A pesar de la subida de las temperaturas propia del final de la primavera, las sucesivas borrascas que pasan alternativamente por la Península han colaborado para que aún no hayamos asistido al típico repunte estival de los incendios forestales que, a 18 de junio, podemos dar por relativamente moderados, con especial concentración en la parte sur de España.
Mapa de los incendios forestales activos en España
Con una mitad norte relativamente libre de focos de importancia, el primer siniestro de entidad lo encontramos en la parte norte de Cáceres, en la zona de Sierra de Gata. El resto de incendios están concentrados en la mitad sur, con dos de ellos en la provincia de Sevilla, uno cerca de la capital hispalense y otro en el este de la provincia. El último fuego de relativa importancia presente en la Península está situado en el interior de la Comunidad de Murcia, cerca del parque de Sierra Espuña.
Hectáreas quemadas por incendios forestales
18.270,26 hectáreas han ardido hasta el 9 de junio, dato que mejora con creces las cifras del año pasado a estas alturas, cuando se habían incendiado 58.719,91 hectáreas, 40.000 más que en 2024. La superficie siniestrada a estas alturas de año también arroja un balance mejor que la media del decenio, donde habrían ardido unas 27.662 hectáreas de media.
La cifra de siniestros totales también arroja un balance muy positivo comparándolo con años anteriores. Los 2.444 siniestros que se han dado hasta el 9 de junio son prácticamente 2.000 menos que los que acontecieron durante el mismo periodo del año pasado (4.421) y también son una cifra muy inferior a los 4.275 de media del último decenio.
En cuanto a la superficie forestal arrasada por zonas, las regiones del Noroeste siguen siendo las más castigadas, aunque poco a poco vaya descendiendo su predominancia. Esta zona ha sufrido el 77,54% de la superficie arrasada, seguida por el Mediterráneo, que sube más de tres puntos hasta el 14,23% del total, y por las Comunidades Interiores, que aumentan 3,5 puntos hasta el 8,23%. Canarias aún no ha sufrido siniestros de consideración.
Según el tipo de vegetación, la mayoría de la superficie arrasada pertenece a matorral y monte abierto, que alcanza las 12.571,67 hectáreas, unas 1.100 más desde la última referencia. A continuación, se sitúa la superficie arbolada, que incrementa su daño hasta las 2.890,97 hectáreas y, por último, los pastos y dehesas, que, tras un mes de enero negro, disminuyen sus siniestros y se mantienen en 2.807,63 hectáreas.
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