Las olas de calor marinas son más duraderas en aguas profundas, lo que afecta directamente a la flora y faunas marinas así como a los recursos que obtienen los humanos del mar, según un estudio en el que participa el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y en el que los investigadoras e investigadores también han descubierto que la mayor intensidad de las olas de calor marinas están en la subsuperficie, entre 50 y 250 metros de profundidad.
Hasta el momento, los impactos del aumento térmico se han centrado principalmente en las temperaturas de la superficie del mar, no obstante, las observaciones sugieren que las olas de calor marinas pueden provocar un calentamiento en las capas subsuperficiales que podría persistir hasta dos años después de que finalicen en la superficie.
A pesar de que la intensidad disminuye a mayor profundidad, la duración de los eventos aumenta aproximadamente hasta el doble en comparación con la superficie
ELIZA FRAGKOPOULOU, investigadora del Centro de Ciências do Mar (CCMAR) da Universidade do Algarve
Para ello, los investigadores e investigadoras del equipo de Eliza Fragkopoulou y Jorge Assis, del Centro de Ciencias del Mar (CCMAR) de la Universidad de Algarve, estimaron la duración y la intensidad de las olas de calor marinas desde 1993 hasta 2019 a profundidades de hasta 2.000 metros.
"A pesar de que la intensidad disminuye a mayor profundidad, la duración de los eventos aumenta aproximadamente hasta el doble en comparación con la superficie", remarca Fragkopoulou.
El estudio, que se publicará en la revista Nature Climate Change, también alerta de la aceleración en el aumento de las temperaturas oceánicas, un evento que tiene "consecuencias profundas" en los sistemas geoquímicos y biológicos del planeta, ya que los océanos son un sistema de "soporte vital crítico y un amortiguador" contra los efectos de la crisis climática.
La biodiversidad subsuperficial podría estar en el "mayor riesgo" debido a la intensidad acumulativa --un indicador de estrés térmico-- en los primeros 250 metros
Por otro lado, las autoras combinaron observaciones y análisis de temperaturas del mar a nivel global con la información sobre los rangos de especies marinas, por lo que sugieren que la biodiversidad subsuperficial podría estar en el "mayor riesgo" debido a la intensidad acumulativa --un indicador de estrés térmico-- en los primeros 250 metros.
La duración puede duplicarse
"Identificamos regiones oceánicas de alto riesgo a diferentes profundidades, incluyendo grandes partes de los océanos Índico y Atlántico Norte, donde la alta intensidad acumulativa de las olas de calor coincide con áreas de alta sensibilidad prevista de las especies al estrés térmico", ha señalado Assis.
Así, lo que han desvelado las investigaciones es que, más allá de efectos detectables en la superficie, como el aumento de las medusas en algunas regiones del mundo, estas olas de calor marinas tienen efectos más intensos en profundidades que van de los 50 a los 250 metros donde además su duración puede duplicarse.
Por su parte, el investigador del MNCN, Miguel Bastos, ha calificado la situación de "preocupante", aunque ha pedido cautela con los datos de temperatura de las áreas profundas, principalmente las anteriores a 2004, ya que a partir de aquel momento se comenzó a contar con un sistema de medición más fiable.
Consecuencias: redistribución de las especies marinas
Estes eventos tienen el potencial de cambiar los patrones de la biodiversidad global con consecuencias impredecibles
Tras el análisis, Bastos ha explicado que previsiblemente habrá una redistribución de las especies marinas, sobre todo en la zona que llega hasta los 250 metros de profundidad. "Además las especies tienen otras barreras como las zonas con escasez de oxígeno o aquellas en las que ya quedan muy pocas especies, que dificultarán esta redistribución", ha lamentado.
No obstante, Bastos ha alertado de que estes eventos tienen el potencial de cambiar los patrones de la biodiversidad global con consecuencias impredecibles.
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