La llegada del otoño y la mayor cantidad de precipitaciones repartida por toda la Península ha llevado a una menor presencia de incendios forestales, en su gran mayoría de escasa entidad. A 20 de noviembre aparecen varios focos dispersos por la Península con dos zonas de mayor concentración: la región próxima al Sistema Ibérico de la mitad norte, próxima al cauce del Ebro, y la zona sureste, cerca de la serranía de Alicante y Murcia.
Mapa de los incendios forestales activos en España
Mientras el cuadrante noroccidental aparece libre de siniestros de consideración, el primer siniestro aparece en el norte de la provincia de Burgos. Si nos movemos hacia el este, aparecen otros tres focos de relativa importancia siguiendo el cauce del Ebro. Así, a un primer incendio en la zona montañosa de La Rioja le sigue otro foco próximo a la capital aragonesa y un tercero en la serranía turolense, ya cerca de su límite con Tarragona.
Si dejamos atrás esta primera zona de concentración de siniestros llegamos al segundo punto candente, la zona de la serranía de Alicante. En este lugar aparecen hasta tres siniestros, uno más próximo a la llanura de la Mancha en la provincia de Albacete y otros dos a lo largo de la serranía que discurre por el interior de las provincias de Alicante y Murcia.
Además de estos focos principales hay otros dos siniestros dispersos en el extremo suroccidental de la Península, con uno de ellos próximo a la ciudad de Sevilla y otro en la zona cercana a la costa de la provincia de Huelva.
Hectáreas quemadas por incendios forestales
Hasta el 31 de octubre se han quemado 47.174,53 hectáreas, cifra muy por debajo de los precedentes de años anteriores. El dato se encuentra unas 37.000 hectáreas por debajo de las 84.493,63 que habían ardido en 2023 a estas mismas alturas de año y también resulta menos de la mitad de las 99.981 hectáreas de media que han ardido durante los diez primeros meses de año en el último decenio. La evolución de las cifras durante el mes de octubre arroja un descenso en la superficie calcinada, merced a rectificaciones y cambios estadísticos, anomalía que igualmente nos sirve para indicar la escasa superficie siniestrada durante el último mes.
En cuanto al número de siniestros, las cifras hasta el 31 de octubre también mejoran las de periodos anteriores, aunque en una proporción menos acusada. En los diez primeros meses del año se han producido 5.840 siniestros, de los cuales 4.157 resultaron conatos (con superficie afectada menor a una hectárea) y 1.683 fueron incendios que superaron la hectárea. Este dato supone unos 1.500 siniestros menos que los 7.377 acontecidos hasta el mes de octubre del año pasado y mejora en más de 3.300 el dato medio de 9.187 siniestros del último decenio.
La superficie forestal arrasada por zonas apenas ha experimentado variaciones, ya que la escasa superficie calcinada durante el último mes no ha servido para reflejar cambios en la proporción anual. Así, las Comunidades interiores vuelven a protagonizar la mayor parte del terreno calcinado, con un 43,15% del total, dato muy próximo al de las Regiones del Noroeste, que han sufrido el 41,97% de la superficie siniestrada. El Mediterráneo se mantiene lejos de esas cifras, con un 14,80% del terreno forestal arrasado, mientras las islas Canarias continúan libres de siniestros de consideración con un 0,03% de la superficie incendiada.
En el tipo de vegetación, el matorral y monte abierto continúa como la tipología más afectada con 23.990,68 hectáreas siniestradas en lo que va de año. A pesar de que esta cifra prácticamente dobla la de los otros tipos de vegetación, la diferencia se ha disminuido con respecto a referencias anteriores, donde la brecha resultaba cercana al triple. Los pastos y dehesas han sufrido 12.113,81 hectáreas siniestradas y, muy cerca de esos datos, aparecen las 11.070,04 hectáreas de superficie arbolada calcinadas.