“Las mujeres deben ganar menos porque son más débiles, más pequeñas y menos inteligentes”. Podría parecer una declaración pronunciada hace un centenar de años, pero no, tal afirmación sexista la espetó el eurodiputado polaco Janusz Kowrin-Mikkle, quien también es famoso por sus comentarios racistas y antisemitas, ante el pleno de la Eurocámara el pasado miércoles. Lamentablemente, las inaceptables palabras del diputado ultra no son un hecho aislado en pleno siglo XXI. Y por ello sigue siendo necesario poner el foco en la discriminación que sufren las féminas por el mero hecho de serlo. Hoy, 8 de marzo, se celebra el Día Internacional de la Mujer en la mayoría de los países. Porque todavía queda mucho por hacer para lograr la anhelada igualdad de género.
“El Día Internacional de la Mujer es un buen momento para reflexionar acerca de los avances logrados, pedir más cambios y celebrar la valentía y la determinación de mujeres de a pie que ha jugado un papel clave en la historia de sus países y comunidades”, explica en un comunicado Naciones Unidas. Este año el tema de la jornada es “Las mujeres en un mundo laboral en transformación: hacia un planeta 50-50 en 2030”.
Ellas representan únicamente el 25% de la fuerza laboral de la industria digital
La globalización económica, la liberalización, la privatización en curso de los servicios públicos y el papel cada vez mayor de las empresas tiene consecuencias negativas especialmente con los sectores más vulnerables, por la creciente informalidad en el trabajo, la inestabilidad en las fuentes de ingreso, las nuevas políticas fiscales y comerciales y el impacto ambiental, factores que no permiten el empoderamiento económico de las féminas.
Millones de ellas tienen ocupaciones infravaloradas, mal remuneradas y de poca calidad. En las regiones en desarrollo, hasta el 95% del empleo de las féminas corresponde al sector informal, con trabajos no amparados por la legislación laboral y sin protección social.
Además, la revolución digital ha puesto patas arriba el modelo laboral. El sector de la tecnología de la información es el futuro y las mujeres se están quedando atrás: actualmente, sólo el 18% de los títulos de grado en ciencias de la tecnología corresponden a mujeres y representan únicamente el 25% de la fuerza laboral de la industria digital.
Silicon Valley, la zona sur del área de la bahía de San Francisco, en el norte de California (EE UU), que aloja las mayores corporaciones de tecnología del mundo y miles de pequeñas start-ups es un buen ejemplo de ello. Allí, la presencia de empresarias es más bien escasa: sólo el 11% de los ejecutivos son mujeres y el 20% de los desarrolladores de software, y únicamente el 53% de las grandes empresas de tecnología tienen a una fémina en su equipo de gestión ejecutiva (en comparación con el 84% de las empresas más grandes de Estados Unidos de todo tipo). Los hombres también ganan más por el mismo trabajo. El comportamiento sexista está muy extendido y bien documentado en Silicon Valley, ya que hay una larga serie de demandas en los tribunales por ello.
Las mujeres son una minoría en los puestos de liderazgo económico y político en todo el mundo. En 2014, en seis de las instituciones económicas mundiales más influyentes, la representación de ellas en sus juntas osciló entre el 4% y el 20%. En Europa, sólo uno de cada tres ejecutivos es mujer y suele ganar de media un 23,4% menos que ellos: unos 77 céntimos de euro por cada euro.
Cambios culturales
A nivel mundial, sólo la mitad de las mujeres forman parte de la población activa, en comparación con las tres cuartas partes de los hombres. Cobran un 23% menos que ellos, por un trabajo de igual valor, cifra que se eleva hasta el 40% en el caso de las afroamericanas en los Estados Unidos.
Por si fuera poco, son ellas las que, viviendo bajo una percepción estereotipada de los géneros, llevan el trabajo del cuidado no remunerado y el trabajo doméstico, limitando así su carrera profesional y reforzando su desventaja socioeconómica. Se trata de un cliché reforzado por los medios de comunicación y las grandes empresas.
“En todo el mundo, demasiadas mujeres y niñas dedican un número excesivo de horas a las responsabilidades del hogar; habitualmente, destinan a estas tareas más del doble de tiempo que los hombres y los niños”, destacan desde ONU Mujeres.
Las féminas destinan más del doble de tiempo que los hombres al hogar
“Tenemos que iniciar el cambio en el hogar y en la etapa escolar más temprana, para que no haya ningún lugar en el entorno de una niña o un niño donde aprendan que las niñas deben ser menos, tener menos y soñar a menor escala que los varones. Esto exigirá ajustes en la crianza, los programas de estudios, los ámbitos educativos y los canales que transmiten los estereotipos cotidianos como la televisión, la publicidad y los diversos tipos de espectáculos. Asimismo, requerirá dar pasos decididos para proteger a las niñas pequeñas de las prácticas culturales nocivas, como el matrimonio a temprana edad y todas las formas de violencia”, añaden.
Pero además, “hay que ofrecer incentivos para retener a las mujeres en el mercado laboral, como la ampliación de las prestaciones por maternidad, la adopción de los Principios para el empoderamiento de las mujeres y la representación directa en los niveles de toma de decisiones, junto con cambios en las prestaciones por paternidad y cambios culturales que hagan que los permisos por paternidad sean una opción viable y, por tanto, un beneficio real para toda la familia”.
Para denunciar las distintas formas de discriminación que sufren las mujeres en nuestros días y por la igualdad de género, el movimiento argentino Ni Una Menos, que nació en 2015 como respuesta a la sucesión de feminicidios que padece el país sudamericano y que ha sacudido a la opinión pública, ha convocado una huelga internacional. Se trata de un “paro de empleo, cuidados y consumo” de media hora que comenzará a las 12.00 horas del día de hoy, con motivo del Día Internacional de la Mujer. Además, en España, se celebrarán manifestaciones, concentraciones y eventos culturales. Por un futuro más justo y sostenible para todos y todas.