Ecologistas en Acción ha presentado un informe con motivo del Día Internacional de los Bosques en el que denuncia que la deforestación aumenta a consecuencia del crecimiento de la industria de la soja y asegura que grandes multinacionales siguen deforestando en Brasil a pesar de sus compromisos de sostenibilidad.
El estudio, que ha sido realizado por Harvest y Rainforest Foundation Norway, afirma que la deforestación ha aumentado un 61% en los campos de soja de 25 áreas de alto valor ecológico y que pone en riesgo la sabana de El Cerrado (Brasil), que cubre, junto con sus áreas de transición, en torno al 36% del territorio del país y que está considerada la sabana más biodiversa del mundo.
Así, Ecologistas denuncia que a pesar de los discursos de compromiso contra la deforestación, la acción de las multinacionales de la soja son ineficaces, lo que hace que la devastación de este enclave sea grave para todo el planeta.
Las empresas sojeras siguen deforestando
El informe refleja que la tasa de deforestación y conversión de vegetación nativa aumentó un 34 por ciento entre 2018 y 2020 en las 25 áreas de alto valor investigadas a pesar de ser zonas prioritarias de protección. En ese mismo periodo, la tasa de deforestación en las plantaciones de soja aumentó un 61 por ciento.
Además, afirma que las empresas sojeras han invertido en silos para ampliar su capacidad de almacenamiento en 279.000 toneladas más, lo que para la ONG pone en evidencia el riesgo de seguir deforestando.
En concreto, denuncia que seis de las mayores comercializadoras de soja internacional crearon en 2019 la plataforma 'Soft Commodities Forum (SCF) para frenar de manera coordinada la deforestación en ese enclave en 25 áreas que en 2021 ampliaron a 61 áreas de alto riesgo en El Cerrado.
Pero afirma que entre 2020 y julio del 2021, 235.917 hectáreas han sido deforestadas en las 61 áreas objeto del compromiso y la soja sigue creciendo sin cumplir con la fecha límite de 2020 para acabar con la deforestación.
Destrucción de ecosistemas
El director del Programa contra la deforestación de Rainforest Foundation Norway, Nils Hermann, ha denunciado que durante demasiado tiempo se ha permitido a la industria de la soja destruir algunos de los ecosistemas más valiosos del mundo. "Los inversores y empresas responsables deberían revisar su exposición y exigir a las comercializadoras de soja que saquen la deforestación de sus cadenas de suministro", demanda.
Importaciones de soja de la tala ilegal
En este contexto, Ecologistas y la citada fundación noruega reclaman un reglamento europeo ambicioso para frenar la deforestación y recuerdan que solo en 2018 los países europeos importaron 20 millones de toneladas de soja de Brasil, sobre todo destinadas a la alimentación animal. De hecho, al menos el 17 por ciento de las importaciones anuales de soja brasileña de la UE están vinculadas a la tala ilegal en las regiones de la Amazonía y El Cerrado.
En estos momentos la UE está desarrollando un reglamento para evitar la deforestación importada, que incluye limitar la importación de materias primas y productos que la causan, como la soja. Pero la ONG advierte de que la propuesta normativa no incluye la protección de ecosistemas como El Cerrado, donde se produce la mayor parte de la deforestación y pérdida de biodiversidad asociadas, lo que permitiría a las empresas seguir deforestando sin necesidad de trazabilidad o control para satisfacer la demanda de la Unión Europea.
Ecocidio y genocidio cultural
Por su parte, la portavoz de la Campaña en Defensa de El Cerrado, Diana Aguiar, ha explicado la denuncia ante el Tribunal Permanente de los Pueblos que alerta de ecocidio y genocidio cultural de los pueblos indígenas si no se frena la devastación y deforestación en la zona.
Finalmente, desde Ecologistas en Acción, Tom Kucharz e Isabel Fernández, insisten en que inversores y consumidores deben conocer las dinámicas e impactos ambientales y sociales asociados a la producción de soja y los sectores que la emplean y no limitarse a aceptar como válidas las políticas corporativas de deforestación cero de las grandes comercializadoras de grano.