tipo de instalaciones y perjuicios en distintos ámbitos".
Patógenos y enfermedades desconocidas
Finalmente, señala que entre las alegaciones realizadas se encuentra la propagación de patógenos y enfermedades desconocidas que los pulpos en cautividad "podrían contribuir a propagar al ecosistema marino salvaje".
Añade que en el caso del pulpo "aún no se conocen patologías relevantes", si bien citan 14 tipos diferentes de bacterias aisladas "de sitios de infección de pulpos y calamares, así como 22 tratamientos antibióticos y antiprotozoarios que podrían utilizarse para combatirlas, con el consiguiente riesgo de filtración a aguas abiertas".
Por todo ello, desde el PACMA entienden que "hay razones de peso" para que se produzca una "negación rotunda de los permisos de apertura de esta granja, no solo desde el punto de vista ético para con los pulpos, sino desde una preocupante perspectiva de impacto medioambiental".
Razones éticas
Los avances académicos atestiguan evidencias sobre las cualidades de los cefalópodos: son seres sintientes. María Suñol, doctora en Neurociencia de la Universidad de Autónoma de Barcelona, corrobora "Llevamos décadas encaminándonos científicamente a determinar que los pulpos son seres sintientes. Esto quiere decir que son animales con una gran capacidad de sentir y experimentar dolor, felicidad, tristeza. Todo ello hace que una decisión como la de las granjas tenga unas grandes implicaciones éticas, pero también políticas, porque los pulpos podrían beneficiarse de las normativas de bienestar animal que les protejan", explica.
Un equipo científico de investigadores e investigadoras firmó en 2012 la Declaración de Cambridge sobre la Conciencia Animal, en ella se incluía a los pulpos como animales con capacidad de tener conciencia. Así mismo en 2017 la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) incluía a los octópodos dentro de la Directiva 2010/63/EU que protege a los animales utilizados en proyectos científicos.