La celebración del Día Internacional de Agua tiene como objetivo concienciar sobre la importancia del agua dulce y la conservación sostenible de los recursos hídricos. El lema de este año 2024 es Agua para la paz

El Día Internacional del Agua fue establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1993, en respuesta a una recomendación de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (Cumbre de la Tierra) en Río de Janeiro en 1992.

El objetivo principal del Día Internacional del Agua es promover la concienciación de la importancia del agua dulce y abogar por la gestión sostenible de los recursos hídricos, así como para llamar la atención sobre los desafíos relacionados con el agua dulce, como la escasez de agua, la contaminación del agua, la gestión de los recursos hídricos transfronterizos, el cambio climático y otros problemas relacionados con el agua.

El agua es un factor decisivo para los Objetivos de Desarrollo Sostenible y para la salud y prosperidad de las personas y el planeta. Sin embargo, los avances en los objetivos y metas relacionados con el agua distan mucho de ser satisfactorios, lo que socava toda la agenda de desarrollo sostenible.

 

La importancia del agua para conseguir la paz

 

En un momento en el que varios conflictos bélicos están marcando la actualidad diaria, la ONU ha querido poner de manifiesto la importancia del agua para alcanzar la paz. En 2024 el lema elegido para celebrar este día es Agua para la paz.

Al cooperar en temas relacionados con el agua, se desencadena un efecto positivo en cadena, generando prosperidad y fortaleciendo la resiliencia ante desafíos comunes. Es fundamental entender que el agua no solo es un recurso aprovechable y objeto de competencia, sino un derecho humano fundamental que afecta todos los aspectos de la vida.

En este día, es crucial unirnos en torno al agua y utilizarla como un medio para promover la paz, sentando así las bases para un futuro más estable y próspero para todos. El agua puede tanto crear paz como desencadenar conflictos, por tanto, la cooperación en materia de agua es esencial para equilibrar las necesidades y estabilizar el mundo.

Además, la prosperidad y la paz están intrínsecamente ligadas al agua y por tanto, la gestión sostenible de este recurso es crucial en medio de desafíos como el cambio climático y la inestabilidad política. El agua también puede ayudarnos a salir de crisis, promoviendo la armonía a nivel local e internacional mediante el uso justo y sostenible de los recursos hídricos.

 

 

Crisis mundial del agua

 

Los problemas que se encuentran a lo largo del ciclo del agua están socavando el progreso en los principales conflictos planetarios: desde la salud hasta el hambre, desde la igualdad de género a los trabajos, pasando por la educación, la industria, los desastres naturales y la falta de paz.

El líquido elemento es esencial para el bienestar del ser humano, la producción de energía y alimentos, la salud de los ecosistemas, la igualdad de género, la reducción de la pobreza y mucho más.

Más de 2.200 millones de personas carecen aún de acceso seguro al agua potable, incluyendo a 115 millones que dependen de fuentes superficiales según datos de la OMS y UNICEF del 2023. También según el último informe sobre el Estado de los Servicios Climáticos sobre el agua de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), más de 2 mil millones de personas viven en países con estrés hídrico.

Los desastres relacionados con el agua han sido los más predominantes en los últimos 50 años, representando el 70% de todas las muertes por desastres naturales, según el Banco Mundial. La OMM también alerta de que desde el año 2000 el número y duración de las sequías también ha aumentado un 29%.

El 60% de los flujos de agua dulce del mundo provienen de aguas transfronterizas. Hay 153 países que comparten territorio dentro de al menos una de las 310 cuencas fluviales y lacustres transfronterizas, así como 468 sistemas acuíferos transfronterizos inventariados, de acuerdo con la ONU Agua en 2023.

Siendo el agua tan crucial para muchos aspectos de la vida, es importante garantizar su protección y una gestión adecuada para que todo el mundo tenga un acceso equitativo.

 

El agua y el clima son inseparables

 

Desde el aumento de las inundaciones, las impredecibles lluvias y sequías, las repercusiones del cambio climático sobre el agua pueden verse y sentirse a un ritmo acelerado. Estos efectos amenazan el desarrollo sostenible, la biodiversidad y el acceso de las personas al agua y al saneamiento.

La Gestión Integrada de Recursos Hídricos (GIRH) es vital para lograr el bienestar social, económico y ambiental a largo plazo. Sin embargo, aunque la mayoría de los países han avanzado en su implementación de la GIRH, 107 países aún están rezagados para alcanzar el objetivo de gestionar de manera sostenible sus recursos hídricos para 2030 (ODS 6 de la ONU).

 

El agua como solución al cambio climático

 

  • El almacenamiento de carbono puede mejorarse protegiendo entornos como las turberas y los humedales
  • La adopción de prácticas agrícolas sostenibles puede ayudar a reducir la presión sobre los suministros de agua limpia
  • La mejora de las infraestructuras de abastecimiento de agua y saneamiento pueden garantizar que todo el mundo tenga acceso a recursos vitales en el futuro

El agua debe estar en el centro de las políticas y acciones climáticas. Las soluciones hídricas sostenibles, económicas y extendidas deben convertirse en una prioridad. Su gestión sostenible agua puede contribuir a aumentar la resiliencia, mitigar los efectos del cambio climático y proteger a las sociedades y los ecosistemas.