La llegada progresiva del verano y las altas temperaturas que implica empiezan a tener consecuencias sobre la proliferación de incendios forestales, que se extienden por múltiples zonas de la Península. Si bien la fachada norte y los dos archipiélagos parecen relativamente libres de focos de importancia, el resto de la geografía peninsular se ve salpicada por distintos siniestros.
Mapa de los incendios forestales activos en España
En un recorrido de norte a sur, la zona occidental de Castilla y León se ha visto afectada por dos siniestros, uno en el oeste de la provincia de Zamora, a pocos kilómetros de la frontera portuguesa, y otro en el interior de la provincia de Salamanca
También en la mitad norte acaba de ser estabilizado un incendio que podría haber afectado a unas 20 hectáreas en Ortells, una pedanía de Morella situada en el interior de la provincia de Castellón.
La comunidad castellano-manchega ha sido de las más afectadas por los incendios, con hasta tres focos de consideración en las últimas horas. Uno de ellos ha ocurrido en la zona de la serranía de Cuenca y otros dos se han producido en la provincia de Ciudad Real, uno en las proximidades de la capital y el otro en el norte de la provincia.
Por último Andalucía presenta otros dos siniestros más, uno en el interior de la provincia de Granada, en las inmediaciones de la capital nazarí, y otro en la provincia de Sevilla.
Hectáreas quemadas por incendios forestales
Hasta el 7 de julio, este año han ardido 22.541,62 hectáreas. Este dato, a pesar de su magnitud, supone una importante mejora con respecto al año pasado, cuando 60.199,02 hectáreas habían sido pasto de las llamas hasta esta misma fecha. La superficie incendiada en lo que va de año también mejora ampliamente la media del último decenio, unas 39.714 hectáreas, dato que supone casi el doble de la superficie siniestrada en 2024.
En cuanto a los siniestros totales, los datos también son esperanzadores en la comparación con cifras anteriores. En lo que va de año ha habido 3.003 siniestros, prácticamente dos tercios de los cuales afectaron a una superficie inferior a una hectárea, frente a los 979 incendios que calcinaron superficies mayores a una hectárea. En la comparación con otros años el balance vuelve a ser positivo, ya que el año pasado hubo 5.105 siniestros durante este periodo y la media del decenio arroja una cifra incluso mayor: 5.139 siniestros.
Si atendemos a la superficie forestal arrasada por zonas, las regiones del Noroeste continúan como las más castigadas, aunque su porcentaje se aminora progresivamente según crece el dato de otras zonas. En concreto dicha zona ha sufrido el 63,82% de la superficie calcinada, lo que supone una caída de más de diez puntos en el último mes. En cambio, el Mediterráneo empieza a sufrir los rigores de los incendios y llega a un 21,24% de la superficie total, siete puntos más que en la última referencia.
Las Comunidades interiores han experimentado una variación similar al alza hasta llegar al 14,94%. Por último Canarias apenas ha sufrido siniestros de extensión, por lo que sólo ha visto afectado el 0,01% de la superficie calcinada de España.
Según el tipo de vegetación, el matorral y monte abierto continúa con la mayoría de la superficie arrasada. Esta vegetación ha visto arrasadas 15.254,96 hectáreas, unas 2.700 más que en la última referencia, y llega a duplicar la suma de la superficie afectada en otros tipos de vegetación. Esta superficie estaría compuesta por las 4.095,24 hectáreas de pastos y dehesas arrasadas, unas 1.300 más que el mes pasado, y las 3.191,42 hectáreas de superficie arbolada, la menos afectada desde los últimos datos.
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