El mundo se está calentando y la vida tiene que adaptarse a las nuevas condiciones. Pero si el calentamiento continúa, muchas especies pueden tener problemas para mantenerse al día, según una nueva investigación que publica la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
"Parece que la evolución es más lenta que el calentamiento global en este caso", alerta Fredrik Jutfelt, profesor asociado del Departamento de Biología de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU) y utor del artículo.
Jutfelt y su grupo de investigación en la NTNU han pasado cuatro años estudiando cómo una especie de pez tropical llamado pez cebra (Danio rerio) se adapta a un clima más cálido, especialmente con respecto a períodos extremadamente cálidos. La doctora Rachael Morgan, ahora en la Universidad de Glasgow, es la autora principal.
"Este es el mayor experimento de evolución artificial que se ha realizado en vertebrados con un enfoque en la tolerancia al calor", dice Jutfelt.
El grupo de investigación utilizó peces cebra que fueron capturados en la naturaleza para sus experimentos. Luego, los peces fueron criados deliberadamente en función de su capacidad para hacer frente a los períodos cálidos más extremos. Los investigadores siguieron a aproximadamente 20.000 individuos durante seis generaciones.
"Vemos que el pez cebra puede desarrollar tolerancia al calor y hemos desarrollado líneas de pez cebra que pueden resistir mejor el calor. Esas son buenas noticias", dice Jutfelt.
Lo que es impresionante es que los investigadores han podido medir la adaptación evolutiva a un mundo más cálido en vertebrados en el laboratorio.
La evolución conlleva muchas generaciones
"El problema es que la evolución lleva muchas generaciones. La evolución solo aumentó la tolerancia al calor en los peces en 0,04 grados centímetros por generación. Esto es más lento que el calentamiento experimentado por muchos peces en muchos lugares", añade Jutfelt.
"Ahora el mundo se está calentando tan rápido que es posible que los peces no puedan adaptarse a los períodos más cálidos de manera suficientemente eficiente", advierte Morgan.
La evolución significa que los individuos que están mejor adaptados a las condiciones ambientales producen una descendencia más fértil que otros miembros de su especie. Durante varias generaciones, estos cambios pueden acumularse y alterar la propia especie.
Los períodos particularmente calientes pueden dañar a algunos de los peces o hacer que no puedan reproducirse. Por encima de cierta temperatura, la mayoría de los peces morirán.
El cambio climático está aumentando la temperatura media de la Tierra y, además, provoca olas de calor más frecuentes e intensas. "La forma en que los organismos se adaptan a estas nuevas condiciones depende de su capacidad para soportar el calor, para aclimatarse y la capacidad para transmitir características beneficiosas a la próxima generación", dice Jutfelt.
Un grupo de pez cebra también pasó dos semanas en aguas más cálidas antes de la selección artificial, para ver si la evolución podría aumentar su capacidad de aclimatación. No lo hizo.
"En cambio, cuanto mayor es la capacidad de los peces para hacer frente a los peores períodos cálidos, más disminuye su capacidad para aclimatarse -añade Morgan-. Por lo tanto, la ganancia en forma de mayor tolerancia al calor se vio compensada en parte por una menor capacidad para aclimatarse. En general, la tasa de evolución fue probablemente más rápida en las condiciones de nuestro laboratorio que en la naturaleza".
"Es poco probable que algunas poblaciones de pez cebra y otras especies de peces tropicales puedan hacer frente a las temperaturas que puede experimentar el planeta a finales de este siglo. Algunas especies que ya viven al límite de lo que pueden tolerar pueden no ser salvados por la evolución -recuerda Jutfelt--. Eso es sorprendente y triste, y significa que es importante que dejemos de calentar el planeta".