El pantano de Sau (Barcelona), conocido por su icónica iglesia abandonada cuyo campanario emerge cuando el nivel del agua baja, ha superado este domingo el umbral del 40% de su capacidad tras las lluvias que han caído en Cataluña en las últimas semanas, situándose en el 41,69% de su capacidad.

Después de meses de sequía que redujo el agua embalsada hasta cerca del 2% de la capacidad

Según datos de la Agència Catalana de l'Agua (ACA), el agua acumulada en el pantano de Sau se ha disparado desde principios de mayo, después de meses de sequía que redujo el agua embalsada hasta cerca del 2% de la capacidad de esa infraestructura.

Actualmente, el pantano de Sau contiene 68,89 hectómetros cúbicos de agua, aún lejos de los cerca de 120 hectómetros cúbicos que suele tener de media para las mismas fechas del año.

 

Las necesidades hídricas de unas 7,5 millones de personas

 

Si se miran todas las cuencas internas catalanas, a fecha de este domingo, las reservas están al 35,94% de la capacidad total, con 249,56 hectómetros cúbicos de agua almacenados, por encima de los 203,91 embalsados que había en la misma fecha del 2023.

Aunque la situación de sequía ha mejorado en las últimas semanas en la mayoría de los embalses catalanes, los pantanos de Siurana y Riudecanyes (Tarragona) siguen en situación crítica, a un 2,13% y un 2,42% de su capacidad, respectivamente.

En situación de normalidad, la ACA calcula que cada día se necesita un hectómetro cúbico de agua para cubrir las necesidades hídricas de unas 7,5 millones de personas.