El riesgo de desestabilización del sistema terrestre por las políticas climáticas actuales se puede minimizar si el calentamiento global se revierte rápidamente, según un nuevo estudio.

 

Riesgo de desestabilización del sistema terrestre

 

El cambio climático provocado por el ser humano puede conducir a una desestabilización de componentes a gran escala del sistema terrestre, como las capas de hielo, los patrones de circulación oceánica o los componentes de la biosfera global, los llamados elementos de inflexión.

En su nuevo estudio publicado en Nature Communications (1), investigadores/as del IIASA (International Institute for Applied Systems Analysis) y del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK) han analizado los riesgos de cuatro elementos de inflexión climáticos básicos interconectados causados por los niveles actuales de mitigación y los escenarios de emisiones futuros.

Los cuatro elementos climáticos básicos contribuyen a regular la estabilidad del sistema climático de la Tierra

Los autores/as determinaron los riesgos de desestabilización de al menos uno de los cuatro elementos climáticos básicos como consecuencia de sobrecalentamiento de 1,5 °C: la capa de hielo de Groenlandia, la capa de hielo de la Antártida occidental, la Circulación Meridional Atlántica (el principal sistema de corrientes oceánicas en el Océano Atlántico) y la selva amazónica. Los cuatro contribuyen a regular la estabilidad del sistema climático de la Tierra. El calentamiento global puede desencadenar cambios abruptos en estos sistemas biofísicos, lo que lleva a consecuencias irreversibles.

El análisis de los autores/as muestra lo crucial que es para el estado del planeta adherirse a los objetivos climáticos del Acuerdo de París y enfatiza el legado de nuestra inacción climática actual durante siglos y milenios por venir.

 

Gases de efecto invernadero

 

"Nuestros resultados muestran que para limitar eficazmente los riesgos de vuelco en los próximos siglos y más allá, debemos lograr y mantener emisiones netas de cero. Si seguimos las políticas actuales este siglo, nos comprometeríamos a un alto riesgo de vuelco del 45% para 2300, incluso si las temperaturas vuelven a estar por debajo de 1,5 °C después de un período de sobrepasamiento", dice en un comunicado la coautora principal Tessa Möller, investigadora del Grupo de Investigación de Impactos Climáticos Integrados del Programa de Energía, Clima y Medio Ambiente del IIASA y del PIK.

Las autoras/es encontraron que los riesgos de vuelco para 2300 son sustanciales para varios de los escenarios de emisiones futuras evaluados. Si no se logra volver a una temperatura por debajo de 1,5 °C para 2100, a pesar de haber alcanzado emisiones netas de gases de efecto invernadero cero, se producirán riesgos de inflexión de hasta un 24 % para 2300, lo que significa que en aproximadamente una cuarta parte de los modelos ejecutados en escenarios en los que no se logra volver a una temperatura por debajo de 1,5 °C para 2100, al menos uno de los elementos de inflexión considerados se ha invertido.

Es muy preocupante, ya que se estima que los escenarios que siguen las políticas climáticas implementadas actualmente darán como resultado un calentamiento global de aproximadamente 2,6 °C para fines de este siglo

ANNIKA ERNEST HÖGNER, investigadora de PIK

"Vemos un aumento del riesgo de inflexión con cada décima de grado de sobrepasamiento por encima de 1,5 °C. Si además superáramos los 2 °C de calentamiento global, los riesgos de inflexión aumentarían aún más rápidamente. Esto es muy preocupante, ya que se estima que los escenarios que siguen las políticas climáticas implementadas actualmente darán como resultado un calentamiento global de aproximadamente 2,6 °C para fines de este siglo", dice Annika Ernest Högner de PIK, quien codirigió el estudio.

"Solo una rápida reversión del calentamiento después de un exceso puede limitar eficazmente los riesgos de inflexión. Esto requiere alcanzar al menos cero emisiones netas de gases de efecto invernadero. Nuestro estudio subraya que este objetivo de mitigación global, consagrado en el Artículo 4 del Acuerdo de París, es vital para la estabilidad planetaria", añade el líder del Grupo de Investigación de Impactos Climáticos Integrados del IIASA, Carl Schleussner, uno de los autores del estudio.

Solo una rápida reversión del calentamiento después de un exceso puede limitar eficazmente los riesgos de inflexión. Esto requiere alcanzar al menos cero emisiones netas de gases de efecto invernadero

CARL SCHLEUSSNER, investigador del IIASA

 

Estamos subestimando los riesgos

 

Según las/os investigadoras/es, los modelos avanzados que se utilizan actualmente para estudiar los sistemas de la Tierra aún no son capaces de capturar por completo los comportamientos complicados, los ciclos de retroalimentación y las interacciones entre algunos de los elementos de inflexión. Para abordar esto, el equipo utilizó un modelo de sistema terrestre más simple y estilizado que representa estos elementos de inflexión utilizando cuatro ecuaciones matemáticas conectadas. Al hacerlo, también tuvieron en cuenta las interacciones estabilizadoras futuras, como el efecto de enfriamiento del debilitamiento de la Circulación Meridional Atlántica en el hemisferio norte.

"Este análisis de los riesgos de un punto de inflexión refuerza aún más la conclusión de que estamos subestimando los riesgos y que ahora debemos reconocer que el objetivo jurídicamente vinculante del Acuerdo de París de mantener el calentamiento global muy por debajo de los 2 °C significa en realidad limitarlo a 1,5 °C. Debido a que no se han logrado suficientes reducciones de emisiones, corremos un riesgo cada vez mayor de superar este límite de temperatura durante un período, que debemos minimizar a toda costa para reducir los graves impactos para las personas de todo el mundo", concluye el director del PIK y coautor del estudio, Johan Rockström.

Referencias