El director general de Protección Civil y Emergencias del Ministerio del Interior, Leonardo Marcos, ha advertido de que "la temporada de incendios no pinta bien", por lo que recomienda a los ciudadanos a adoptar las debidas medidas de prevención, en particular a los habitantes en urbanizaciones situadas en bosques y pinares, los lugares en los que en 2022 se tuvo que evacuar a un mayor número de ciudadanos.
Marcos ha explicado en una entrevista con Europa Press, que la sequía y las semanas continuadas de temperaturas inusuales, más propias de verano que de la primavera, han motivado la decisión del Gobierno de adelantar un mes y medio el inicio de la campaña estatal contra incendios forestales con la activación, el pasado viernes, del Comité Estatal de Coordinación y Dirección (CECOD) del Plan Estatal de Incendios Forestales.
"Es la primera vez que la campaña de incendios se adelanta tanto, pero es una obviedad que el verano se ha adelantado y cada vez se va más tarde, ya que ha crecido cinco semanas en los últimos 50 años", ha destacado Marcos, que recuerda que hasta ahora, el periodo 'oficial' de campaña iba del 15 de junio al 15 de septiembre.
Sin embargo, al director general de Protección Civil no le gusta hablar de "campaña" porque asegura que a los incendios hay que dedicarse "todo el año" pero, en parte, ha justificado que el adelanto busca insistir a las comunidades autónomas en que hagan lo propio, dado que estas son competentes en materia de incendios, pues los medios estatales son "un suplemento".
En ese ámbito competencial, ha incidido en las "diferencias de gestión y organización" entre las distintas comunidades autónomas. En concreto, precisa que Extremadura y Baleares, que han actualizado su plan en 2023; País Vasco y Comunidad Valenciana, 2021; Andalucía, en 2016; Aragón, 2018; Asturias, La Rioja, Madrid, Castilla-La Mancha y Murcia, en 2017; Galicia, 2015; Canarias y Cataluña, 2014; País Vasco, Navarra o Comunidad Valenciana, o Navarra y Cantabria, que están pendientes de la aprobación inminente de su nuevo plan, frente a Castilla y León, "cuyo plan es de hace 24 años", de 1999. "Castilla y León es el farolillo rojo en materia de prevención y extinción de incendios", lamenta Marcos, de origen leonés.
En todo caso, ha valorado la buena cooperación y solidaridad entre las distintas comunidades autónomas en esta materia intensa, pero recuerda que "si en algún lugar el dispositivo no es suficiente, no solo genera inseguridad en su territorio, sino en el conjunto del país" y "desgraciadamente, entre ellas, está Castilla y León" a la que califica como "el caso más paradigmático" porque en los últimos 24 años, los incendios "han cambiado mucho", por lo que urge a su actualización.
Evacuación
De hecho, apuntala su afirmación al precisar que solo entre Castilla y León, con el 33 por ciento, y Galicia, con el 14 por ciento "consumieron" el 47 por ciento de las actuaciones de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en 2022 a consecuencia de los incendios. A estas les sigue Comunidad Valenciana, con un 11 por ciento de actuaciones de la UME.
"Prácticamente la mitad de las intervenciones", argumenta Marcos que observa con preocupación como las consecuencias de los incendios de nueva generación para la población van en aumento año tras año.
Así, precisa que en 2022 hubo que evacuar a 32.700 personas de manera preventiva, casi el doble que en 2019, cuando los medios de prevención evacuaron a 17.000 habitantes.
"Esto nos preocupa mucho porque es la demostración de que los incendios han cambiado y amenazan a la población", asevera.
Por otro lado, preguntado sobre el cumplimiento del Real Decreto en materia de prevención de incendios aprobado el pasado agosto por el Gobierno, Marcos elogia que se han hecho adelantos en "todas" las comunidades autónomas, que han anunciado medidas como adelanto de dispositivos, alargamiento de la campaña, contratación de más personal.
Y todo ello, advierte, tras un 2022 dramático pese a tener una primavera lluviosa y relativamente húmeda a la que siguió un verano muy seco, pero que tuvo tres largas olas de calor. Así, recuerda que 2022 fue cálido en invierno y primavera y muy cálido en verano, y un inicio de 2023 en el que ya se han registrado incendios significativos y acumula una primavera "muy seca o "extremadamente seca" y semanas de calor inusual.
"No parece que vayamos a tener un verano fácil en incendios. No pinta bien, pero estamos bien preparados", admite Marcos.
De todas formas, Marcos ha defendido que el dispositivo de extinción funciona "razonablemente bien" en España, dado que el 69 por ciento de los fuegos fueron conatos (menos de 1 hectárea afectada), pero que el problema está en aquellos grandes incendios forestales (más de 500 hectáreas que se descontrolan y llegan a estar fuera de la capacidad de extinción.
España más de la mitad de la superficie quemada la UE
El director general considera necesario un "cambio de enfoque", porque ahora se destina un 76 por ciento del presupuesto de incendios a la extinción frente al 24 por ciento dirigido a prevención. "Esto hay que cambiarlo. No hace falta más medios, sino cambiar hacia un política de la prevención, lo que a su vez redundará en que cada vez se necesiten menos recursos en extinción", defiende Marcos, que afirma que el consenso en cuanto a la prevención es "absoluto".
Finalmente, ha recomendado a la población que sea partícipe de las medidas de prevención y autoprotección, especialmente aquella que está en lugares de riesgo, como los que viven en casas en el campo o en urbanizaciones. A ellos les recomienda que tengan en su casa un cerco expedito de vegetación que ejerza de cortafuegos.
"Hay urbanizaciones en medio de pinares que son un peligro para la autoprotección. Hay que tener un espacio limpio. Es una medida de seguridad elemental", insiste el director de Protección Civil que subraya que en 2022 se tuvo que evacuar a "urbanizaciones enteras".
Otras medidas pasan por llamar siempre al 112 o mantener las orillas de las carreteras sin hierbas secas para evitar la propagación de un incendio si hay un accidente o avería en el coche. "Es un error acercarlo a la cuneta, es mejor montar un atasco que un incendio", afirma.
Por último, recuerda que la mayoría de incendios se produce por causas humanas o negligencias, motivadas en muchas ocasiones por el desconocimiento, mientras que el "comportamiento delictivo" o el número de "pirómanos permanece estable".
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