Una incertidumbre clave en las proyecciones climáticas es la cantidad de carbono emitido al descongelar el permafrost en el Ártico. Ahora, un estudio que publica este lunes la revista Nature Geoscience asegura que las raíces de las plantas en el suelo estimulan la descomposición microbiana, un mecanismo llamado efecto de cebado.

Un equipo de investigación internacional co-dirigido por Frida Keuper, del Instituto Nacional de Investigación Agrícola, Alimentaria y Medioambiental de Francia (INRAE) y la Universidad de Umea, en Suecia, y Birgit Wild, de la Universidad de Estocolmo, muestra que el efecto de cebado solo puede causar la emisión de 40.000 millones de toneladas de carbono del permafrost para el año 2100.

El permafrost es un suelo permanentemente congelado que almacena la mayor cantidad de carbono que hay en todas las plantas de la Tierra y en la atmósfera juntas. La superficie del permafrost se descongela en verano, lo que permite que prosperen las plantas y la vida del suelo.

Efecto de cebado

 

Cuando los microorganismos respiran, emiten gases de efecto invernadero. Los científicos habían anticipado previamente que el aumento rápido de las temperaturas impulsará la emisión de 50-100.000 millones de toneladas de carbono permafrost para 2100. Además, las raíces de las plantas alimentan a los microorganismos del suelo con azúcar, que los microbios pueden utilizar para descomponer más materia orgánica del suelo -el efecto de cebado- lo que da lugar a emisiones de gases de efecto invernadero aún mayores.

"Conocemos el efecto de cebado desde la década de 1950, pero no sabíamos si esta interacción ecológica a pequeña escala tuvo un impacto significativo en el ciclo global del carbono", reconoce Keuper.

El equipo de investigadores combinó mapas de la actividad de las plantas y los datos sobre el contenido de carbono del suelo de la Base de Datos de Carbono del Suelo Circumpolar del Norte con una extensa encuesta bibliográfica sobre las propiedades de cebado y raíces de las plantas, para estimar el efecto de cebado en los ecosistemas de permafrost y su influencia en las emisiones de gases de efecto invernadero.

Han mostrado que el efecto de cebado aumenta la respiración microbiana del suelo en un 12%, lo que provoca la pérdida adicional de 40 mil millones de toneladas de carbono en 2100 en comparación con las predicciones actuales para el permafrost. Esto equivale a casi una cuarta parte del 'presupuesto de carbono' restante para actividades humanas para limitar el calentamiento global a un máximo de 1,5°C.

"Estos nuevos hallazgos demuestran lo importante que es considerar las interacciones ecológicas a pequeña escala, como el efecto de cebado, en el modelado global de emisiones de gases de efecto invernadero", advierte Birgit Wild, profesora asistente de la Universidad de Estocolmo.