La octava ola de calor registrada en junio desde el año 2011 en España y que comenzó este fin de semana se prolongará hasta el jueves, con jornadas en las que se podrán alcanzar hasta 44 grados centígrados (ºC) en puntos de los valles de los grandes ríos del centro y de la mitad su peninsular, según ha avisado la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).
"Tenemos por delante al menos tres días más de calor muy intenso", ha asegurado el portavoz de la AEMET, Rubén del Campo, que ha detallado que este fin de semana se superaron los 42ºC en Andalucía Occidental y sur de Extremadura y ha destacado los 43ºC alcanzados en Fuentes de Andalucía (Sevilla) y Montoro (Córdoba) e incluso 44ºC en El Granado (Huelva).
En las capitales de provincia, Badajoz y Córdoba empataron a 42ºC de máxima este domingo y la madrugada de este lunes, a las 6.00 horas, los termómetros superaban los 25ºC en numerosos puntos de la mitad sur. Por ejemplo, en Cádiz a esa hora el mercurio registraba 27ºC.
De momento, indica que este lunes hay aviso por riesgo importante (naranja) en la zona centro y cuadrante suroeste peninsular con temperaturas entre los 39ºC y los 42ºC en las campiñas sevillanas y cordobesas, donde el peligro es "extremo", por lo que se ha activado el aviso rojo porque se podrían superar los 44ºC el martes y el miércoles, dos días en los que no habrá cambios importantes en las temperaturas o, si acaso, algún ligero descenso.
"No será hasta el jueves y el viernes cuando la llegada y una masa de el aire atlántico más fresca de lugar a un descenso térmico acusado y se ponga punto final a la primera ola de calor del verano de 2023", ha adelantado el portavoz.
Además, destaca que esta ola de calor está afectando fundamentalmente a la zona centro y al cuadrante suroeste de la Península Ibérica, es decir, a la Comunidad de Madrid, Extremadura, oeste de Castilla-La Mancha y Andalucía, aunque en otras zonas como la Meseta Norte, Aragón, interior de las comunidades Mediterráneas y Mallorca el calor también es intenso.
Asimismo, se librarán de las altas temperaturas en el Cantábrico, que durante el fin de semana tuvo calor pero que en los próximos días ya irán registrando un ambiente más fresco, por los vientos del norte que aportarán nubosidad y las temperaturas se mantendrán por debajo de 25ºC.
Del Campo ha destacado también que los próximos días se formarán tormentas que podrán ser localmente fuertes en puntos del centro y norte de la península ayudadas por el calor intenso. Algunas de estas tormentas podrían ser de carácter seco, que son aquellas que se presentan en el norte de la Península que apenas dejan precipitación pero sí abundante aparato eléctrico y rachas fuertes de viento.
Por ello, el portavoz menciona el riesgo de incendios que será muy alto o extremo debido a las altas temperaturas durante la primera mitad de esta semana en el sur de la Península y en el interior de las comunidades del Mediterráneo.
En concreto, espera que este lunes y martes se alcancen los 44ºC en el valle del Guadalquivir y que haya tormentas fuertes en el centro y en el norte de la Península mientras que se superarán los 34 a 36ºC en el valle del Ebro; los 38 o 40ºC en los valles del Tajo, Guadiana y del Guadalquivir, donde se pasará "probablemente" de 42ºC en Córdoba o Sevilla, que contrastarán con los 23 o 25ºC en el norte de Navarra, comunidades cantábricas y norte de Galicia.
Las tormentas el martes afectarán a zonas de montaña y áreas aledañas del centro, este y norte de la Península y algunas de estas tormentas serán secas. El miércoles el portavoz no espera grandes cambios en la situación y por lo tanto seguirá un ambiente muy cálido, con temperaturas similares a las del martes en buena parte del territorio y algo más frescas en las cantábricas y de nuevo habrá posibilidad de tormentas en zonas de montaña.
El martes y el miércoles otra vez las madrugadas serán muy cálidas y no se bajará de 20 a 22ºC en el Mediterráneo, es decir que las noches serán tropicales e incluso en la zona centro y en la mitad sur, e incluso habrá puntos en los que no se bajará de los 25ºC, lo que se denomina noches tórridas.
El jueves se aproximará una vaguada de aire frío en las capas altas de la atmósfera que estará acompañada por aire atlántico más fresco, lo que provocará un aumento de la inestabilidad que se traducirá en más nubes en los cielos con lluvias además en el norte de Galicia y el Cantábrico y posibilidad de chubascos tormentosos en amplias zonas del centro y este de la Península.
El jueves bajarán las temperaturas sobre todo en el extremo occidental peninsular y en el valle del Guadalquivir todavía seguirá haciendo bastante calor con más de 35ºC de temperatura máxima en el nordeste, centro y mitad sur de la Península, igual que en Mallorca.
El portavoz espera que el viernes la bajada térmica será más generalizada que podría ser acusada en el norte y en el centro peninsular, donde caerán más de cinco grados centígrados respecto al día anterior. "Incluso podría ser una jornada fresca para la época en el centro y norte de la Península", subraya el portavoz que espera que sigan las tormentas en el centro y en el este que seguirán el fin de semana.
Para Canarias el portavoz pronostica que las temperaturas serán claramente más altas de lo normal estos días, ya que llegará al archipiélago una masa de aire cálido procedente del interior del continente africano con polvo en suspensión que dará lugar a calima.
En las islas orientales este lunes se superarán los 34º y el martes y el miércoles pasarán de 36ºC, también en Tenerife y La Gomera y otra vez habrá calima. Será el jueves cuando aún localmente superen los 34ºC pero las temperaturas comenzarán a bajar hasta su completa normalización los días siguientes.
Olas de calor
En este contexto, el portavoz de la AEMET ha explicado que desde que comenzó el estudio de olas de calor en 1975, la AEMET ha descrito doce olas de calor durante el mes de junio, de las que siete se han registrado desde 2011, mientras que en los 35 años previos hubo cinco olas de calor.
Esto significa, según Del Campo que la frecuencia de estos episodios cálidos en la última década triplica a la de años previos. Esto va en consonancia con el alargamiento de los veranos, a razón de unos diez días por década desde los años 80 al 70. Así, avisa de que si las temperaturas de verano se alcanzan antes, es también más probable que se registren con más frecuencia olas de calor en junio.