A 17 de octubre continúa la relativa tranquilidad en el número de incendios forestales, con un total de cinco, divididos de manera casi equivalente entre la Cordillera Cantábrica y la franja sur de la Península.
En el norte de España encontramos dos siniestros bastante cercanos entre sí, ambos ubicados en la zona de la Cordillera Cantábrica que se encuentra en el límite entre Asturias y Cantabria, situándose ambos incendios uno en cada Comunidad.
En cuanto a la zona sur, hay un siniestro en la zona de la Serranía de Cádiz y otro en las estribaciones de los Sistemas Béticos, en el interior de la provincia de Granada.
Por último, el quinto incendio vuelve a azotar una zona muy castigada por el fuego este año, la cuenca del río Guadiana en la provincia de Badajoz.
Hectáreas quemadas por incendios forestales
Hasta el 9 de octubre han ardido 259.491,42 hectáreas, cifras que suponen un decremento de unas 2.000 hectáreas con respecto a la semana pasada por ajustes estadísticos en la superficie incinerada. Comparando las cifras con la misma semana del año pasado, también hubo una mínima superficie calcinada en 2021, aunque el incremento sea algo mayor en la media del decenio. Estos ajustes en las cifras semanales nunca llegarán a compensar las dramáticas cifras de 2022, con las peores cifras del decenio y el triple de superficie arrasada que la media del decenio y del año pasado.
En este año ya se han producido 9.450 siniestros, unos 150 más que la semana pasada. Son cifras similares a la media del decenio y se mantienen por encima del total del año pasado, que tenía 7.757 siniestros a estas mismas alturas de año.
Las Regiones del Noroeste siguen abarcando la mayor superficie forestal arrasada, con un ligero incremento semanal hasta el 48,26% del total. El 0,5% semanal que han crecido dichas regiones es casi el mismo porcentaje que decaen las Comunidades Interiores, cuya proporción pasa a ser del 30,46%. Las cifras del Mediterráneo y Canarias permanecen casi invariables, con el 20,21% y el 1,06% del total siniestrado, respectivamente.
En cuanto al tipo de vegetación arrasada, los ajustes estadísticos han hecho que la cifra de matorral y monte abierto haya caído unas 2.000 hectáreas, aunque siga siendo la zona más afectada, por encima de las 127.900 hectáreas, seguidas de unas 113.500 hectáreas de superficie arbolada y las casi inamovibles 18.000 hectáreas de pastos y dehesas.