La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha estimado en un 60% la probabilidad de que se forme un episodio de La Niña entre octubre de 2024 y febrero de 2025, fenómeno que produce un enfriamiento a gran escala de las aguas superficiales de las partes central y oriental del Pacífico ecuatorial, además de otros cambios en la circulación atmosférica tropical.
En líneas generales, La Niña genera efectos opuestos a los de El Niño en el clima, en especial en las regiones tropicales. Sin embargo, la OMM ha destacado que en la actualidad este tipo de fenómenos climáticos de origen natural tienen lugar en el contexto más amplio del cambio climático, que provoca un aumento de las temperaturas mundiales, exacerba los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos y altera la configuración de las temperaturas y las precipitaciones estacionales.
Así, el organismo ha recordado que, a pesar del efecto de enfriamiento ejercido por el episodio de La Niña entre 2020 y principios de 2023, los últimos nueve años han sido los más cálidos de los que se tiene constancia. Además, el episodio de El Niño de 2023/2024 ha sido uno de los cinco de mayor intensidad jamás registrados y algunos de sus efectos persistieron incluso tras haberse extinguido.
Un efecto de enfriamiento a corto plazo
En este marco, la Secretaria General de la OMM, Celeste Saulo, ha advertido de que incluso aunque se forme un episodio de La Niña y ejerza un efecto de enfriamiento a corto plazo, ello no invertirá la tendencia a largo plazo de aumento de las temperaturas mundiales fruto de los gases de efecto invernadero que retienen el calor en la atmósfera.
A su vez, ha recalcado que la iniciativa Alertas Tempranas para Todos sigue siendo la máxima prioridad para el organismo, ya que aunque durante los últimos tres meses han prevalecido unas condiciones neutras --es decir, no se ha producido un episodio de El Niño ni de La Niña--, se han dado condiciones meteorológicas extremas generalizadas, como episodios de calor intenso y lluvias devastadoras.
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