La portavoz de Greenpeace España, Mónica Parrilla de Diego, ha pedido no "bajar la guardia" con respecto a los incendios forestales aunque la campaña de incendios de verano se vaya a cerrar este martes con un 45,8% menos de superficie afectada respecto a la media de los últimos diez años en España, según cifras del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO).
No "bajar la guardia"
Es necesario reducir la siniestralidad y la propagación de las llamas a través de la gestión de las masas forestales y el cumplimiento de las planificaciones. Es clave la dinamización del medio rural, así como acercar al conjunto de la sociedad la cultura forestal y la realidad de los incendios forestales en nuestro país
"Es necesario reducir la siniestralidad y la propagación de las llamas a través de la gestión de las masas forestales y el cumplimiento de las planificaciones. Por otro lado, es clave la dinamización del medio rural, así como acercar al conjunto de la sociedad la cultura forestal y la realidad de los incendios forestales en nuestro país", ha solicitado la portavoz a través de un comunicado.
Así, la ONG ha incidido en que se ha reducido el número de incendios y que el 70% de los registrados se han quedado en conatos, es decir, que han afectado a menos de una hectárea, algo que la organización explica por la efectividad de los operativos de extinción. Además, ha destacado que las condiciones de temperatura, humedad y viento "han sido y son" favorables para prevenir la propagación de grandes incendios. Los datos existentes hasta ahora sitúan a 2024, por el momento, como el tercer año con menos hectáreas calcinadas de la última década.
No se puede depender de la meteorología ni de bomberos eficaces
Los ecologistas han explicado que el tiempo de este verano en España se ha visto influido por el calentamiento acelerado del Ártico, producto del deshielo y de efectos de retroalimentación que calientan más rápido esta región en comparación con el resto del planeta. Esto ha debilitado los vientos de la corriente de chorro polar que de manera habitual retienen el aire frío en latitudes altas. Debido a ello, las masas de aire frías han descendido más al sur de lo habitual y otras más calientes han ascendido al norte.
De este modo, aunque el verano en España ha sido más fresco, otros países han registrado altas temperaturas y, por tanto, mayor riesgo de incendio forestal. Por ejemplo, un incendio en agosto cerca de Atenas (Grecia) obligó a evacuar a más de 50.000 personas. Además, Greenpeace ha señalado que el incendio de principios de septiembre en Portugal coincidió en unos días en los que parte de España compartía un riesgo extremo de incendios en muchos puntos del territorio, por lo que lo que ocurrió allí (donde ardieron 135.000 ha y murieron siete personas) también podría haber tenido lugar al otro lado de la frontera.
El incendio con mayor superficie forestal afectada del año tuvo lugar fuera del verano: fue el ocurrido a finales de enero en Arredondo-Soba (Cantabria), con 2.410 hectáreas afectadas
Por esta parte, la organización ha resaltado que el incendio con mayor superficie forestal afectada del año tuvo lugar fuera del verano: fue el ocurrido a finales de enero en Arredondo-Soba (Cantabria), con 2.410 hectáreas afectadas. Además, ha recordado que un verano más fresco y húmedo no puede cuestionar la realidad del calentamiento global. En palabras de Parrilla, "no se puede depender de la meteorología ni de la eficacia de la extinción: hay que preparar y gestionar las masas forestales, igual que a la población, para prevenir el desastre".
Gestionar anualmente el 1% de la superficie forestal a escala nacional
Hacen hincapié en la gestión de bulos para prevenir el riesgo de incendios, sobre todo los que apuntan a culpar a las áreas protegidas y al excesivo conservacionismo del agravamiento de los incendios en España
En el comunicado, Greenpeace ha recordado varias soluciones para prevenir el riesgo de incendios de alta intensidad. En primer lugar, ha hablado sobre la Declaración sobre la gestión de los grandes incendios forestales en España'firmada en 2023, en la que se consensuó que es urgente gestionar anualmente como mínimo el 1% de la superficie forestal a escala nacional para preparar el territorio frente al paso de los grandes incendios forestales. Para ello, es "imprescindible" destinar alrededor de 1.000 millones de euros para gestionar el paisaje forestal a escala nacional.
A su vez, la ONG ha mencionado los planes nacionales en los que se traducirá la Ley europea de Reglamento de la Restauración de la Naturaleza europea. En este marco, considera que establecer estrategias de restauración para espacios degradados por el fuego se presenta como "una oportunidad". Por último, los ecologistas hacen hincapié en la gestión de bulos para prevenir el riesgo de incendios, sobre todo los que apuntan a culpar a las áreas protegidas y al excesivo conservacionismo del agravamiento de los incendios en España.