La Tierra va camino de registrar aumentos de temperaturas que superan el umbral de seguridad climática. Las buenas intenciones de los gobiernos expresadas en Paris (2015) no superan el examen de los científicos. Sobre la base de los actuales planes presentados por los mismos, las emisiones de gases de efecto invernadero, en lugar de reducirse, aumentarán en un 10,7% por encima de los niveles de 2016 para el año 2030, lo que nos llevaría a un aumento de temperaturas de al menos 3 ºC respecto a las de la época preindustrial.
Este aumento es el doble de la meta marcada como techo por los gobiernos en 2015 en París de aplicar recortes profundos para limitar el calentamiento global a 1,5 ºC para 2100.
Un nuevo informe de las Naciones Unidas (The Heat Is On: Taking Stock of Global Climate Ambition) revela que casi todos los países con altos niveles de emisiones de gases invernadero se están quedando cortos en la lucha para afrontar al crisis climática con relación a las metas del Acuerdo de París y les reclama redoblar sus esfuerzos.
Un total de 14 naciones, que aportan el 26% de las emisiones mundiales, han hecho saber a la ONU que no tienen la intención de revisar sus planes actuales para luchar contra el calentamiento global. En el lado positivo, el informe destaca el ejemplo de algunos países que han diseñado una estrategia a largo plazo que permitiría cumplir el Convenio de Cambio Climático. Entre estas naciones están Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Canadá, México, Estados Unidos (antes de la llegada de Trump, que de momento no puede modificarlas) y algunos de los más altamente vulnerables países como Fiji o las Islas Marshall.
El grupo de expertos de Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC) se reúne en Mónaco a partir de mañana para finalizar el Informe Especial sobre el Océano y la Criosfera en un Clima Cambiante (SROCC, en sus siglas en inglés) que será presentado el próximo 25 de septiembre y que reflejará la urgencia de reducir las emisiones a cero y de reforzar la protección de los océanos. El próximo lunes día 23 se inicia en Nueva York la próxima cumbre climática de la ONU.
Veto a Brasil en la cumbre
En la misma, se ha vetado la intervención de Brasil después de que el Gobierno del negacionista Jair Bolsonaro no cumpliera la solicitud de la ONU de presentar un proyecto para aumentar los compromisos climáticos, según ha recogido la cadena Telesur. Arabia Saudí, Japón, Australia, Corea del Sur y Estados Unidos son los otros países que junto con Brasil están vetados por Naciones Unidas.
El informe sobre el océano es la evaluación más completa hasta la fecha de los efectos actuales y futuros del cambio climático en nuestros océanos y la criosfera (zonas de hielo que cubren terrenos, islas y mares en alta montaña y regiones polares).
La científica de Greenpeace Melissa Wang señala que “con las tasas de emisión actuales, estamos vertiendo un millón de toneladas de CO2 en los océanos cada hora. A menos que aceleremos los esfuerzos para reducir a cero neto las emisiones de carbono y tomemos mayores medidas para proteger nuestros océanos, habrá consecuencias devastadoras para los seres humanos, el medio ambiente y la economía”.
Los océanos desempeñan un papel fundamental en el mantenimiento de la vida en la Tierra. Junto con las capas de hielo, son vitales para regular la temperatura de nuestro planeta, ya que absorben el 90% del exceso de calor del sistema y entre el 20 y el 30% del carbono de la atmósfera de la Tierra. Además, los mares proporcionan o regulan gran parte del agua de lluvia, el agua potable, los alimentos y los sistemas meteorológicos de nuestro planeta.
Losas de hielo que impiden reabsorber el deshielo en Groenlandia
Mientras, un grupo de expertos ha descubierto unas peligrosas losas de hielo en Groenlandia que impiden que el mismo reabsorba el agua del deshielo y favorecen lleguen al mar aumentando su nivel, informa la agencia SINC. Se trata de capas de al menos un metro de espesor que se forman durante varios años cuando el agua del deshielo se vuelve a congelar entre las capas ya existentes. Estas gruesas e impenetrables placas se están expandiendo rápidamente en el interior de Groenlandia, donde el hielo normalmente es poroso y puede reabsorber el agua del deshielo.
Hasta el momento, estos bloques helados han añadido menos de un milímetro a los niveles globales del mar. Sin embargo, debido a que están en continua expansión, el agua de deshielo acaba en el océano y amenaza con aumentar la contribución del país de 7 a 74 mm en 2100, según diferentes escenarios de emisiones moderadas y altas.
“El hielo se forma justo debajo de la superficie, por lo que no era visible en imágenes de satélite ni desde el suelo, hasta que perforamos y lo vimos con el radar de penetración terrestre. Estudios previos recientes planteaban la hipótesis de que el agua se filtraría muy profundamente antes de llenar la superficie cercana a la parte superior del glaciar. Fue una sorpresa descubrir que sucedía todo lo contrario”, declara a Sinc Mike MacFerrin, investigador de la Universidad de Colorado en Boulder (EE UU) y autor principal del trabajo.
El equipo de científicos descubrió accidentalmente las losas en 2012, cuando estaban recogiendo muestras en el núcleo de hielo y se toparon con grandes secciones heladas y sólidas. Nunca habían visto algo así.
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