Este sábado 12 de diciembre se han cumplido cinco años de la firma del Acuerdo de París por parte de 197 países. El tratado climático que apuesta por la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero tiene por objeto limitar la temperatura global por debajo de los 2°C y a ser posible los 1,5°C.
En la cumbre virtual sobre la Ambición Climática celebrada justo en el día que se cumple un lustro del acuerdo climático, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha llamado a la acción a todos los países ya que considera que las medidas aplicadas hasta la fecha no sirven para aliviar los problemas estructurales que sostienen el incesante aumento de las temperaturas en la Tierra.
Según Guterres, "todavía no vamos en la dirección correcta" del Acuerdo de París, quien ha pedido un esfuerzo de compromiso a los diferentes líderes mundiales y que declaren la emergencia climática que garantice un equilibrio medioambiental para 2050. El secretario general de Naciones Unidas también ha recordado que, actualmente, el Planeta es 1,2°C más caliente que en la época preindustrial.
El año 2019 ha sido el segundo año más cálido desde que se comenzaran a realizar registros en 1850. El lustro de 2015 a 2019 ha sido también el más caluroso del siglo, y el período de 2010 a 2019 ya es la década más caliente jamás registrada. Desde 1980, cada nueva década ha sido más cálida que todas las anteriores.
EE UU, de vuelta al Acuerdo de París
Tal como se había anunciado con un año de antelación, el pasado 4 de noviembre Estados Unidos abandonó formalmente el Acuerdo de París contra las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y el cambio climático.
Joe Biden revertirá el abandono de Estados Unidos del Acuerdo de París contra el cambio climático
De forma irónica, la retirada se ha producido justo el día después que Joe Biden y Kamala Harris ganaran las elecciones presidenciales de EE UU. El futuro presidente, Joe Biden, ya anunció que revertirá esta situación.
En 2018 Estados Unidos fue el segundo país del mundo en emisiones de dióxido de carbono (CO2) con el 15% de las emisiones globales, es decir 5,4 gigatoneladas. China ocupa el primer lugar en emisiones mundiales de CO2 con 10,3 gigatoneladas, Y Europa está en el tercer puesto con 3,4 gigatoneladas.
Donald Trump, un líder negacionista
Está previsto que el actual presidente estadounidense, Donald Trump, abandone el Despacho Oval el 20 de enero de 2021. Trump comenzó su legislatura –así como la campaña electoral que lo llevo a la Casa Blanca– dejando claras las líneas generales de su mandato en materia de medio ambiente.
El 24 de enero de 2017 firmó dos órdenes ejecutivas que reactivaban los oleoductos Keystone XL y Dakota Acces, vetados por su predecesor, Barack Obama, tras años de intensa oposición a los proyectos por parte de granjeros, agricultores, indígenas y ecologistas.
Unas semanas después ordenaba a la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) que eliminara la página sobre cambio climático de Internet, todo y las quejas de los trabajadores de la misma EPA.
Luego vendría la Marcha por las Mujeres y la Marcha por la Ciencia y una larga retahíla de protestas que no causaron ningún efecto sobre el desarrollo de las políticas de la Administración del entonces recién estrenado mandatario Donald Trump. Sino todo lo contrario.
El mandato de Trump se ha caracterizado por su negacionismo y por el apoyo a los combustibles fósiles
Su mandato se ha caracterizado desde el inicio por el apoyo a los combustibles fósiles con las correspondientes exenciones fiscales y subvenciones a la industria nacional, hasta el punto de permitir la explotación petrolífera en la Reserva Natural de Alaska.
El final del mandato de Donald Trump, ha estado marcado por las protestas sociales de Minneapolis –que se produjeron tras la muerte del afroamericano George Floyd–, y su gestión catastrófica de la pandemia de la COVID-19, para quien el coronavirus ha sido creado en un laboratorio de Wuhan y el cambio climático es un “cuento chino” que han creado “los chinos para hacer menos competitivas a las empresas estadounidenses".
El ‘trumpismo’ como corriente política
La corriente política del trumpismo, fuertemente dominada por un comportamiento agresivo y errático deja huella en forma de un legado que sirve de inspiración para otros líderes políticos de la escena internacional como Víktor Orban, Aleksander Vucic, Boris Johnson, Jair Bolsonaro , Andrés Manuel López Obrador, Narendra Modi o Santiago Abascal. Todos ellos coinciden en tener posturas políticas negacionistas con el cambio climático o poco o nada respetuosas con el “equilibrio medioambiental” a que se refiere el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres.
Hasta el momento presidente en funciones de Estados Unidos, Donald Trump, se ha resistido públicamente a la realidad de haber perdido las elecciones presidenciales y desde hace semanas está enzarzado en una cruzada judicial para mantener la ficción de anular unos resultados electorales que considera fraudulentos –sin pruebas que los sostengan– y le han llevado a perder más de medio centenar de pleitos hasta la fecha.
En este sentido, la semana pasada recibió otro varapalo del Tribunal Supremo donde algunos de los jueces más reaccionarios nombrados por el mismo Donald Trump desestimaron la anulación de la victoria de Biden en Pensilvania y este mismo lunes han recibido un duro golpe por parte del Colegio Electoral que ha confirmado la victoria de Joe Biden en las elecciones de EE UU, contra las pretensiones de desafiar los resultados de los comicios del pasado 3 de noviembre.
El ocaso del mandato de Donald Trump y hasta el traspaso de poderes va estar marcado por unas semanas donde se están tomando medidas que pueden poner en dificultades los futuros planes del Green New Deal contra el cambio climático del demócrata Joe Biden, en los que los movimientos ecologistas albergan grandes esperanzas.
Trump ha subastado los derechos de perforación en Reserva Nacional de Vida Silvestre del Ártico
Uno de estos de estos escollos con los que se va a encontrar la nueva Administración de EE UU, a partir del 20 de enero, es la subasta de los derechos de perforación en Reserva Nacional de Vida Silvestre del Ártico que Donald Trump está llevando a cabo en el último minuto de su mandato.
Durante el periodo electoral de los comicios del 3 de noviembre, el presidente saliente, también puso especial intensidad en eliminar medidas que obligaban a la industria de combustibles fósiles y químicas a la reserva de fondos ante posibles accidentes o desastres naturales.
Otra medida con la que se despedirá Donald Trump es la ejecución de al menos cinco presos condenados a la pena capital. Desde 1880 no se ejecutaba a ninguna persona en un periodo de traspaso de poderes. El candidato demócrata, como ya explico en campaña electoral está en contra de la pena de muerte y prometió acabar con ella durante su mandato.
La nueva Administración Biden
La llegada del nuevo presidente de EE UU, Joe Biden, y Kamala Harris junto con la nueva apuesta por parte de la Unión Europea (UE) de reducir el 55% de las emisiones para 2030 pueden ser el punto de inflexión para un cambio de deriva internacional en los avances ante la emergencia climática que tan perjudicados se han vistos en el último mandato del negacionista Donald Trump.
La futura COP26 de Glasgow del año próximo –pospuesta por la pandemia de la COVID-19– dará cuenta de ello y en su caso permitirá fijar acuerdos y evaluar los actuales, totalmente insuficientes para algunas ONG climáticas que piden una reducción de hasta el 65% de la reducción de los gases en la próxima década.
Para ello, también va ser muy importante los papeles cruciales que desempeñen China e India en el escenario mundial de las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin un plan global de las emisiones no es posible ponerle freno al cambio climático. China, EE.UU, la UE e India, son los principales emisores del mundo, y han contribuido con más de 55% del total de los gases emanados a la atmosfera durante la última década.
China, EE.UU, la UE e India son responsables del 55% de la emisión de gases en la última década
Según lo previsto, el que será el nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, tiene planes muy ambiciosos en el campo de las energías renovables en sustitución de las energías fósiles, a través estímulos económicos con inversiones de hasta dos billones de dólares del sector público, de manera directa e indirecta, dentro de lo que ha el mismo ha denominado el Green New Deal.
Biden hace así referencia al New Deal lanzado durante la presidencia de Franklin D. Roosevelt durante la Gran Depresión después del crack económico de 1929. El presidente electo pretende llevar a cabo una recuperación económica verde en Estados Unidos que fomente el crecimiento económico y la recuperación de empleo.
No obstante, los planes de Biden despiertan muchas dudas entre los expertos, que dudan de si las energías renovables pueden dar respuesta a la demanda de energías que actualmente se consumen a través de los combustibles fósiles y otras. Sobre todo, si se tiene en cuenta que para 2050 se estima que la población mundial habrá crecido un 10%, hasta 9.000 millones de personas en todo el mundo.
A todo ello, hay que añadir que aunque se reduzcan las emisiones hasta el punto de alcanzar el objetivo de emisiones de cero para 2050 –como el anunciado la UE– a nivel global, lo ya emitido va a seguir calentando la atmosfera por encima de las estimaciones llevadas a cabo.
Sin avances ante la emergencia climática
Muchas han sido las ONG que el pasado 12 de diciembre –en que se celebraba el quinto aniversario de la firma del Acuerdo de Paris– han lamentado la falta de avances estructurales en contra de la emergencia climática.
Desde Amigos de la Tierra estiman que las estructuras del Acuerdo del Clima son "insuficientes" ya que los países más ricos que no tienen en cuenta una distribución equitativa de la responsabilidad ni de compensación a los menos desarrollados por pérdidas y daños. Para mayor ilustración de la situación sobre los acuerdos climáticos la ONG ambientalista, Ecologistas en Acción, ha publicado el dosier El Acuerdo de París cinco años después: más cerca de superar los 2°C.
Cristina Alonso, de Amigos de la Tierra denuncia que "el mundo sigue plagado de desigualdades, frente a una de las crisis más profundas de desempleo, y los proyectos de combustibles fósiles crecen y los rescates a las empresas más contaminantes siguen a la orden del día en un contexto marcado por la pandemia mundial del COVID-19".
La única salida posible pasa por la integración de los principios de justicia ecológica y climática
CRISTINA ALONSO, ONG Amigos de la Tierra
Según Alonso, el 12 de diciembre no tiene "nada que celebrar hasta que existan políticas y medidas a la altura de las indicaciones científicas", quien advierte que la recuperación de los efectos del COVID-19 "amenaza con apuntalar un sistema fósil y caduco que ha conducido a la situación actual". La activista de la ONG ambientalista ,también subraya que "la única salida posible" tiene que pasar por una "plena integración de los principios de justicia ecológica y climática" tal y como asegura que piden en las calles los ciudadanos, en especial los más jóvenes.
La directora ejecutiva de Greenpeace Internacional, Jennifer Morgan, lamenta la respuesta "completamente inadecuada" de los Gobiernos. En el caso de España pide que revise sus objetivos climáticos para alinearlos con las recomendaciones científicas y acortar la brecha que separa los compromisos nacionales de los europeos, ya que en la actualidad solo se plantea un reducción del 23%.
Por parte de WWF han manifestado que hay que cumplir con las recomendaciones científicas y que es necesario reducir un mínimo del 65% de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) para 2030, en alusiones a la UE.
La directora de la Oficina de Política Europea de WWF, Ester Asin, apostilla que "los ministros de Medio Ambiente que se reúnan la próxima semana tienen la oportunidad de rescatar parte de la reputación de la UE en materia climática. Deben asegurarse de que la ley climática de la UE incluya una revisión quinquenal del objetivo climático, alinee otras políticas con los objetivos y establezca un organismo asesor de expertos independientes para examinar los planes climáticos de la UE".