La Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA) ha alertado de que, debido al confinamiento al que se ha sometido la población para contener la transmisión del nuevo coronavirus
"La escasez de alimento y desperdicios en sus habitats habituales ha provocado que especies como ratas, ratones y cucarachas se vean empujadas a buscar nuevas fuentes de comida y a desplazarse hacia otras zonas exteriores", ha explicado la directora general de ANECPLA, Milagros Fernández de Lezeta.
El cambio en los hábitos alimenticios ha afectado directamente en el comportamiento de los roedores que, ahora, deben aumentar su actividad si quieren subsistir. "Esta menor accesibilidad a los alimentos, que provenían especialmente de los desperdicios generados en bares y restaurantes, provoca que los roedores puedan mostrar un comportamiento poco común o agresivo, no tanto hacia los humanos pero sí hacia otras ratas y ratones o incluso hacia determinadas propiedades, buscando grietas para poder entrar y encontrar comida", ha añadido el presidente de ANECPLA, Sergio Monge.
Como consecuencia no deseada del confinamiento provocado por la crisis del Covid-19, es inevitable que, si no hay alimentos disponibles, las plagas puedan llegar a multiplicarse en edificios vacíos, propiedades o locales. Algo, además, que se agrava por la "falta de presencia humana" en las calles y por el incremento de las temperaturas, los cuales han originado un "aumento considerable" en la cantidad de roedores y otras plagas con presencia en las ciudades españolas.
La ANECPLA ha recordado a empresas, particulares y a la Administración Pública la importancia de mantener los tratamientos de gestión de plagas rutinarios y las labores de mantenimiento que, como ha subrayado Fernández de Lezeta, deben incluso aumentarse en estos tiempos de crisis, si lo que se quiere es evitar una reproducción descontrolada de estas especies.
Mosquito tigre: una amenaza creciente
La organización ha avisado de que las frecuentes lluvias y las altas temperaturas que están caracterizando esta primavera son el cóctel perfecto para la proliferación de mosquitos, especialmente del género 'Aedes albopictus', comúnmente conocido como mosquito tigre, en la zona del Levante español, que sigue extendiéndose con rapidez a prácticamente todo el territorio nacional.
Esta especie es importante vector de transmisión de enfermedades emergentes como el Dengue, el Zika o el Chikungunya. "Durante el periodo de confinamiento, hay muchas segundas residencias que han permanecido cerradas y sin mantenimiento por parte de sus dueños. Las lluvias que han llenado bebederos de animales domésticos, macetas, o juguetes que hayan quedado en los jardines. Todos ellos son lugares excepcionales para que la hembra del mosquito tigre deposite allí sus huevos", explica la directora General de ANECPLA.
Ha destacado la importancia de reforzar las medidas de control, tanto por parte de las administraciones públicas como de la población en general, con el objetivo de intentar contener al máximo la presencia de esta especie y frenar su propagación. "Esta reducción y control del mosquito tigre incluiría alertas, coordinación entre los distintos agentes implicados y los tratamientos necesarios para una buena gestión medioambiental que evite su presencia y disminuya su población en humedales y otros hábitats", ha añadido.
En este sentido, las recomendaciones de ANECPLA, en línea con las de la Organización Mundial de la Salud (OMS), incluyen el control profesional de estos mosquitos unido a otras medidas cotidianas llevadas a cabo por parte de la población para evitar que el mosquito deposite sus huevos como, por ejemplo, vaciar el agua de los platos de las macetas, renovar el agua de las piscinas de plástico y cubrirlas cuando no se utilicen, mantener limpios canalones y desagües y evitar acumulaciones de agua, cambiar frecuentemente el agua de los bebederos de los animales domésticos y cubrir cualquier objeto que pueda acumular agua.
Las ratas: una plaga relacionada con 55 patógenos diferentes
Por otra parte, ANECPLA ha señalado que las ratas, además de ser una de las plagas que más preocupa y molesta a la ciudadanía, junto con las cucarachas, están relacionadas con todo tipo de gérmenes y parásitos y con 55 patógenos diferentes.
De hecho, pueden llegar a transmitir enfermedades graves como el tifus, la salmonelosis, el hantavirus o la enfermedad de Weil, entre muchas otras, aunque no ha habido informes de ratas infectadas de Covid-19, ni que puedan llegar a transmitirlo a los seres humanos. Pueden transmitir enfermedades por mordeduras pero la forma más frecuente es por contaminación de alimentos a través de la orina, heces o por el transporte de microorganismos patógenos que llevan en su cuerpo y patas.
También es frecuente el contagio a los humanos a través de la orina, contaminando las aguas. Asimismo, las ratas necesitan roer continuamente para evitar el crecimiento excesivo de sus incisivos, por esta razón no es infrecuente que sean igualmente las causantes de cortocircuitos en los sistemas eléctricos de edificios.
Otras de las especies plaga que han visto incrementada su población en estos últimos meses desde el decreto, el pasado 14 de marzo, del estado de alarma en nuestro país ha sido la de las garrapatas. "Las recientes lluvias de la primavera han dado lugar a un importante crecimiento de la vegetación que, junto con las altas temperaturas que venimos alcanzando, constituyen el perfecto caldo de cultivo para la proliferación de las garrapatas", ha comentado la directora general de ANECPLA.
Las garrapatas son un tipo de artrópodos transmisores de un buen número de enfermedades, tales como la enfermedad de Lyme, la anaplasmosis y la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, una de las enfermedades trasmitidas por garrapatas con mayor extensión a nivel mundial.
Ante la proliferación de esta especie y el aumento de los paseos por zonas naturales por parte de la población general tras el confinamiento, ANECPLA ha aconsejado extremar las medidas de prevención para evitar el contacto con garrapatas y, consecuentemente, el contagio de las mencionadas enfermedades de las que es vector de transmisión, prestando especial atención al sector rural.
"Hay que utilizar ropa protectora adecuada, que deje visible la menor superficie de piel posible. Por otro lado, y después de una exposición a ambientes donde cabe esperar la presencia de este animal, es importante revisar tanto la ropa como la piel y el pelo (las zonas calientes como las axilas, el cuello, la cintura y la cabeza son sus preferidas). Y, en caso de detectar alguna garrapata retirarla rápidamente, siempre con el cuidado y la técnica adecuada", han apostillado desde la organización.
Además de los mencionados perjuicios a seres humanos, la picadura de las garrapatas puede acarrear complicaciones de salud también en los animales, siendo la babesiosis y la erliquiosis las enfermedades más comunes que transmite. En este sentido, ANECPLA ha aconsejado a los dueños de animales, especialmente los perros, extremar las precauciones en las salidas al campo a fin de evitar compañías indeseadas.