De los incendos a las inundaciones. Seis víctimas mortales, unas 5.000 personas evacuadas, gran cantidad de animales de granja ahogados, ríos desbordados, poblaciones enteras aisladas, al igual que miles de hectáreas de cultivos que podrían perderse, un pantano (el de Santomera, Murcia) que tuvo que vaciarse ante el riesgo de que cediera la presa e incalculables daños materiales en miles de hogares y empresas y decenas de vehículos es el balance que dejó la tempestad causada por la gota fría que ha devastado el sureste de la península Ibérica a finales de semana.
Dos personas, un hombre y una mujer fallecieron el jueves en Caudete (Albacete) y una tercera la madrugada del viernes en Almería a causa del temporal de lluvia causado por la gota fría. Los cuerpos de los dos primeros fueron localizados en el interior de un vehículo que estaba volcado en una zona inaccesible por la acumulación de agua a causa de las lluvias caídas en aquella zona de la provincia castellano-manchega, informó la Delegación del Gobierno en la comunidad.
Ambas víctimas eran hermanos y vecinos de Caudete y él tenía 61 años y ella 51, según precisaron estas mismas fuentes. El agua arrastró el vehículo en el que circulaban por el camino hacia la Font de la Figuera y la pareja quedó atrapada en el interior del coche.
La víctima de Almería es un hombre de 48 años que quedó atrapado en el interior de su vehículo en un túnel sobre las 05:38 horas del viernes. La Policía logró rescatar a otras dos personas en el mismo lugar, según confirmó el alcalde. Agentes de la Policía Local procedían a balizar el acceso al túnel que atraviesa la avenida del Mediterráneo para cerrarlo cuando dos vehículos se han introducido en el subterráneo "a gran velocidad" y han quedado atrapados.
Un agente de Policía Local se metió en el agua y pudo rescatar a dos personas que ocupaban uno de los vehículos, mientras que el tercero ha quedado completamente anegado. Por otra parte, los bomberos de Almería y agentes de la Guardia Civil evacuaron a alrededor de 60 personas que habían quedado atrapadas en el camping de Cabo de Gata.
La cuarta víctima mortal, un hombre de 36 años, fue localizada el viernes lejos de su coche, que había quedado totalmente sumergido por el agua y el barro en una rambla en la autovía A-92, en el término municipal de La Jámula, en Baza (Granada), informó el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, tras el Consejo de Ministros. El vehículo había sido encontrado vacío horas antes.
La quinta es un vecino de Redován (Alicante) que había desaparecido y fue encontrado dentro de su coche en un pueblo vecino cuando bajó el nivel del agua. El sexto fallecido es un hombre de 41 años dado por desaparecido desde el viernes cuyo cadáver fue hallado en la pedanía de Matanza, en Orihuela (Alicante), el municipio más afectado por la tormenta, que lo atravesó varias veces e hizo desbordar el río Segura a su paso por el mismo. Se da la circunstancia de que al menos cinco de los fallecidos murieron mientras trataban de atravesar zonas inundadas en sus automóviles.
El jueves, 13 personas tuvieron que ser rescatadas en los municipios albaceteños de Caudete y Almansa tras quedar atrapadas en vehículos y tejados de estas dos poblaciones a consecuencia de las lluvias. Según informaron fuentes del Servicio de Emergencias 112 a Europa Press, fueron nueve las personas rescatadas en Caudete y cuatro más en la ciudad de Almansa. Estas mismas fuentes precisaron que ninguna de estas personas había resultado herida y todas se encontraban bien.
En Beniarrés (Alicante) cayeron 359 litros por metro cuadrado en 24 horas
La denominada por los especialistas "depresión aislada en niveles altos" (DANA), también tradicionalmente conocida como gota fría, causó desbordamientos de ríos, desalojos y destrozos en localidades de la Comunidad Valenciana, Murcia y Castilla-La Mancha. La crecida del río Clariano en Ontinyent, un pueblo de Valencia que se ha visto muy afectado por el temporal, dejó al menos 40 rescatados y 150 evacuados.
La virulencia del mayor temporal de lluvias que se recuerda en muchas décadas en la zona tiene una relación inequívoca con el cambio climático. "El mar Mediterráneo está más caliente que hace veinte años, este verano ha alcanzado temperaturas de mares tropicales, y esto es la gasolina que alimenta estas grandes nubes. Además, la corriente de chorro que controla el tiempo en nuestras latitudes está cambiando, el Ártico se está derritiendo y nos envía cada vez más oleadas de aire frío", explicó Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante y presidente de la Asociación Española de Geógrafos.
Por su parte, Ecologistas en Acción señaló en un comunicado que "las lluvias torrenciales que están teniendo lugar en el sureste español no son excepcionales, son propias de nuestro clima. El problema de fondo es otro. El problema radica en que en nuestro país existen más de 50.000 construcciones situadas en cauces y zonas de alto riesgo de inundación, la mayoría viviendas. La cifra se incrementa año tras año, por por lo que el riesgo de que se produzcan desastres de este tipo y víctimas mortales también sigue aumentando. A medio plazo no se puede prever cuánto, cuándo y dónde va a llover. Pero siempre se sabe por dónde va a correr el agua".
El alcalde de Orihuela, Emilio Bascuñana, dijo que las lluvias caídas desde el jueves en esta localidad alicantina de 100.000 habitantes fueron "nunca vistas". "Se trata de una situación absolutamente desconocida, por la cantidad de agua, han caído 200 litros en menos de tres horas por la mañana [del jueves], el agua ha bajado de la sierra con muchísima fuerza, arrastrando piedras, y ha causado destrozos tremendos en casas y vehículos, pero afortunadamente no ha habido que lamentar daños personales". El gran temor en la ciudad era la crecida del río, muy cerca del desbordamiento pese a la treguas que el aguacero dio durante unas horas por la tarde. El desbordamiento del Segura se confirmó al día siguiente, cuando la ciudad ya había recibido 500 litros por metro cuadrado en 48 horas.
Dos pequeños tornados
El municipio alicantino de Beniarrés fue el que más lluvia recogió el jueves en la Comunitat Valenciana, con un total de 359 litros en 24 horas, según datos de la Agencia Estatal de Meteorología, en los que también destacan los 296,4 litros de Ontinyent, los 259,2 de Orihuela o los 214,2 de Muro d'Alcoi.
Un pequeño tornado tocó tierra sobre las tres de la madrugada del jueves en la playa del Raset de Dénia (Alicante), causando daños en el polideportivo municipal y la caída de señales de tráfico, ventanas, árboles y algún tejado con rachas de viento de 104 kilómetros por hora. En la misma Dénia, el ferry de Baleària Pinar del Río que desde la noche del 16 de agosto permanecía encallado por otro temporal en la escollera norte se hundió definitivamente tras ser destrozado por el oleaje y las rocas.
Otro tornado causó daños en Guardamar del Segura, causando desperfectos en un colegio y cuantiosos desperfectos, la lluvia derrumbó parte del castillo medieval de la localidad, y la línea ferroviaria entre Valencia y Alicante fue dañada por las fuertes lluvias. Además, el río Clariano se llevó por delante el histórico Pont d’Allà Baix, del siglo XVI, a su paso por la localidad de Aielo de Malferit.
A causa del temporal, 191 municipios de Valencia y Alicante cancelaron las clases a final de semana, con unos 338.000 alumnos afectados, y los municipios de Redován, Crevillent, Orihuela, Torrevieja, Villena, Alcoy, Almoradí, Callosa del Segura y Benejúzar tuvieron que habilitar albergues de emergencia. Según los datos facilitados el jueves por la Conselleria de Educación, la mayor parte de las localidades que cancelaron la actividad en las aulas se hallaban en la provincia de Alicante, donde suspendieron clases en 139 poblaciones, o lo que es lo mismo, en todos los municipios menos Banyeres de Mariola, lo que afectó a unos 283.000 escolares.
El calentamiento del mar y el deshielo del Ártico alimentan estos fenómenos
En la Región de Murcia, donde las lluvias más fuertes se recibieron a partir del viernes, las localidades más afectadas el jueves fueron Santomera, con 154 litros por metro cuadrado en 24 horas, Cieza (135 litros), Ojós (123 litros), y Calasparra y Beniel (105 litros en cada una). Según el presidente de la comunidad autónoma, Fernando López Miras, se temían también desbordamientos del río Segura, que se confirmaron. En Ojós, el azud (el embalse que regula los canales del trasvase Tajo-Segura) alcanzó el 98% de su capacidad, por lo que la Confederación Hidrográfica del Segura decidió abrir sus compuertas y desembalsar el agua para evitar desbordamientos descontrolados. En total, una veintena de carreteras se vieron cortadas.
Por su parte, el Ministerio de Defensa anunció la movilización de efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en Alicante y Murcia, y efectivos de la misma se hallaban por la tarde del jueves ya en Orihuela trabajando para tratar de contener la crecida del río y por la noche se enviaron militares para evacuar algunas pedanías de la ciudad de Murcia en previsión de un desbordamiento del río Segura.
Los daños en la agricultura pueden ser también catastróficos, con 300.000 hectáreas afectadas. Unió de Llauradors constata que las fuertes lluvias han dejado "completamente destrozadas" algunas infraestructuras agrarias como caminos, barrancos o sistemas de riego por goteo, junto a daños de hasta el 70% en algunos cultivos. "A pesar de esos daños localizados, el agua es de momento muy beneficiosa para el conjunto de la comunidad", asegura la organización agraria. Paradójicamente, este verano, muchos agricultores temían por sus cosechas, como la de la alcachofa, ante la falta de precipitaciones.
En el caso de la viña, "se teme por la pérdida de una parte importante de la cosecha en algunos términos municipales de la provincia de Valencia, entre el 70% en la Font de la Figuera y el 50% en Moixent, situación que se puede generalizar al resto de localidades de la Costera y la Vall d'Albaida".
A los daños directos "cabe añadir el posible retraso en las labores de la vendimia que ya se ha iniciado en algunas zonas". La entidad agraria también observa daños en el cultivo de hortalizas en algunas zonas. Otros inconvenientes que señala por estas lluvias es que el exceso de agua encharcada y humedad podría ocasionar la aparición de hongos en los cultivos. Por el momento, "no se ha visto dañado el cultivo del arroz y únicamente se han ocasionado pequeños problemas para desembalsar de forma rápida el agua de los campos".
Tras haberse quedado estancada varios días sobre el sureste, la tormenta, ya desgastada, empezó a desplazarse el domingo hacia el norte y centro de la península, hacia tierras de Castilla-La Mancha, Madrid y Castilla y León, donde se registraron lluvias intensas pero ya no de caracter destructivo.