Al menos 10 personas han muerto, aunque la cifra podría aumentar, por la ola de incendios forestales que afecta a Los Ángeles.
Los siniestros han calcinado al menos 10.000 estructuras y han provocado la evacuación de más de 180.000 personas, mientras avanzan sin control y amenazan buena parte de la ciudad angelina.
Los incendios rodean Los Ángeles
La ciudad californiana está cercada por varios incendios que, desde su flanco norte y oeste, amenazan con arrasar buena parte de los barrios angelinos. Aunque aún se investiga el origen de estos siniestros, se sabe que el primer incendio, el de Pacific Palisades, comenzó el 7 de enero y se expandió muy rápidamente por los fuertes vientos que soplaban en la zona. Este primer siniestro ya ha calcinado más de 19.000 hectáreas del oeste de los Ángeles. Más de 20.000 personas viven en un lugar ubicado entre las emblemáticas zonas de Malibú y Santa Mónica, donde tienen sus mansiones muchas estrellas de Hollywood.
Otro siniestro de gran alcance es el fuego de Eaton, que avanza con gran rapidez tras arder unas 13.000 hectáreas al noroeste de la ciudad, cerca de la zona de Pasadena.
También ha despertado gran alerta el incendio de Sunset, en las colinas de Hollywood, por su cercanía a lugares muy simbólicos. El fuego afectó al parque Runyon Canyon y generó órdenes de evacuación que amenazaban a los emblemáticos Paseo de la Fama, Teatro Chino o Teatro Dolby. Además de estos grandes incendios hay otros que rodean la capital como el siniestro de Hurst, al norte de Los Ángeles, o el de Kenneth, también al noroeste de la ciudad.
Dificultades para apagar los incendios
Varios factores simultáneos han provocado la extensión descontrolada de los incendios. La fuerza de los vientos de Santa Ana ha extendido el fuego y complicado su apagado. La inmensa potencia de las rachas de aire ha alcanzado los 160 kilómetros por hora, con unas ráfagas de viento muy seco que eliminan la humedad del ambiente, lo que favorece la progresión del fuego a la vez que complica el vuelo de los aparatos aéreos de extinción.
La extrema sequedad del ambiente es otro factor clave en la magnitud del siniestro. Los Ángeles es una zona muy seca y, tras varios años de extrema sequía, hubo un pequeño periodo de lluvias que propició el crecimiento de mucha vegetación. Un nuevo periodo de sequía de varios meses previo al siniestro hizo que la vegetación se secara y fuera pasto fácil de las llamas. Muchas de estas condiciones ambientales se han visto agravadas por las consecuencias del cambio climático en una zona de especial riesgo para este tipo de desastres naturales.
Una vez se desata el incendio, se han visto graves dificultades en el cuerpo de bomberos angelino para pelear contra él. En primer lugar sufre una grave falta de profesionales, con un gran recorte de personal en las últimas fechas en un sistema de bomberos donde buena parte del personal es voluntario. Además, los profesionales que luchan contra el fuego sufren graves problemas para apagarlos debido a la baja presión, la falta de agua y las múltiples bocas de riego inutilizadas. El sistema angelino no está preparado para la gran demanda simultánea de agua necesaria para el que debe ser el principal método en el apagado de los fuegos debido a la dificultad en el vuelo de los medios aéreos.
Consecuencias de los siniestros
Aunque aún están por conocer las verdaderas consecuencias de los siniestros, ya se manejan cifras de gran gravedad. Se han contabilizado 10 víctimas mortales en un dato que podría aumentar al no tener todavía acceso a muchas de las zonas afectadas. También han sido pasto de las llamas más de 10.000 estructuras y se ha producido la evacuación de unas 180.000 personas, con otras 200.000 sobre aviso.
La densa nube de humo que ha generado el fuego contiene gases nocivos que podrían causar daños sobre la salud de las personas, por lo que se ha recomendado a la población que no salgan de su casa si no es necesario. Además ha surgido una ola de robos y pillaje que aprovecha el caos y la devastación de la situación, con más de 20 detenidos; por lo que, para evitarlo, se ha valorado un toque de queda en la zona de 18.00 de la tarde a 06.00 de la mañana.
Además de las consecuencias humanas y económicas, otros eventos sociales de la ciudad de las estrellas también han resultado afectados, con la suspensión de la gala de los Critics Choice Awards y el aplazamiento de las nominaciones de los Premios Oscar, rodajes de series y programas y partidos de la NBA.
En esta situación de crisis, Joe Biden ha catalogado el siniestro como el incendio más devastador y extenso de la historia de California, a la vez que anunció que el gobierno federal cubrirá de modo íntegro durante seis meses el coste de la recuperación de la catástrofe.
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