Los países desarrollados movilizaron 106.900 millones de euros (115.000 millones de dólares) en financiación climática en 2022, por lo que superaron por primera vez su objetivo anual de 92.200 millones de euros (100.000 millones de dólares), según un informe de la OCDE publicado este miércoles 29 de mayo.
La financiación climática para los países de bajos ingresos se mantuvo baja y se situó en un 10% en 2022
La financiación climática aumentó un 30%
En concreto, la financiación climática aumentó un 30% con respecto a 2021, o lo que es lo mismo, 24.200 millones de euros (26.300 millones de dólares). Según el organismo, este es el mayor aumento interanual hasta la fecha y significa que la marca de los 92.200 millones de euros se alcanzó un año antes de lo que la OCDE había proyectado anteriormente, aunque dos años después de la fecha objetivo inicial de 2020.
Este informe, titulado El financiamiento climático proporcionado y movilizado por los países desarrollados en 2013-2022 (1) es la séptima evaluación que ha llevado a cabo la OCDE sobre el progreso hacia objetivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) de movilizar 92.200 millones de euros para ayudar a los países en desarrollo a mitigar y adaptarse al cambio climático.
Originariamente, se acordó en 2009 movilizar 92.200 millones de euros al año para 2020, aunque este compromiso se extendió posteriormente hasta 2025. De manera paralela a la publicación de este informe, se están llevando a cabo discusiones en la CMNUCC para establecer un Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado sobre financiamiento climático de cara al período posterior a 2025 que tenga en cuenta las necesidades y prioridades de los países en desarrollo, así como el cambiante panorama económico global.
Los fondos públicos siguen representando la mayor parte de la financiación climática y se sitúan en un 80% del total
Así, el informe muestra que los fondos públicos siguen representando la mayor parte de la financiación climática y se sitúan en un 80% del total. De hecho, la financiación pública mostró el mayor aumento entre 2013 y 2022, con una subida de 32.200 millones de euros o un crecimiento de 226% desde 2013. Sin embargo, el crecimiento de 2022 estuvo acompañado por un salto del 52% (6.900 millones) en la privada, que alcanzó los 20.200 millones ese año tras varios años de relativo estancamiento.
A su vez, el estudio también indica una subida en la financiación climática destinada a acciones de adaptación. En 2019, fue de 17.300 millones sólo con la financiación pública, 18.700 millones si se incluye la privada. Tras una pequeña caída en 2021, este tipo de financiación alcanzó los 29.800 millones en 2022, tres veces el nivel de 2016.
Los préstamos representan la mayor parte de la financiación pública del clima
Por otro lado, la investigación señala que los préstamos siguen representando la mayor parte de la financiación pública del clima, especialmente para los bancos multilaterales de desarrollo que de manera habitual financian grandes proyectos de infraestructura. Sin embargo, puntualiza que se está dando prioridad a las subvenciones en los países de bajos ingresos.
Asimismo, las cifras de la OCDE muestran que la combinación es más equilibrada para los fondos climáticos multilaterales y los proveedores bilaterales, debido a una gama más amplia y diversa de actividades y proyectos. De esta manera, las subvenciones aumentaron en 12.300 millones (más del doble, con un aumento del 109%) entre 2016 y 2022 y los préstamos públicos en 27.900 millones (un aumento del 91%).
Mientras, la financiación climática para los países de bajos ingresos se mantuvo relativamente baja y se situó en un 10% en 2022. Por un lado, la OCDE destaca que los países menos desarrollados y los pequeños Estados insulares en desarrollo se beneficiaron de una mayor cantidad de financiación para la adaptación (alrededor del 50%) que el promedio de todas las naciones en desarrollo (25%). Sin embargo, el organismo también incide en que la financiación privada movilizada para estos países fue muy limitada, lo que a su juicio subraya la necesidad de un apoyo internacional personalizado.
'Informe Paralelo de 2023 sobre Financiación Climática' de Oxfam Intermon
Los países ricos (los principales contaminadores) llevan tres años sin alcanzar su compromiso de movilizar 100.000 millones de dólares anuales en concepto de financiación climática destinada a países de renta media y baja, según denuncia Oxfam Intermón en su Informe Paralelo de 2023 sobre Financiación Climática (2).
El Informe paralelo de 2023 sobre financiación climática que Oxfam Intermón publica hoy revela que, si bien los donantes afirman haber movilizado 83.300 millones de dólares en 2020, el valor real de dicho gasto es, a lo sumo, de 24.500 millones de dólares. La cifra de 83.300 millones de dólares es una sobreestimación, ya que incluye proyectos en los que se ha exagerado el objetivo climático o los préstamos se han contabilizado según su valor nominal.
Al conceder préstamos en lugar de subvenciones, este tipo de fondos podrían incluso perjudicar a las comunidades locales en lugar de ayudarlas, puesto que agravan aún más la deuda en países que ya están fuertemente endeudados, especialmente teniendo en cuenta el aumento de los tipos de interés.
Los países donantes están reasignando a la financiación climática hasta un tercio de su contribución a la ayuda oficial al desarrollo en lugar de aportar financiación nueva y adicional, mientras que más de la mitad del total de financiación climática que se destina a los países más pobres se concede en forma de préstamos.
Entre los países que aportan financiación climática bilateral, Francia es quien concede una mayor parte de la financiación pública en forma de préstamos, con un preocupante porcentaje del 92 %. Otros países que llevan a cabo esta cuestionable práctica son Austria (71 %) o Japón (90 %).
España está entre los países con mayor proporción de préstamos, particularmente de préstamos no concesionales, con un total de 85,2%. Sólo el 12,4% de la financiación pública bilateral para el clima se otorga en forma de subvenciones.