Las 30 principales empresas del petróleo y del gas han registrado suficiente flujo de caja libre desde 2015 (es decir, ganancias de la producción antes de pagar gastos corporativos como los salarios y la deuda) como para que pudieran pagar por sí solas las pérdidas y daños climáticos, según Global Witness.
En concreto, la ONG ha señalado que estos negocios han ganado una media de 400.000 millones de dólares al año en los nueve años posteriores a la firma del Acuerdo de París, la misma cantidad que los investigadores identifican como mínimo para la financiación de pérdidas y daños que necesitan anualmente los países en desarrollo a través del Fondo de Respuesta a las Pérdidas y los Daños Climáticos.
Esta ha sido la conclusión a la que ha llegado Global Witness en su estudio: Es hora de pagar: las grandes petroleras deben financiar las pérdidas y los daños climáticos (1). La organización lo ha presentado en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29) que se está desarrollando estos días en Bakú (Azerbaiyán).
Según ha detallado, los datos de flujo de caja libre se obtuvieron de la base de datos UCube de la agencia de inteligencia empresarial energética Rystad Energy, que se basan en fuentes que incluyen informes y políticas de empresas, fuentes y políticas gubernamentales, informes de servicios energéticos, agencias energéticas e investigaciones académicas y artículos de noticias.
Subvenciones a las comunidades más vulnerables
A juicio de la organización, se debería dar un lugar "significativo" en la mesa de negociaciones sobre el Fondo de Respuesta a las Pérdidas y los Daños Climáticos a los defensores de la tierra y el medio ambiente, incluidos los pueblos indígenas y las comunidades vulnerables.
En su opinión, éste debería estar dirigido a comunidades y países vulnerables y los gobiernos tendrían que poder solicitar asistencia directa. A su parecer, esta asistencia debería darse en forma de subvenciones, no préstamos, para evitar cargar a los países con más deuda. En líneas generales, el fondo tendría que distribuirse con urgencia para llegar rápidamente a las comunidades vulnerables.
Asimismo, la organización insiste en que todos los países deberían garantizar que las comunidades vulnerables y afectadas formen parte del proceso de toma de decisiones al diseñar e implementar programas de adaptación y compensación. Además, tendrían que aumentar la inversión en sistemas de alerta temprana, infraestructura resiliente al clima y programas de adaptación para la comunidad con la idea de mitigar pérdidas futuras.
En lo que respecta a los países ricos, Global Witness les ha pedido aumentar de manera significativa los compromisos con el Fondo y acordar un Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NOCC) "sólido" con "un pilar específico" para pérdidas y daños. Desde su punto de vista, la financiación climática realizase bajo los principios de la justicia climática y hay que garantizar el acceso a las organizaciones locales y humanitarias a ella.
Programas de adaptación climática
Además, les ha solicitado trabajar para evitar un mayor deterioro climático mediante el fin a los subsidios a las empresas de combustibles fósiles y la aceleración hacia una transición justa hacia economías sin emisiones de carbono. En especial, la organización considera que los fondos dedicados a los subsidios puede redirigirse hacia la implementación de energías renovables y programas de adaptación climática que beneficien directamente a las comunidades vulnerables tanto a nivel nacional como internacional.
Paralelamente, les ha instado a llevar a cabo una una transición energética verde justa y a que exijan que la industria de los combustibles fósiles contribuya. Así, les ha pedido revisar medidas, como un impuesto a los daños climáticos que generaría fondos para las pérdidas y los daños climáticos.
En el marco del estudio, les ha solicitado explorar otros marcos jurídicamente vinculantes, como los litigios climáticos, que puedan exigir a la industria de los combustibles fósiles que rinda cuentas financieramente por sus contribuciones a la crisis climática.
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