Los científicos reclaman en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua 2023, que se celebra este miércoles en Nueva York, una serie de medidas urgentes, como la creación de un Fondo Mundial de Financiación Verde, para ayudar a recuperar los lagos de agua dulce degradados.
El llamamiento forma parte de un Libro Blanco elaborado por la Alianza Mundial para la Calidad del Agua (WWQA), convocada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
El Libro Blanco aboga por la creación de una Coalición Mundial que establezca la agenda internacional en materia de restauración de lagos, extraiga datos de los profesionales y los incorpore a la política internacional a través de las Naciones Unidas, basándose en una resolución de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente adoptada recientemente en la que se pide a todos los países que protejan, conserven, restauren y garanticen el uso sostenible de los lagos mediante su gestión integrada para salvaguardar la sociedad y la naturaleza.
Hay más de 100 millones de lagos de agua dulce en todo el mundo, que representan algo menos del 4% de la superficie de la Tierra que no está cubierta de hielo. Estos lagos proporcionan recursos vitales como alimentos, agua potable, regadío, producción de energía, navegación y ocio. También son fundamentales para la biodiversidad mundial y, sin embargo, contribuyen al declive global de la pérdida de especies de agua dulce, estimada en un 84% en los últimos cincuenta años.
Restauración de lagos de 63 países
El Libro Blanco Incorporación de los lagos a la agenda mundial de sostenibilidad ha sido redactado por un grupo de trabajo convocado en el marco de la línea de trabajo sobre ecosistemas de la WWQA y dirigido por el Centro de Ecología e Hidrología del Reino Unido y el Instituto de Educación sobre el Agua de Delft (IHE). Se basa en una encuesta realizada a profesionales de la restauración de lagos de 63 países, a los que se preguntó sobre los retos a los que se enfrentan en la restauración de lagos y qué medidas adicionales son necesarias.
El problema más común al que se enfrentan los profesionales de la restauración en todo el mundo es la contaminación por nutrientes --incluidos el fósforo y el nitrógeno procedentes de la agricultura y las aguas residuales--, que provoca la proliferación de algas nocivas, perturba el abastecimiento de agua potable y aumenta las emisiones de metano a la atmósfera. Se prevé que la contaminación procedente de la agricultura y las aguas residuales aumente en todo el mundo en el futuro para satisfacer la creciente demanda de alimentos.
Otros retos a los que se enfrentan los lagos son los efectos de la contaminación por plásticos, los vertidos de residuos industriales, las infestaciones de especies invasoras y la destrucción de hábitats. El cambio climático empeorará las cosas; la proliferación de algas aumentará con el calentamiento y la sequía, al igual que el agotamiento del oxígeno, lo que dará lugar a zonas muertas.
El autor del Libro Blanco, el profesor Bryan Spears, del Centro de Ecología e Hidrología del Reino Unido, destaca que "esta evaluación científica pone de manifiesto las numerosas y crecientes presiones que la actividad humana ejerce sobre los lagos".
Comprender mejor la salud de los lagos
"Es vital disponer de sistemas de vigilancia a distancia y a largo plazo para comprender mejor la salud de los lagos y alertar a tiempo de su deterioro --alerta--. La restauración de los lagos desempeña un papel importante para invertir el declive de la biodiversidad y apoyar a las comunidades que dependen de ellos".
El Libro Blanco identifica soluciones clave para potenciar la restauración de los lagos, entre ellas movilizar a los responsables políticos, la inversión y el apoyo público al cambio y apoyar a las comunidades en la protección y restauración de los ecosistemas de los que dependen.
Presenta cuatro acciones clave para su consideración en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua de 2023. En primer lugar, aumentar la capacidad de supervisión, fundamental para orientar la gestión, pero en algunos países faltan recursos para supervisar eficazmente los lagos; y en segundo lugar, integrar la gestión sostenible de los lagos en las políticas nacionales, aprovechando la experiencia de otros países que ya las aplican.
Además, reclama fomentar las asociaciones de financiación ecológica, incluido un Fondo Mundial de Financiación Ecológica para los Lagos y una mayor financiación para la respuesta en caso de catástrofe y, finalmente, aumentar la concienciación global sobre los beneficios del cambio, incluyendo la creación de una Coalición Global para los Lagos que coordine las acciones en este ámbito y conecte a un conjunto global de profesionales y expertos con la comunidad política internacional.
No existe una política mundial específica para la gestión de los lagos
Los autores del Libro Blanco sugieren que el Fondo Mundial de Financiación Verde para los Lagos podría ser un reflejo del Fondo Mundial para los Arrecifes de Coral, que ha conseguido catalizar casi 3.000 millones de dólares de instituciones públicas y privadas de todo el mundo para ayudar a los países de renta baja a proteger sus arrecifes de coral.
El coautor del estudio, el profesor Ken Irvine, del IHE Delft (Países Bajos), recuerda que "en la actualidad no existe una política mundial específica para la gestión de los lagos, aunque muchos de los factores que provocan la degradación de los ecosistemas son de alcance internacional y requieren un liderazgo internacional".
"La gestión de los lagos como recurso para las personas descuida casi universalmente la biodiversidad que contienen --continúa--. Por eso se necesita urgentemente una política mundial que integre la restauración de los lagos con la biodiversidad y el cambio climático".
Por su parte, la doctora Konstantina Katsanou, coautora del estudio y también del IHE Delft, subraya que "los lagos y embalses están infravalorados, poco estudiados y a menudo ignorados pero tienen una importancia crucial para la seguridad alimentaria, el suministro de agua potable y de regadío, la producción de energía, la navegación, el ocio y la biodiversidad. Sabemos que la recuperación de los lagos puede lograrse mediante una gestión cuidadosa de las causas de la degradación, pero eso puede llevar de años a décadas, por lo que tenemos que actuar ahora", apunta.
Para hacer frente a la triple crisis planetaria
El Libro Blanco destaca algunas de las principales ambiciones mundiales que respaldan la necesidad de una acción mundial transformadora para proteger los lagos, entre ellas el Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas y el Marco Mundial sobre Biodiversidad Kunming-Montreal del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), adoptado en diciembre de 2022.
Nina Raasakka, de los Sistemas Mundiales de Vigilancia del Medio Ambiente del PNUMA y Coordinadora del WWQA, destaca que "la gestión sostenible de los lagos es un elemento crítico para hacer frente a la triple crisis planetaria del cambio climático, la pérdida de naturaleza y biodiversidad, y la contaminación y los residuos".
"Este Libro Blanco es un llamamiento urgente para que todas las partes interesadas trabajen juntas y construyan un entendimiento común de las amenazas e impactos a los que se enfrentan los lagos, con el fin de restaurar y preservar estos preciosos ecosistemas que se están degradando a un ritmo tan alarmante en todo el mundo", concluye.
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